El presidente del Instituto Belgraniano de Jujuy, Luis Grenni, señaló que la jura de fidelidad protagonizada por Manuel Belgrano y sus tropas a orillas del río Juramento fue a la Asamblea del año XIII, y no como difunde el Gobierno de Salta, celebrando el Bicentenario de ambos hechos, que también se hizo por la Bandera. Por eso instó a las autoridades y al presidente del Instituto Belgraniano de Salta "a ajustarse a la verdad histórica", ya que la jura y bendición de la bandera tuvo lugar en Jujuy el 25 de mayo de 1812.
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El presidente del Instituto Belgraniano de Jujuy, Luis Grenni, señaló que la jura de fidelidad protagonizada por Manuel Belgrano y sus tropas a orillas del río Juramento fue a la Asamblea del año XIII, y no como difunde el Gobierno de Salta, celebrando el Bicentenario de ambos hechos, que también se hizo por la Bandera. Por eso instó a las autoridades y al presidente del Instituto Belgraniano de Salta "a ajustarse a la verdad histórica", ya que la jura y bendición de la bandera tuvo lugar en Jujuy el 25 de mayo de 1812.
Grenni indicó que "la biografía del general Manuel Belgrano editada por el Instituto Nacional Belgraniano, con el aval de 39 miembros de número, 6 miembros eméritos, 13 miembros honorarios y 16 miembros correspondientes- en su página 233 y 234 dice textualmente: "Belgrano se estableció en la margen norte del Pasaje en cuyo punto decidió prestar el juramento de obediencia a la asamblea general, la que había inaugurado sus tareas el 31 de enero, asamblea que iba a promulgar leyes de la mayor trascendencia inspiradas en un espíritu liberal que honra a los hombres que la votaron, quienes manifestaron sus propósitos de emancipación, con las leyes relativas al Escudo y al Himno Nacional".
"El 13 de febrero, acompañado por Belgrano y el coronel Martín Rodríguez, el mayor Díaz Vélez, con una escolta de granaderos que marchaban a son de música, llevó la bandera azul y blanca hacia el centro del cuadro que formaban las tropas del ejército. Entonces el general se adelantó hacia éstas, y las arengó al presentarles la enseña: ’esta será -díjoles- el color de la nueva divisa con que se marchará al combate los nuevos campeones de la Patria’. Luego de explicar el carácter del acto que se iba a realizar él mismo juró por su parte obediencia a la Asamblea, juramento que fue prestado individualmente ante el general por los jefes de cuerpos y oficiales superiores. "En seguida interrogué -relata Belgrano- bajo la misma fórmula a todos los individuos que formaban el cuadro, quienes con sus expresiones y la alegría de sus semblantes manifestaban la sinceridad de sus promesas y el júbilo que había causado el logro de sus justos deseos. Colocando después el mayor general su espada en cruz con el asta bandera, todas las tropas en desfilada la fueron besando de uno a uno y finalizando este acto, volvió el mismo mayor general con la bandera hasta el lugar de mi alojamiento a la cabeza de todos los cuerpos que le seguían a son de música. Yo no puedo manifestar a VE cuánto ha sido el regocijo de las tropas y demás individuos que siguen este ejército: una recíproca felicitación de todos por considerarse ya revestidos con el carácter de hombres libres y las más ardientes y reiteradas protestas de morir antes que de volver a ser esclavos, han sido las expresiones comunes con que han celebrado tan feliz nueva y que deban afianzar las esperanza de cimentar muy en breve el gran edificio de nuestra libertad civil" (Mitre, Historia de Belgrano II, 342).
El titular del Instituto Belgraniano de Jujuy dijo que "muchos confunden este hecho histórico de la Jura de obediencia a la Asamblea del año XIII con la Jura de la Bandera. Muy claramente Belgrano lo expresó en tal circunstancia, la que además informa y da parte a la Junta de lo actuado. Esta es la verdad irrefutable, la que como se verá, en ningún momento habla de la Jura de la Bandera
"La jura de fidelidad a la Asamblea del año XIII es un hecho significativo porque se trataba de una asamblea representativa de las provincias y por sus características se constituía en el primer parlamento cuyas resoluciones y representatividad avalaban de hecho la creación de una nueva Nación en forma orgánica como un Estado independiente y como un Estado de derecho, basado en la forma democrática, que reemplazaría al Estado monárquico".
Destacó que "en el proceso revolucionario, la jura y bendición de la bandera se había realizado en Jujuy el 25 de mayo de 1812, cuando Belgrano introduce la bandera en la Iglesia Catedral y la hace bendecir por el canónigo Juan Ignacio de Gorriti dándole sacralidad, y luego con el pueblo y los soldados formados en cuadro sobre la Plaza Mayor procede a su juramento dando una memorable arenga: "Soldados, hijos dignos de la Patria, camaradas míos: dos años ha que por primera vez resonó en estas regiones el eco de la libertad y él continúa propagándose hasta por las cavernas más recónditas de los Andes, pues que no es obra de los hombres sino del Dios omnipotente que permitió a los americanos que nos presentase la ocasión de entrar al goce de nuestros derechos: el 25 de mayo será para siempre memorable en los anales de nuestra historia y vosotros tendréis un motivo más de recordarlo, cuando veáis en él, por primera vez, la bandera nacional en mis manos que ya os distingue de las demás naciones del globo, sin embargo de los esfuerzos que han hecho los enemigos de la sagrada causa que defendemos para echarnos cadena y hacer más pesada que las que cargaba...Ea, pues soldados de la Patria, no olvidéis jamás que nuestra obra es de Dios; que él nos ha concedido esta bandera, que nos manda que la sostengamos y que no hay una sola cosa que nos empeñe a mantenerla con el honor y decoro que le corresponde. Nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos, nuestros conciudadanos, todos fijan en nosotros la vista y deciden que a vosotros es a quienes corresponderá todo su reconocimiento si continuáis en el camino de la gloria que os habéis abierto. Jurad conmigo así y en prueba de ello, repetid: Viva la Patria" (Del Archivo Capitular de Jujuy con la recopilación de Ricardo Rojas, datos que se consignan verificables en el Archivo General de la Nación y Archivo Capitular de Jujuy)".
Grenni consideró después que "este hecho fue altamente significativo, porque marcará un antes y un después. Los ejércitos virreinales no podían permitir ni tolerar ni avalar semejante intento independentista en sus colonias al bendecir y jurar una bandera como símbolo de soberanía y disponer un territorio como una nación independiente más del globo, lo que provocará la reacción desmedida para acallar con toda violencia un hecho semejante y marcar el escarmiento feroz ante nuevos atentados de este tipo en la colonia. Esta razón es la que necesariamente produjo el Éxodo ante la imposibilidad de contener semejante ejército iniciando con ello Belgrano, una nueva estrategia en la participación del pueblo, a través de la lucha en una guerra popular donde como consecuencia se producirá luego Las Piedras, Tucumán y Salta".
"La Historia es una ciencia que debe ser respaldada por pruebas documentales", finalizó diciendo.