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El gobierno colombiano y las FARC evalúan cómo seguir el diálogo

Martes, 02 de diciembre de 2014 00:00
Uno de esos rehenes fue el general Rubén Alzate -experto en contrainsurgencia y el militar de más alto rango raptado por las FARC en toda su historia-, a quien Santos reclamó públicamente explicaciones sobre cómo fue secuestrado y al que pueden caberle severas sanciones por ello, según anticipó la prensa local.

Encabezados por su jefe, el ex vicepresidente Humberto de la Calle, los representantes del gobierno viajaron esta tarde a La Habana, sede de las negociaciones con las FARC iniciadas el 19 de noviembre de 2012.

"Ellos viajan a evaluar dónde está el proceso, para dónde vamos, y hacer una evaluación fría, objetiva, del proceso, para ver cómo podemos continuar; salen esta tarde y mañana tienen la primera reunión", informó esta mañana Santos en su programa semanal de radio.

De la Calle había anticipado anoche, en una declaración que leyó a la salida de una conversación con Santos, que los negociadores gubernamentales se proponían mantener "una reunión de dos días con parte de la delegación de las FARC".

Hay que mostrar "hechos que les demuestren a los colombianos en el terreno que nos aproximamos al fin del conflicto; hace meses que venimos discutiendo con las FARC medidas de desescalamiento y es hora de pasar de la discusión a la acción", agregó De la Calle hoy, poco antes de subir al avión que lo llevó a la capital cubana.

Las negociaciones en busca de un acuerdo definitivo de paz fueron suspendidas por Santos el 16 de noviembre, dos días antes de la fecha prevista para que se iniciara el 31er. ciclo de conversaciones, centrado en el tema de las víctimas, el cuarto de los cinco puntos de la agenda acordada por las partes.

La decisión de Santos fue consecuencia del secuestro de Alzate, el cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, entregados ayer por las FARC a una misión dirigida por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) e integrada también por representantes de Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz.

Santos había condicionado la reanudación del diálogo a la liberación de esos tres rehenes, así como la de los soldados César Rivera y Jonathan Díaz, raptados por las FARC una semana antes que aquéllos y liberados el martes pasado.

"La superación de este obstáculo no debe ser un motivo solo para retomar las conversaciones sino para buscar su pronta terminación", remarcó hoy De la Calle.

El exvicepresidente valoró "la presencia de comandantes de las FARC" en el operativo de liberación de Alzate, Rodríguez y Urrego, pero criticó la difusión por parte del grupo guerrillero de fotos tomadas en esos momentos y dijo que "eso está por fuera de lo acordado".

Alzate, Rodríguez y Urrego permanecían hoy en el Hospital Militar Central de Bogotá, a donde ingresaron en la tarde de ayer, a la espera de que se les realizaran evaluaciones psic

"Espero que en el transcurso del día de hoy las Fuerzas Militares y el propio general Alzate salgan a decir qué fue lo que sucedió y le den una explicación al país", dijo Santos.

El general y sus acompañantes fueron raptados en una zona del departamento selvático Chocó en un hecho sin violencia y en el que el primero estaba vestido de civil y sin escolta, según testigos.

Las autoridades presumen que Alzate se desplazó por esa zona -de fuerte presencia guerrillera- sin respetar los protocolos de seguridad.

El diario bogotano El Tiempo afirmó hoy en su sitio web que, tras la liberación de Alzate, "su continuidad en la fuerza pública queda en alto riesgo", y que "fuentes cercanas al alto mando consideran que es altamente probable que tenga que dar un paso al costado y que terminen así 35 años de carrera" militar.

El periódico especuló con tres posibles motivos por los que Alzate haya ido de civil y sin escolta al lugar donde lo secuestraron: por una "situación personal", por los proyectos de electrificación que las Fuerzas Militares llevan adelante en la zona o por la posibilidad de una falsa entrega de guerrilleros.
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Uno de esos rehenes fue el general Rubén Alzate -experto en contrainsurgencia y el militar de más alto rango raptado por las FARC en toda su historia-, a quien Santos reclamó públicamente explicaciones sobre cómo fue secuestrado y al que pueden caberle severas sanciones por ello, según anticipó la prensa local.

Encabezados por su jefe, el ex vicepresidente Humberto de la Calle, los representantes del gobierno viajaron esta tarde a La Habana, sede de las negociaciones con las FARC iniciadas el 19 de noviembre de 2012.

"Ellos viajan a evaluar dónde está el proceso, para dónde vamos, y hacer una evaluación fría, objetiva, del proceso, para ver cómo podemos continuar; salen esta tarde y mañana tienen la primera reunión", informó esta mañana Santos en su programa semanal de radio.

De la Calle había anticipado anoche, en una declaración que leyó a la salida de una conversación con Santos, que los negociadores gubernamentales se proponían mantener "una reunión de dos días con parte de la delegación de las FARC".

Hay que mostrar "hechos que les demuestren a los colombianos en el terreno que nos aproximamos al fin del conflicto; hace meses que venimos discutiendo con las FARC medidas de desescalamiento y es hora de pasar de la discusión a la acción", agregó De la Calle hoy, poco antes de subir al avión que lo llevó a la capital cubana.

Las negociaciones en busca de un acuerdo definitivo de paz fueron suspendidas por Santos el 16 de noviembre, dos días antes de la fecha prevista para que se iniciara el 31er. ciclo de conversaciones, centrado en el tema de las víctimas, el cuarto de los cinco puntos de la agenda acordada por las partes.

La decisión de Santos fue consecuencia del secuestro de Alzate, el cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, entregados ayer por las FARC a una misión dirigida por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) e integrada también por representantes de Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz.

Santos había condicionado la reanudación del diálogo a la liberación de esos tres rehenes, así como la de los soldados César Rivera y Jonathan Díaz, raptados por las FARC una semana antes que aquéllos y liberados el martes pasado.

"La superación de este obstáculo no debe ser un motivo solo para retomar las conversaciones sino para buscar su pronta terminación", remarcó hoy De la Calle.

El exvicepresidente valoró "la presencia de comandantes de las FARC" en el operativo de liberación de Alzate, Rodríguez y Urrego, pero criticó la difusión por parte del grupo guerrillero de fotos tomadas en esos momentos y dijo que "eso está por fuera de lo acordado".

Alzate, Rodríguez y Urrego permanecían hoy en el Hospital Militar Central de Bogotá, a donde ingresaron en la tarde de ayer, a la espera de que se les realizaran evaluaciones psic

"Espero que en el transcurso del día de hoy las Fuerzas Militares y el propio general Alzate salgan a decir qué fue lo que sucedió y le den una explicación al país", dijo Santos.

El general y sus acompañantes fueron raptados en una zona del departamento selvático Chocó en un hecho sin violencia y en el que el primero estaba vestido de civil y sin escolta, según testigos.

Las autoridades presumen que Alzate se desplazó por esa zona -de fuerte presencia guerrillera- sin respetar los protocolos de seguridad.

El diario bogotano El Tiempo afirmó hoy en su sitio web que, tras la liberación de Alzate, "su continuidad en la fuerza pública queda en alto riesgo", y que "fuentes cercanas al alto mando consideran que es altamente probable que tenga que dar un paso al costado y que terminen así 35 años de carrera" militar.

El periódico especuló con tres posibles motivos por los que Alzate haya ido de civil y sin escolta al lugar donde lo secuestraron: por una "situación personal", por los proyectos de electrificación que las Fuerzas Militares llevan adelante en la zona o por la posibilidad de una falsa entrega de guerrilleros.

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