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Servicio al borde del colapso busca apoyo del sentido común

Miércoles, 15 de agosto de 2012 19:23

Las empresas jujeñas de transporte automotor de pasajeros vuelven a enfrentar una situación crítica, derivada de diversos factores que confluyen para ponerlas al borde del quebranto. Sólo por citar algunos de ellos, se puede mencionar al congelamiento de subsidios que el Gobierno nacional dispuso oportunamente para auxiliar al sector, a lo que se debe agregar la odiosa diferencia que se marca en los montos de dichos subsidios, ya que un ómnibus que circula en la Ciudad de Buenos Aires recibe hasta tres veces más que uno que circula en Jujuy, cuando se obvio que la recaudación de ese servicio en la Capital del país, es infinitamente superior a la que se obtiene circulando en la capital jujeña; otros factores los constituyen los costos de mantenimiento de las unidades, los precios casi absurdos de los neumáticos (cuando se pueden conseguir), los repuestos que no se pueden encontrar por las trabas a las importaciones que generan bajas sensibles en el parque automotor, las compras que necesariamente se realizan en dólares y que se encuentran bloqueadas por la situación que es de público conocimiento. Paralelamente, los aumentos en las naftas y gas natural comprimido, más el atraso de los cuadros tarifarios, conforman un cóctel explosivo para la salud del sistema de transporte automotor de pasajeros de Jujuy. Naturalmente, los “patos de la boda” que estás a la vista son, en primer lugar, los usuarios de este servicio, es decir el pueblo. Y le siguen los trabajadores de las empresas de transporte, y finalmente, las mismas empresas, cuya estabilidad se encuentra en serio riesgo.

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Las empresas jujeñas de transporte automotor de pasajeros vuelven a enfrentar una situación crítica, derivada de diversos factores que confluyen para ponerlas al borde del quebranto. Sólo por citar algunos de ellos, se puede mencionar al congelamiento de subsidios que el Gobierno nacional dispuso oportunamente para auxiliar al sector, a lo que se debe agregar la odiosa diferencia que se marca en los montos de dichos subsidios, ya que un ómnibus que circula en la Ciudad de Buenos Aires recibe hasta tres veces más que uno que circula en Jujuy, cuando se obvio que la recaudación de ese servicio en la Capital del país, es infinitamente superior a la que se obtiene circulando en la capital jujeña; otros factores los constituyen los costos de mantenimiento de las unidades, los precios casi absurdos de los neumáticos (cuando se pueden conseguir), los repuestos que no se pueden encontrar por las trabas a las importaciones que generan bajas sensibles en el parque automotor, las compras que necesariamente se realizan en dólares y que se encuentran bloqueadas por la situación que es de público conocimiento. Paralelamente, los aumentos en las naftas y gas natural comprimido, más el atraso de los cuadros tarifarios, conforman un cóctel explosivo para la salud del sistema de transporte automotor de pasajeros de Jujuy. Naturalmente, los “patos de la boda” que estás a la vista son, en primer lugar, los usuarios de este servicio, es decir el pueblo. Y le siguen los trabajadores de las empresas de transporte, y finalmente, las mismas empresas, cuya estabilidad se encuentra en serio riesgo.

En el caso de San Salvador de Jujuy, todos los ojos, están puestos en el Concejo Deliberante.

En busca de una salida

La salida a tan difícil encerrona, deberá pasar necesariamente por una adecuación tarifaria que ayude a descomprimir la delicada situación.

Lamentablemente, ello resentirá los castigados bolsillos de la gente, que aunque sean centavos de diferencia, en la suma mensual significa una carga extra. Para ello, los empresarios del transporte han presentado a las autoridades municipales estudios de costo que avalan lo enunciado, a la espera de una resolución que no debería demorar demasiado. Los expertos en esta materia, señalaron que otra alternativa sería la actualización de los subsidios que llegan del Gobierno nacional, o la instrumentación de subsidios otorgados por el Gobierno de la Provincia o las administraciones municipales en sus respectivas ciudades. Esto, aparece como imposible, considerando que la Nación cerró los grifos de la ayuda, que el Gobierno Provincial anunció con crudeza su situación económica en el límite de las posibilidades de funcionamiento del estado, y se deben descartar también mayores compromisos de los gobiernos municipales que este mes casi no llegaron a cumplir a tiempo con sus grillas salariales.

La situación capitalina

En el caso de San Salvador de Jujuy, todos los ojos, están puestos en el Concejo Deliberante, de donde debería salir una respuesta urgente, que además serviría como caso testigo y antecedente para replicar en otras ciudades del interior.

Encontrar un fondo especial de ayuda, establecer una tarifa de resguardo para el servicio, o aliviar la presión tributaria de las empresas son algunos de los temas en conversación. Lamentablemente, un edil capitalino, malinterpretando su función de opositor, o posiblemente sin la información suficiente en su poder, se han apresurado a realizar una suerte de “llamado de atención”, advirtiendo como un descubrimiento la obviedad de que las empresas están subsidiadas. La actitud mereció una durísima respuesta de las empresas de transporte, pero igualmente hasta el momento no se advierten respuestas concretas.

A considerar

Lo importante será que los legisladores municipales comprendan que tan importante como cuidar el bolsillo de la gente, es también proteger para el pueblo un servicio tan esencial como el transporte público, y con él, la fuente de trabajo de la que viven miles de familias. Y que los tiempos no admiten dilaciones ni aprovechamientos de la politiquería.