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Cuando bajó el volcán “la casa tembló”

Marcelino Lamas contó el gran susto que vivió junto a su esposa tras la crecida del río Saladillo.
Jueves, 21 de marzo de 2024 01:03
ATEMORIZADOS | MARCELINO LAMAS Y SU SEÑORA CAMILA HOYOS ESPERAN AYUDA

Don Marcelino Lamas nació en Pozo Colorado, pero hace 40 años vive en el paraje Ronqui Angosto, a unos 200 metros donde el río Saladillo (o también llamado Ronqui Angosto) taponó la alcantarilla elevando el nivel del agua acumulada que rompió el terraplén produciendo un grave corte en la ruta nacional 52.

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Don Marcelino Lamas nació en Pozo Colorado, pero hace 40 años vive en el paraje Ronqui Angosto, a unos 200 metros donde el río Saladillo (o también llamado Ronqui Angosto) taponó la alcantarilla elevando el nivel del agua acumulada que rompió el terraplén produciendo un grave corte en la ruta nacional 52.

Su humilde casa levantada de piedra con techo de torta de barro cubierto con paja está situada entre esa corriente de agua y la Quebrada Honda.

Alrededor de las 20 del jueves pasado, estaba cerca de una vieja edificación precaria que posee al otro lado de la Quebrada Honda, "refusilaba y llovía mucho, apenas veía lo que sucedía cada vez que el refusilo iluminaba todo. Me puse a rezar, y en eso siento un ruido fuerte, y detrás de ese otro y otro, la casa tembló que me asusté", recordó don Lamas.

Cuando salió a ver qué había sucedido, se dio con que "había bajado el volcán" y que también granizaba, por la luz de los rayos, vio a su señora, doña Camila Hoyos, al otro lado de la quebrada que "boleaba su lutito (una vieja costumbre de los pobladores puneños) para que pasen los relámpagos".

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A pesar del peligro, "me metí por el barro, no podía cruzar y mi señora me gritaba que volviera, pero pude llegar a la casa, y ahí no más se escuchó otro ruido pero mucho más fuerte que el primero".

Cuando otro rayo iluminó el lugar, "vi que se había roto la ruta y el río se venía para aquí, entonces comencé a llorar. Las piedras sonaban fuerte por el agua que las arrastraba, mi señora también lloraba de miedo, no sabía qué hacer", contó.

El gran caudal del Saladillo llegó a pocos metros de su casa cubriendo sus tierras donde había sembrado papa, alfalfa, verduras y hortalizas, "no quedó nada".

Durante la madrugada, "no pude dormir nada". Al día siguiente, "temprano salí de la casa y al ver lo que había sucedido, casi me muero de pena, estaba todo tirado, el barro tapó todo el rastrojo, era un desastre, lloraba al ver lo que había hecho el río".

Desde la ruta "escuchaba a la gente que gritaba", luego ascendió hasta un cerro donde hay señal de telefonía móvil para comunicarse con su hija y contarle lo sucedido. Cerca de las 10 llegaron los bomberos, "pero el agua ya había bajado y se fue a hacer 'la loquera' al vecino", en el paraje Saladillo.

Don Lamas solicitó que le donen ropa, un colchón, mercadería, mangueras para transportar agua hasta su casa y asistencia para nuevamente comenzar a cultivar.

El martes pasado, el comisionado municipal de El Moreno, Bartolomé Alancay, junto al vocal municipal Santiago Lamas y funcionarios municipales, estuvo torteando el techo de la casita de don Lamas, que sufrió daños por acción del granizo y la intensa precipitación.