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Calvarios o descansos para Nuestro Señor Jesucristo

Familias unen manos y voluntades para sostener en el tiempo este ritual que se inició en el Ramal en 1985.
Domingo, 31 de marzo de 2024 01:02
EL “CURACA” Y “MAMA TULLA” | BARTOLOMÉ BALDIVIEZO Y SU ESPOSA GRACIELA URZAGASTI.

El tiempo de Semana Santa se vive con especial devoción en este punto cardinal de la provincia, donde a las celebraciones litúrgicas se suma la religiosidad popular que se traduce en un antiquísimo ritual: los calvarios o descansos para Nuestro Señor Jesucristo.

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El tiempo de Semana Santa se vive con especial devoción en este punto cardinal de la provincia, donde a las celebraciones litúrgicas se suma la religiosidad popular que se traduce en un antiquísimo ritual: los calvarios o descansos para Nuestro Señor Jesucristo.

DE FE | QUIENES LO HACEN LO ASUMEN COMO UN VERDADERO COMPROMISO.

Esta tradición, que fue heredada por las presentes generaciones, se materializó en 1985 en el barrio La Merced, de San Pedro de Jujuy, donde se afincaron familias llegadas desde otros puntos de la provincia y del vecino país y que traían consigo un gran bagaje cultural. Respeto y solemnidad, ofrenda, manos que se unen, todo se conjuga para celebrar con misticismo, el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

De los tres calvarios que se realizaban por aquel entonces, este año, sólo uno se levantó en la avenida Libertador, a cargo de Bartolomé Baldiviezo y su esposa Graciela Urzagasti, quienes junto a las familias Sosa, Trujillo, Adán, Cari, Zamudio, Cano y Mariscal, cumplieron con lo que ellos consideran un verdadero compromiso con el Señor. Juntos debieron superar varias adversidades debido a la difícil situación no sólo por el elevado precio de las flores, verduras y frutas, sino por la escasez, debiendo viajar a otras localidades para conseguir lo necesario para el armado del calvario.

“MAMITA TULLA” | ARMADA CON CALABAZAS, UVAS, POMELOS Y ZANAHORIAS.

Superadas todas las dificultades, celebraron el haber cumplido con el compromiso asumido y así el calvario fue parte de las estaciones del Vía Crucis que se rezó por las calles del barrio el viernes por la tarde.

EL mensaje del "curaca" Baldiviezo estuvo dirigido a quienes tienen la responsabilidad de gobernar el país, para que piensen en el pueblo, en los trabajadores, que todos puedan tener un sueldo digno para sostener a sus familias.

“CACIQUE” O “CURACA” | SUELE LLEVAR UN CARTEL CON EL NOMBRE DEL PROMESANTE.

"También llamamos a la reflexión a los gobernantes del mundo para que pongan freno a la guerra, a la muerte de inocentes y al hambre", dijo el "curaca".

Armado del calvario

ESTRUCTURA ARMADA CON HORCONES | LOS HOMBRES TIENEN A SU CARGO EL FORRADO DEL CALVARIO.

Como cada año, compartir con las familias permite descubrir, percibir y sentir la fe y el amor como fuerza movilizadora que lleva a sus integrantes a asumir y cumplir con el compromiso del armado del calvario sin descuidar detalle, con la mente y corazón puestos en un solo fin, todo lo que ofrendan es para el Señor.

“COLGADERAS” | CAÑAS DONDE SE CUELGAN LAS FLORES, VERDURAS Y FRUTAS.

Cada año, esta tradición tiene como responsable a un matrimonio, el varón es designado "cacique o curaca" y la mujer "mamita tulla".

ROLES | LAS MUJERES SE ABOCAN A LA PREPARACIÓN DE LAS “COLGADERAS”.

La madrugada del viernes, el "curaca" junto a varones que colaboran en el armado de los calvarios, sale en busca de las mejores cañas huecas para forrar la estructura armada con horcones.

En tanto, las mujeres se abocan a la preparación de las "colgaderas", cañas elegidas donde cuelgan las flores, verduras y frutas. Un momento especial se vive al momento del armado de las figuras o muñecos que representarán al matrimonio el "cacique o curaca" y la "mamita tulla", los que son armados con zapallos o calabazas, uvas, pomelos, zanahorias, entre otros, llevando siempre un elemento determinante que permite su rápida identificación, además de un cartel con el nombre de cada uno.

El matrimonio encargado del armado del calvario tiene la responsabilidad de cuidarlo, atender a nuestro Señor o "velarlo", ceremonia que cumple por la tarde, toda la noche hasta el amanecer. Los devotos que lo acompañan comparten algunas bebidas calientes entre rezos y charlas.

FORRADO DEL CALVARIO | UNA LABOR QUE LLEVA SU TIEMPO.

La mañana del sábado se retiran a realizar sus obligaciones y nuevamente se encuentran a la hora del almuerzo. Se quedan toda la tarde y esa noche participan de la misa de Pascua en la capilla y regresan a los calvarios.

El domingo es día de fiesta, celebran al Cristo Resucitado. Al mediodía se desarman los calvarios y se reparten las flores, frutas y verduras que fueron bendecidas. Todos comparten el almuerzo de Pascua y en la oportunidad las "colgaderas" son entregadas al mismo o a otro matrimonio que organizará todo el año siguiente.