Recorrer los principales atractivos turísticos de Londres es un ejercicio obligado, o más bien, es poco factible no caminar sin encontrarse edificios y lugares con actividades atractivas.
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Recorrer los principales atractivos turísticos de Londres es un ejercicio obligado, o más bien, es poco factible no caminar sin encontrarse edificios y lugares con actividades atractivas.
Pero el traslado desde el centro hasta el Parque Olímpico es un mundo de contrastes, porque si se conduce desde el emblemático London Eye al núcleo mismo de los Juegos, aprecia las dimensiones de una verdadera gran ciudad, con sus variantes y sus estilos de acuerdo a cada suburbio.
Bien diferenciados por su avenida principal, por sus paseos de comidas, por su iglesia, por su estación y por sus hogares al estilo de monoblocks, pero no tan altos como uno acostumbra ver y con una arquitectura que se valora como patrimonio histórico.
Así se pasa de vivir entre turistas en las calles más pintorescas hasta aquellas en donde las edificaciones no tienen tanto brillo y en donde los árabes, hindúes, musulmanes y también los negros son mayoría. No en vano, Gran Bretaña planea realizar una performance histórica en los próximos 17 días: a las actividades en las que tradicionalmente el británico se destaca y goza, se suman aquellas en donde la motricidad en gran velocidad, la explosividad y la elasticidad son claves.
Está claro que aquí hace varias décadas unas cuantas costumbres y estilos conviven dentro de la misma idiosincrasia. Pero esto no ha evitado que el británico se haya planteado ser servicial en todo momento, al menos durante estas semanas que durarán los Juegos.
Famosos por su seriedad y hermetismo, este enviado ha encontrado gran predisposición por parte de los londinenses que recibirán turismo como nunca antes lo han hecho, aun siendo, en condiciones normales, la ciudad más visitada del mundo.
Por eso, han aprovechado el acontecimiento para duplicar y triplicar el costo de los alojamientos desde el día 27 de julio en relación a lo que se ofrecía hasta el 26. Así, al menos por esta vez, hoteles de alta gama y hostales para jóvenes compartieron criterios.
Siguiendo con la salud del bolsillo, trasladarse en tren o subte por esta ciudad nunca fue económico; los locales son conscientes y no dejan de aprovechar los abonos semanales, mensuales o anuales que el turista pocas veces sabe hasta qué punto le conviene.
Por otro lado, comer y tomar bien siempre tuvo su buen costo, sobre todo si uno se maneja en lugares turísticos o aledaños a las sedes olímpicas y se acerca a lugares que se jactan de comida exótica para presentar una empanada argentina a 2 libras esterlinas (oficialmente, más de 14 pesos argentinos), pero basta con caminar un par de cuadras para encontrar los mismos minimercados que se encuentran en todo el mundo.
¡Ah! Los londinenses también son humanos. Abundaron los errores tipográficos ante tantas credenciales solicitadas en el mundo y no son pocos los peatones que se animan al semáforo en rojo.
La obsesión por conocer toda una ciudad en un mismo día nunca fue tarea sencilla. Mucho menos cuando se prepara para albergar el espectáculo más importante del año en el mundo, a cualquier nivel. Los Juegos Olímpicos se acercan. Ya nada será igual.