En Córdoba, Gimnasia y Esgrima se debatía con aciertos y errores la posibilidad de ascender a la máxima categoría del
fútbol argentino, mientras que en la Capital el interés por el partido mostraba un panorama pobre.
Solo frente a la pantalla gigante instalada en el estadio "
23 de Agosto" se contagiaron los hinchas que en un número cercano al millar se agolparon a seguir las alternativas del partido del "lobo" frente a Aldosivi.
"En las buenas y en las malas estamos junto a Gimnasia" se escuchó decir a algunos. Se ataviaron con camisetas, gorros, banderas y "trapos" para alentar a la distancia al equipo de sus amores.
El ambiente se fue poniendo más colorido con el paso de los minutos, porque se fueron sumando más hinchas que llegaron corriendo al lugar elegido como concentración.
La Policía de la Provincia montó un operativo de seguridad apostando personal uniformado en las calles que confluyen en esa zona, dejando libre la circulación adyacente al estadio como si fuera un día de partido habitual.
También estuvieron los infaltables vendedores ambulantes de toda clase de atributos del "lobo", los conocidos pancheros y los carros humeantes ofreciendo el tradicional choripán. Todo el folclore del fútbol con los colores celeste y blanco vividos por el millar de aficionados que llegaron al lugar ilusionados que su equipo logre el ansiado sueño de ascender de categoría para que vuelvan a arribar a Jujuy, los grandes del fútbol argentino.
Pero, el gol de Aldosivi cayó como un balde de agua fría en los presentes y dejó un manto de dudas en la capacidad de reacción que podría mostrar el "lobo".
Ese paisaje futbolero contrastó notablemente con otros sectores de la ciudad donde la gente pareció estar ajena a esos avatares. En la zona de la vieja Terminal de ómnibus, punto neurálgico del movimiento automotor y del gentío siempre pululando por ese lugar, todo seguía su curso normal, ajenos totalmente al fútbol.
Incluso las casas de comida, tenían pocos comensales mirando el partido por televisión. Hacia el centro, la cosa no varió mucho, cada uno viviendo "su" mundo.
En Córdoba, Gimnasia y Esgrima se debatía con aciertos y errores la posibilidad de ascender a la máxima categoría del
fútbol argentino, mientras que en la Capital el interés por el partido mostraba un panorama pobre.
Solo frente a la pantalla gigante instalada en el estadio "
23 de Agosto" se contagiaron los hinchas que en un número cercano al millar se agolparon a seguir las alternativas del partido del "lobo" frente a Aldosivi.
"En las buenas y en las malas estamos junto a Gimnasia" se escuchó decir a algunos. Se ataviaron con camisetas, gorros, banderas y "trapos" para alentar a la distancia al equipo de sus amores.
El ambiente se fue poniendo más colorido con el paso de los minutos, porque se fueron sumando más hinchas que llegaron corriendo al lugar elegido como concentración.
La Policía de la Provincia montó un operativo de seguridad apostando personal uniformado en las calles que confluyen en esa zona, dejando libre la circulación adyacente al estadio como si fuera un día de partido habitual.
También estuvieron los infaltables vendedores ambulantes de toda clase de atributos del "lobo", los conocidos pancheros y los carros humeantes ofreciendo el tradicional choripán. Todo el folclore del fútbol con los colores celeste y blanco vividos por el millar de aficionados que llegaron al lugar ilusionados que su equipo logre el ansiado sueño de ascender de categoría para que vuelvan a arribar a Jujuy, los grandes del fútbol argentino.
Pero, el gol de Aldosivi cayó como un balde de agua fría en los presentes y dejó un manto de dudas en la capacidad de reacción que podría mostrar el "lobo".
Ese paisaje futbolero contrastó notablemente con otros sectores de la ciudad donde la gente pareció estar ajena a esos avatares. En la zona de la vieja Terminal de ómnibus, punto neurálgico del movimiento automotor y del gentío siempre pululando por ese lugar, todo seguía su curso normal, ajenos totalmente al fútbol.
Incluso las casas de comida, tenían pocos comensales mirando el partido por televisión. Hacia el centro, la cosa no varió mucho, cada uno viviendo "su" mundo.