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“Comedores y ámbitos de asistencia que tenemos se ven desbordados”

El obispo de Jujuy se refirió a las actividades previstas por los 90 años de la Diócesis pero también al impacto de la difícil situación económica en las familias y en la propia Iglesia. Por Semana Santa, exhortó a “acercarnos a Jesús” que “sabe por experiencia lo que es la pobreza, el sufrimiento, el dolor, la cruz y podemos hacer causa común con Él para que nos comparta su fortaleza”.
Martes, 19 de marzo de 2024 01:01

La Diócesis de Jujuy cumple 90 años ¿qué significa para usted acompañar este tiempo?

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La Diócesis de Jujuy cumple 90 años ¿qué significa para usted acompañar este tiempo?

Noventa años es una fecha realmente muy importante y nosotros nos hemos propuesto dos cosas: primero hacer una memoria agradecida del paso de Dios por estos 90 años de la Diócesis, saben que comenzamos a existir como Diócesis en 1934, a partir de ahí se hizo todo un camino misionero muy lindo, muchos sacerdotes misioneros han venido, se han creado muchas parroquias. Lo segundo que queremos hacer como un regalo a la Diócesis por los 90 años es una misión, compartir la fe con los demás. Entonces la segunda semana de las vacaciones de invierno todos los bautizados son convocados dentro de las parroquias, movimientos, las instituciones a salir una semana a acompañar con testimonio de la fe en lugares alejados, periféricos, situaciones difíciles, enfermos, universitarios, familias de los chicos de catequesis, vamos a buscar todos los ámbitos posibles para hacer presente nuestra fe.

¿Qué se está preparando para el 20 de abril?

El 20 de abril es el día propio en el cual celebramos el nonagésimo aniversario, lo vamos a hacer a partir de las 9 en Río Blanco hasta después del mediodía, convocando ahí a todas las comunidades, fundamentalmente a una misa de acción de gracias. El miércoles nos reunimos a definir el programa y vamos a tratar de invitar a los más posibles: obispos de la zona y las autoridades, que siempre nos acompañan.

Hablando de Semana Santa, va a ser bien simbólico el camino hacia la cruz de Cristo ante un panorama complicado que dejó a muchas familias en la pobreza...

Nos toca este tiempo de restricciones económicas a las que nos vemos todos sometidos porque los sueldos, las pensiones y los ingresos de las familias no van al ritmo de lo que fue la inflación estos últimos tiempos. Eso implica ajustarse los cinturones, algunos pueden privarse de cosas superfluas pero hay gente que se está privando de cosas esenciales y eso es lo que preocupa, lo estuvimos hablando también en nuestro Consejo Pastoral, Diocesano, con un informe de Cáritas que recibimos para tratar de redoblar y hacernos cuerpo a cuerpo con la gente que sufre necesidades en las comunidades, los conocemos bien y queremos poner toda la solidaridad posible para que puedan pasar este mal momento.

¿Aumentó mucho el pedido de ayuda de la gente?

Sí, por lo menos el 50% más en cada uno de los comedores y en distintos ámbitos de asistencia que tenemos que se ven desbordados. Aparte hubo una discontinuidad con el cambio de Gobierno en la entrega de los recursos para generar la comida y eso trajo una dificultad muy grande. Nosotros los movimientos de Iglesia tanto los católicos como los evangélicos hemos recuperado lo más pronto que se pudo la asistencia. Pero eso no alcanza, las organizaciones sociales también tienen una red muy grande de contención que la pusieron entre paréntesis, a veces por sospechas de malas administraciones o gestiones, y nosotros como Iglesia dijimos que no es posible prescindir de ellos porque ni el Gobierno llega solo, ni Cáritas llega solo; es cuestión de controlar bien y auditar bien para que a través de todos los que puedan hacer algo por los demás se haga y se haga bien.

¿A nivel interno la Iglesia tuvo que hacer algún recorte?

La gente sigue colaborando con lo que puede y nosotros estamos ayudando a todos los que podemos también. Internamente sí nos ajustamos el cinturón diciendo que no es año para hacer obras, para emprender grandes construcciones ni mucho menos, mantengamos lo que tenemos y cuidemos el peso como lo está cuidando cualquier familia para que lleguemos a fin de mes.

¿Y la manutención del Seminario "Pedro Ortiz de Zárate"?

También, ahí. Gracias a Dios la planta docente la tenemos desde hace 50 años o más por el Ministerio que es el mayor gasto los profesores, así que vamos saliendo adelante. También se realizan los ajustes que hacen falta para que se viva lo más pobremente posible, agradeciendo lo que recibimos pero cuidándolo.

En cuanto a las vocaciones...

Hay un descenso vocacional desde hace mucho tiempo en los seminarios y congregaciones religiosas y nos plantea un gran desafío que tenemos que abordar, sobre todo la contención de los jóvenes. Hoy muchas veces no tienen el acompañamiento necesario de la familia y la parroquia debería ser también el lugar donde el joven desarrolla su vocación de servicio, después donde sea, donde Dios lo llame.

¿Qué mensaje le deja a la feligresía para Semana Santa?

Asociarlo a lo que veníamos conversando sobre las dificultades y padecimientos que muchos están sobrellevando en el mundo y nosotros también. Acercarnos a Jesús, él "las pasó todas" como podemos decir en criollo. Sabe por experiencia lo que es la pobreza, el sufrimiento, el dolor, la cruz y entonces podemos hacer causa común con Él poniéndonos al lado para que nos comparta su fortaleza, que lo llevó a dar la vida y a resucitar para salvarnos.

Punta Corral: velar por los fieles

Hay una cuestión en torno al mal estado del camino a Punta Corral. ¿La Iglesia qué recomienda al peregrino?

Hoy por hoy, porque se va siguiendo día a día, creo que en las próximas horas el Gobierno va a dar a conocer un comunicado sobre la situación del camino y sus recomendaciones; que nosotros acompañaremos por supuesto no es desafiar a ir en contracorriente, porque queremos velar por la seguridad también de los fieles.

También decimos que la devoción a la Virgen de Punta Corral tiene una particularidad, la imagen y el santuario están en predios de una familia, que son desde el hallazgo de la Virgen los custodios y esclavos de la Virgen, entonces ellos son los que dirán en última instancia si va a bajar la Virgen a Tumbaya y cómo va a bajar. No es como que yo diga o me pregunten a mí sobre el Santísimo Salvador si salimos o no.

Esto es como una devoción que tiene su propio ámbito que es el de esta familia que convoca tanta gente y nosotros lo acompañamos pastoralmente con las confesiones y las celebraciones. Está todo con un gran signo de interrogación. Hablé con el párroco de Tumbaya y le decía que celebremos por lo menos el Domingo de Ramos como siempre. Si baja la Virgen, baja y si no, celebramos igual. Tenemos un cuadro ahí.