María López, la actriz española que trae a Jujuy y a la Argentina, la obra "María, La Jabalina", conversó con El Tribuno de Jujuy, antes de la primera función en nuestra ciudad, que fue anoche en el Teatro El Pasillo (José de la Iglesia 1190). La segunda será esta noche a las 22 en la misma sala.
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María López, la actriz española que trae a Jujuy y a la Argentina, la obra "María, La Jabalina", conversó con El Tribuno de Jujuy, antes de la primera función en nuestra ciudad, que fue anoche en el Teatro El Pasillo (José de la Iglesia 1190). La segunda será esta noche a las 22 en la misma sala.
Cuando comienza a hablar, María se adentra en la historia que la movilizó y que la comprometió se diría de por vida, con la misión de llevar a través de las tablas, la historia de una de las tantas mujeres que no figuran en las historias de los libros, y cuyas intervenciones fueron fundamentales para algunos logros de la modernidad. "Voy a hablar de una soldado desconocida que hizo que ahora yo tenga una vida mejor, que yo tenga derechos ella murió y nadie le ha agradecido", se dijo cuando la reconocida poeta española Paca Aguirre le encargó este trabajo. "Te tiro una idea", le dijo Paca, pensando en un encuentro de mujeres de las Universidades Populares, y le lanzó un título motivador como "La inútil sabiduría de las mujeres" y le dio libertad para elegir a una mujer.
Esta obra habla de María Pérez Lacruz, alias "La Jabalina", que por cierto vivió en el pueblo en que vivió también la actriz, Puerto de Sagunto. Por eso conocía la "leyenda" o los "mitos" que circulaban sobre La Jabalina, hasta que decidió contar su historia. Con la ayuda del biógrafo Manuel Girona Rubio, comenzó a elabora y armar los pedazos de una historia de valentía, al punto de comprometerse física y afectivamente con ese nombre que María López representa en escena. Fue una militante anarquista que le puso el cuerpo a la guerra civil cuando sólo tenía 19 años y finalmente fue fusilada por la dictadura de Francisco Franco a los 25 años, después de tres años de cárcel. Para matarla esperaron que cumpliera la mayoría de edad, que por entonces en España y para la mujer, era a los 25 años.
Con toda esta historia "se me plantearon todas las crisis", dice la artista, de hecho después del estreno de "María La Jabalina" en España, en el año 2008, "he estado cinco años sin hacerla, y retomé en el 2013 porque no quería hacer "cainismo’. Paca (Aguirre) dice una cosa maravillosa que es que ’el dolor hay que ponerlo a trabajar, no sirve de nada la venganza". Yo no sabía de qué manera, hasta que encontré una forma dramatúrgica, que es que cuento la historia al revés. A mí no importa la muerte de María, porque ella no la eligió. A mí lo que me importa de ella es su vida, cómo se comprometió con lo que debía, cuando debía y como debía", comenta apasionadamente.
La obra se presentará nuevamente esta noche a las 22, en el Teatro El Pasillo (José de la Iglesia 1190). (Anoche fue la primera función).
Le pregunto hasta cuando considera que tiene el compromiso de seguir mostrando a alguien que fue real, que sólo sobrevivió a los libros mudos a través de su propuesta artística. Y contestó: "Tenía una obligación de hacer juicios legales. Lo que más me llamaba la atención era la obsesión por matar a alguien que no era el líder o la cabeza de la rebelión, por qué ese ensañamiento con María al punto de fusilarla. Hace algunos años estábamos haciendo "Las Troyanas" con otra artista, y un día tuvimos que suspender un ensayo porque había sucedido el atentado a las Torres Gemelas, y mi compañera concluyó: ’¿Te das cuenta Lola? Eurípides lo escribió hace 2000 años, y da igual, no aprendemos nada’. Entonces, volviendo a La Jabalina, cómo hacer que esta obra acabe. Ojalá aprendiéramos y no necesitáramos hacer este tipo de obras, y tuviéramos que hacer nada más que comedias. Si así fuera, ya firmo donde quieras. Pero creo que cuando narras algo, se convierte en algo que trasciende y es más universal".
La forma en que cuenta después de tantos años que le llevó la obra y la investigación previa, con tantos detalles, y tanta pasión, la perfila como una artista que en cada función es La Jabalina, porque sabe que es quizás la única oportunidad de que aunque sea una parte del mundo (su platea) conozca a esta fémina.
La puesta cuenta en la Argentina con la colaboración en producción de Gabriela Borgna, Leandra Rodríguez, y su llegada a Jujuy fue exclusivamente gracias al trabajo de Rodolfo Pacheco, actual representante del Instituto Nacional del Teatro en Jujuy, y de Rubén "Chuña" Iriarte, director del Teatro El Pasillo.
Sobre la puesta, la actriz explicó que la obra va muy afinada con el estilo cinematográfico porque a pie de texto entran imágenes de cine, de radio, o canciones y coplas. La historia de La Jabalina se cuenta a través de ellos un poco, y en forma cronológica en imágenes de esa España de los ´30.