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1 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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La República de Santa Anita se disfrutó ayer en Tumbaya

Sabado, 23 de julio de 2011 22:13

POR VALERIA ALFARO El Tribuno Jujuy

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POR VALERIA ALFARO El Tribuno Jujuy

El habitual silencio del norte se vio interrumpido ayer, al celebrarse la octava edición de la feria artesanal de Santa Anita en Tumbaya. A la vera de la ruta nacional, se reeditó la “República de Santa Anita”, una celebración que integra la religiosidad y la cultura local, donde absolutamente todo estuvo realizado en miniatura, en honor a la Santa.


Casi llegando al mediodía los lugareños comenzaron a preparan los diferentes stands realizados en caña.

Ubicados en el playón a orillas de la ruta nacional 9, los niños vestidos de policías ya rodeaban el predio.
Estos pequeños responsables de la seguridad, fueron quienes empezaron a resaltar las obligaciones de la República. Es que los niños policías y guardias ambientales, comenzaron a advertir que el Banco y el Registro Civil ya estaban funcionando, allí muchos comenzaron a entender el significado del evento. El Banco era la primera institución visitada, donde cada peso era cambiado por un billete de Santa Anita, en decir un diminuto billete que debía ser obligatoriamente usado para comprar en la República.


Sin embargo las reglas no terminaban cambiando el dinero, sino que inmediatamente después se debía recurrir al Registro Civil para sacar el pequeño Documento Nacional de Identidad, fundamental para transitar sin ser enviado a la cárcel.


Una vez identificado por el verdadero nombre pero en diminutivo, cada persona podría transitar libremente y proceder a la compra de los productos en la feria. Es así, que luego las personas podían disfrutar de artesanías, comidas regionales, y hasta pequeños accesorios. Además, la feria tiene la particularidad de que todos los productos están realizados en materiales autóctonos como el cardón, cuero y cerámica. En tanto que las comidas eran realizadas con papa andina, maíz y queso de cabra; también se podían encontrar pastafrolas, empanadas, empanadillas, maicenas, tortas, envasados, encurtidos, tamales, y asado, entre otros; todos realizados en miniatura.


Pero toda República debe tener un líder, y por lo tanto, una apertura oficial. El presidente elegido fue Ivo Cruz, de la Escuela “18 de Noviembre” de Tumbaya, quien fue elegido democráticamente por el voto de sus compañeros. A manera de darle formalidad a la presentación, el presidente izó la Bandera Nacional seguida por la entonación del Himno Nacional; y luego brindó su discurso de apertura.


“Bienvenidos a la República de Santa Anita”, dijo el presidente, al tiempo que agradeció a las instituciones participantes por colaborar en la presentación. Estuvo acompañado del presidente de la Comisión Municipal, Hugo Mamaní; quien se mostró atento en todo momento con los visitantes. Luego los niños del grupo de folclore de Tumbaya, realizaron una presentación en donde bailaron gato y escondido, ante la presencia de gran cantidad de turistas que se fueron acercando a medida que transcurría la hora.

Bendición y matrimonios


En medio de los pequeños policías que perseguían para enviar a la cárcel a los indocumentados, el ambiente se tornó totalmente alegre, cuando hizo su entrada el párroco de la República. Es que el “padre gaucho Roberto” bendijo a los presentes y a cada puesto, e inmediatamente muchas parejas le pidieron autorización para casarse.


De esta manera y teniendo de fondo los sones del músico norteño “Chango Huaira”, todos los pobladores y visitantes de la República se reunieron para celebrar la boda de dos visitantes de San Salvador de Jujuy; “Sergito” y “Anita”. Entonces, los padrinos, visitantes desde Mar del Plata, corrieron a comprar las sortijas y los recordatorios. Finalizado el protocolo, el padre Roberto bendijo a los esposos, quienes entregando sus documentos recibieron el acta de matrimonio y dieron el “sí”. El festejo cerró con el clásico arroz para celebrar el augurio, finalizando con el vals de los recién casados.


Aunque esta fue la celebración más llamativa en la República, las personas visitantes -que adentro son solteras- también podían divorciarse y contraer matrimonio cuantas veces quisieran, igualmente podían anotar a sus hijos ficticios, y acudir a la aduana para realizar trámites. Aunque todo parecía un mundo de fantasía, las costumbres dicen que las personas que compren los otros productos en miniatura y se casen en la República, pueden conseguir los mismos resultados en la vida real, es por esta razón que muchos llegaban para comprar pequeñas casas, llaves y autos, entre otros.

Origen de la festividad


La feria artesanal de Santa Anita se inició hace más de diez años, por iniciativa de catequistas de Tumbaya, quienes les enseñaron a los niños la costumbre de homenajear a Santa Anita a través de la confección de una pequeña ciudad.


Luego se transformó en una feria ubicada en la plaza, en donde además de productos artesanales, se vendían comidas y otros productos; pero siempre con el afán de venerar a Santa Anita, la madre de la Virgen María, quien realizaba estas miniaturas a la espera del Niño Dios.


“Es algo complicado realizar trabajos en miniatura”, dice Hugo Choque uno de los casi veinte artesanos que participa desde hace varios años.


Esta costumbre actualmente significa una gran oportunidad para la localidad, es por eso que organizada por la Comisión Municipal y con colaboración de la Secretaría de Turismo y Cultura, busca fomentar el desarrollo y difundir la cultura del lugar. Un paso importante este año, fue el cambio del sitio de realización. De la plaza, ayer la feria se instaló en el predio a la vista de la ruta 9, para que los turistas la divisen.