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Importante reforestación de bosques andinos en la Puna

Trasplantaron veintiséis mil plantines de queñua en Muñarita, Ciénega de Paicone, San Juan y Oros y Cangrejos.
Viernes, 01 de marzo de 2024 01:03
SATISFACCIÓN | DE LA PLANTACIÓN REALIZADA LA SOBREVIVENCIA FUE DEL 98%. EN LA FOTO TÉCNICOS Y VOLUNTARIOS.

Veintiséis mil plantines de queñua fueron trasplantados en la Puna jujeña, en el marco de un proyecto de reforestación andina impulsado por Leo Armella, entre otras personalidades, con la colaboración de voluntarios que apoyan la causa.

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Veintiséis mil plantines de queñua fueron trasplantados en la Puna jujeña, en el marco de un proyecto de reforestación andina impulsado por Leo Armella, entre otras personalidades, con la colaboración de voluntarios que apoyan la causa.

PLENA LABOR | PLANTACIÓN DE QUEÑUA.

GRÁCILES HOJITAS

Los importantes resultados estarán en cinco a diez años. Es un anhelo y sueño que promueve el trabajo que se realiza a pulmón.

Por el año 2002, Leo Armella participó de un congreso en Potosí, Bolivia, donde pudo conocer cómo trabajaban en la reforestación de la queñua. Desde allí resultaron experimentos sin resultados y en el año 2021 nace el proyecto en sí, de poder reforestar puntos montañosos de la zona que en los últimos años se vieron afectados por sufrir la deforestación de estos árboles nativos de la zona.

MANOS LABRIEGAS | RECUPERANDO ESPECIES ANDINAS

UNA VOLUNTARIA

Actualmente son cuatro las comunidades que trabajan en este proyecto. Se trata de Muñarita (paraje ubicado al este de Abra Pampa), Ciénega de Paicone, San Juan y Oros y Cangrejos, cada una de ellas con decenas de voluntarios prestos a trabajar.

Cuenta con seis viveros donde se producen miles de plantines, ubicados en Abra Pampa y demás comunas involucradas.

Actualmente el proyecto regional forma parte de la familia de una red de reforestación de Latinoamérica. Se trata de Acción Andina y Eco An del Perú y de Bosquizar que tiene base en Córdoba, esta última, brinda un apoyo económico sobre todo para con los viveros donde nacen miles de plantines de queñuas.

Aun así, la parte económica es el faltante, es allí donde se apela al aporte de la sociedad mediante campañas.

Relacionado al tema, se intenta hacer nexo con "Viajeras al mundo", una organización de viajeros, entre otras entidades que quieran brindar su apoyo.

En noviembre pasado se realizaron las primeras plantaciones de queñua en un mes con casi nada de lluvias; en diciembre se realizó la plantación masiva de más 3 mil árboles de queñua en Ciénega de Paicone; mientras que en enero y febrero hubo distintas etapas de plantación en Muñarita. De la plantación realizada, la sobrevivencia fue del 98%.

Los lugares elegidos para reforestar fueron aquellos donde no predomina ganado de pastoreo, con humedales importantes y quebradas, que no sean madrigueras de tojos, cuis o chojchoris, que sean accesibles para poder llegar con agua para su riego y lugares con escasos arboles queñuales.

Los primeros tres meses en la nueva planta de queñua son cruciales, si pasa ese tiempo con éxito, las probabilidades de crecimiento son elevadas. El crecimiento por año se estima en 10 a 15 centímetros, pero siempre depende de otros factores, del propio suelo y de la humedad.

"Me imagino un bosque con miles de arbolitos de queñua por distintos lugares", dijo Leo Armella al preguntarle qué resultados espera en el lapso de 5 a 10 años, como resultado de todo este trabajo que se realiza actualmente.

 

Propiedades

La queñua es una planta milenaria que se encuentra a lo largo de la Cordillera de los Andes, en el altiplano argentino, de Perú, Bolivia y Chile. Posee valiosas propiedades nutritivas y curativas.

Desde siempre esta planta ha sido la clave para proteger las cabeceras de cuencas además de ser el hábitat que necesita la biodiversidad de los bosques y humedales andinos, sostuvo el especialista peruano Teobaldo Ardiles Torres.

Entre algunas de las propiedades benéficas capturan del agua del medio ambiente. Muchos de los ríos y vertientes que pasan cerca de las comunidades tienen sus orígenes en las zonas altas cercanas a los bosques de queñua. Los árboles captan agua del aire y las nieblas, para soltar sus excedentes hacia el suelo, hasta formar riachuelos y manantiales, en beneficio de las partes bajas.

Al mismo tiempo incrementa la cantidad de lluvia. Los bosques producen parte de su propia lluvia porque despiden vapor de agua cuando transpiran, ésta se condensa en la superficie de las hojas y por la acción del calor se evapora y vuelve a caer en forma de lluvia.

Controla la erosión. Los suelos tienden a erosionarse cuando se pierde la vegetación que crece sobre éstos, las queñuas y los musgos protegen el suelo evitando que la lluvia caiga con mucha fuerza y arrastre la capa fértil del suelo.

Genera microclimas. La existencia de los bosques de esta especie permite la formación de un clima templado donde se pueden sembrar tubérculos y cereales a través de sistemas agroforestales. Sirven como una barrera que reduce los cambios drásticos de temperatura entre el día y la noche, el número de heladas nocturnas y la velocidad del viento.

Donde existe un bosque de queñua hay una gran variedad de plantas con distintos usos, los alimenticias como papas silvestres y ocas; forrajeras para ganado camélido y vacuno, y también para uso medicinal. Además albergan una gran variedad de animales, por ejemplo, las aves que mantienen el equilibrio ecológico del bosque ayudando a dispersar semillas.

Frente al fenómeno global de la escasez hídrica, la siembra de especies nativas como el quinual debiera ser tomada en cuenta por las autoridades como una forma de recuperar la humedad de los suelos e incrementar las reservas hídricas.