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Azucareros piden no modificar impuestos

Martes, 19 de agosto de 2014 00:00

El Centro Azucarero Argentino (CAA) pidió a los legisladores nacionales que no avancen en el tratamiento del proyecto que impulsa el sector vitivinícola, de modificar el articulo 26 de la Ley 24.674 para aumentar la alícuota de los impuestos internos a la industria embotelladora de bebidas analcohólicas.

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El Centro Azucarero Argentino (CAA) pidió a los legisladores nacionales que no avancen en el tratamiento del proyecto que impulsa el sector vitivinícola, de modificar el articulo 26 de la Ley 24.674 para aumentar la alícuota de los impuestos internos a la industria embotelladora de bebidas analcohólicas.

En una nota personalizada dirigida a todos los legisladores del Congreso Nacional, el CAA advirtió que el efecto real que producirá la medida, si fuera aprobada, sería “una caída de la demanda de azúcar igual o mayor al crecimiento de los precios de las gaseosas, en un 38%”.

La nota, que lleva la firma del presidente del CAA, embajador Fernando Nebbia, indica que en su propuesta la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) no menciona los efectos que la medida tendrá sobre la economía en general, tales como “el impacto inflacionario que generará un incremento de los precios de las gaseosas de hasta un 38%” y “la contribución a la caída del consumo de alimentos y bebidas por el efecto precio ya mencionado”.

El sector azucarero está integrado por 23 ingenios y 6000 cañeros independientes, y es la principal fuente de ingreso del NOA. El sector azucarero está integrado por 23 ingenios y 6000 cañeros independientes, y es la principal fuente de ingreso del NOA.

Otras consecuencias negativas que avizora el CAA son “pérdidas de puestos de trabajo en el sector cañero, en los ingenios del NOA y del NEA, en las embotelladoras de todo el país y en las fábricas de fructosa de San Luis, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, caída de la recaudación total de impuestos y caída de demanda de bebidas gaseosas azucaradas y su correlato en la demanda de azúcar y de cualquier otro edulcorante que se utilice” indicó.

El embajador Nebbia destaca que el sector azucarero está compuesto por 23 ingenios y alrededor de 6.000 cañeros independientes, distribuidos en las provincias del NEA y el NOA argentinos; genera 50.000 empleos directos y alrededor de 250.000 indirectos, y es la principal fuente de ingreso del NOA.

Al manifestar la oposición a la propuesta del sector vitivinícola y de la Coviar, Nebbia señaló que ante la primera versión del proyecto, el CAA ya había expresado con fundamentados argumentos su preocupación y rechazo. Luego dijo que “la sucesiva serie de proyectos presentados por la Coviar y la industria vitivinícola trata de compensar los efectos negativos que señalamos en su momento” pero que “se sigue insistiendo en morigerar los mismos mediante diferentes modificaciones, aunque persisten los muy negativos resultados finales”.

El CAA manifiesta en su carta que comparte “la preocupación de la actividad vitivinícola de querer encontrar solución al problema estructural del sector que lo lleva a producir mosto por la gran cantidad de uva común que se produce”, pero advierte seguidamente que “no será a costa de nuestra actividad azucarera donde debe buscarse la solución”.

Tras describir que “los países que producen vino destinan sus uvas a esa producción y no al mosto, por la única razón de que es significativamente más redituable” pero que ese “no es el caso en nuestro país por la importancia de la uva común en el producido total de uva y por su baja calidad al vinificarse”.

El CAA observa que “la industria vitivinícola argentina ha sido favorecida con un tratamiento impositivo privilegiado al disponerse que tanto el vino como el champagne sean las únicas bebidas que no pagan Impuestos Internos, beneficio del que gozan desde hace más de una década” y que “la reconversión de la vitivinicultura argentina no impidió que la producción de mosto siguiera creciendo, como un contrasentido al desarrollo”. Por tanto advierte que “este nuevo beneficio que solicitan solo generará un nuevo crecimiento de la superficie con uva común y por ende del mosto producido”.

Subraya por otra parte que “volcar los excedentes de mosto en el mercado interno a fuerza de incrementar las alícuotas de impuestos internos de un tercer sector en forma totalmente distorsiva, es a todas luces inequitativo. No resulta positivo paliar los problemas de un sector afectando a otros, particularmente tratándose de una economía regional como la azucarera”.

El CAA destaca que los impulsores de la medida argumentan que “la actividad azucarera saldrá beneficiada ya que se generaría una reducción de la alícuota, del 28% al 18%, cuando se utilice azúcar y mosto en determinadas proporciones” pero que en realidad “lo que sucede es un incremento de la alícuota del 8% actual al 18% o lo que es más grave al 28%”. Asimismo apunta que “se definió en el proyecto una participación para el azúcar en las bebidas azucaradas mayor a la que indica el mercado hoy. Esto sin tener en cuenta, ni la existencia de un mercado ni de fórmulas, algunas de ellas secretas, de aplicación en el mundo entero, todo lo cual permite asegurar que lo único que produciría seria una caída de la demanda de azúcar.