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Veinte años de Wayruro, veinte años de militancia

Miércoles, 20 de agosto de 2014 00:00
<p>ARIEL OGANDO/ ES UNA DE LAS CARAS VISIBLES DE ESTE COLECTIVO AUDIOVISUAL QUE YA ES UN SELLO JUJEÑO POR SUS PRODUCCIONES Y SUS RECONOCIMIENTOS</p>

A veinte años de sus comienzos como colectivo audiovisual, quizás lo que más enorgullece a Wayruro Comunicación Popular sea el poder enseñar a editar o usar la cámara a un "pibe campesino que después te sube un videíto a youtube de la cosecha de papas", y lo dice Ariel Ogando, uno de los integrantes de esta organización que tiene una presencia muy destacada en Jujuy y en la región por sus trabajos en la realización audiovisual. "También nos alegra el alma por ejemplo, poder llevar a chicos de organizaciones o escuelitas, una animación de Alemania, o algún otro material al que nunca hubieran tenido acceso, porque son cosas que nosotros no vivimos, no tuvimos esa posibilidad, y por eso nos parece importante", dice casi promediando una larga charla mantenida con El Tribuno de Jujuy para hablar de este importante aniversario, y de cómo llegan hasta aquí.

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A veinte años de sus comienzos como colectivo audiovisual, quizás lo que más enorgullece a Wayruro Comunicación Popular sea el poder enseñar a editar o usar la cámara a un "pibe campesino que después te sube un videíto a youtube de la cosecha de papas", y lo dice Ariel Ogando, uno de los integrantes de esta organización que tiene una presencia muy destacada en Jujuy y en la región por sus trabajos en la realización audiovisual. "También nos alegra el alma por ejemplo, poder llevar a chicos de organizaciones o escuelitas, una animación de Alemania, o algún otro material al que nunca hubieran tenido acceso, porque son cosas que nosotros no vivimos, no tuvimos esa posibilidad, y por eso nos parece importante", dice casi promediando una larga charla mantenida con El Tribuno de Jujuy para hablar de este importante aniversario, y de cómo llegan hasta aquí.

"Sentimos que queda mucho por hacer, muchas historias por contar, personajes por rescatar, muchas cuestiones que quedan en el tintero, y por eso está bueno seguir laburando", comenta Ariel, pero después de habernos contado la historia de tantos proyectos.

Durante 2012 y 2013 Wayruro estuvo representado en el Mipcom (Mercado de Contenidos Audiovisuales Mundial) realizado en Cannes, Francia, el más importante del mundo. Durante 2012 y 2013 Wayruro estuvo representado en el MIPCOM (Mercado de Contenidos Audiovisuales Mundial) realizado en Cannes, Francia, el más importante del mundo.

Hoy Wayruro está equipado con tecnología de primer nivel, pero eso no sucedía hace seis años atrás. La lucha fue constante por su lugar, por procurarse los recursos, por exigir lo que les corresponde, por acceder a programas y por estar presentes en los festivales de todo el mundo con sus realizaciones.

Celebran su XX aniversario con una muestra retrospectiva de sus trabajos, que se está exhibiendo desde principios de año en los distintos festivales donde son invitados, y la Muestra Video /Jujuy/Cortos de este año, estará dedicada a este recorrido y a reflexionar con colegas de otros lugares del país, sobre lo realizado hasta ahora.

Predican el valor de la constancia como única herramienta efectiva para el crecimiento. A la hora de aprender, hacer y conseguir los recursos, es siempre la constancia y el trabajo los que les dieron los mejores resultados.

Los miembros de Wayruro son requeridos en distintos lugares del país y del mundo para dictar capacitaciones, sobre todo desde la experiencia de la comunicación popular. Los miembros de Wayruro son requeridos en distintos lugares del país y del mundo para dictar capacitaciones, sobre todo desde la experiencia de la comunicación popular.

Hoy Wayruro está integrado por Ariel y Adrián Ogando, Paula Kuschnir, Fátima y Marcela Genovese, Diego Ricciardi, Moisés Rioja, José Luis Contreras, Rolando Huanca y Pablo Cortéz.

Todo comenzó a partir de la necesidad de un espacio donde militar. Los miembros de Wayruro toman como fecha fundacional el año 1994, aunque varios de ellos ya habían hecho trabajos audiovisuales antes. El momento elegido es clave porque es cuando trabajaban desde sus videos en un obejtivo de resistencia. "En ese año, Jujuy vivía una situación muy especial, donde las protagonistas eran las luchas del Frente de Gremios Estatales, que de alguna manera estaban resistiendo el ajuste, se enfrentaban a políticas que venían no solamente de Nación, sino de toda Latinoamérica con Fernando Collor de Mello en Brasil, Fugimori en Perú, y otros países que avanzaban en la privatización de empresas públicas y el cierre de ciertos circuitos productivos", recuerda Ogando. En Jujuy eran el cierre del ferrocarril, la privatización de Zapla, la privatización de Ejesa, etc. Había una masa de gente que quedaba a la deriva.

"Nosotros éramos estudiantes de la Facultad de Humanidades, y comenzamos primero, participando de las marchas y en las instancias de lucha, y después tratando de asistir, haciendo volantes, comenzamos a editar una pequeña revista, que duró trece números que se llamaba Wayruro, y salía trimestralmente, y luego comenzamos a hacer también registros audiovisuales con las herramientas que teníamos en ese momento. Contando la lucha". Fue ese el momento en que nacía Wayruro.

El primer video como tal fue "Puntos de lucha", un documental que narraba la lucha en Jujuy, que se comenzó a difundir por distintos lugares del país, en espacios universitarios de debate, y otros donde eran solicitados. "Planteamos ése como nuestro punto de partida porque ése video nos había aglutinado como grupo", asegura Ogando.

Wayruro se conformó con estudiantes de distintas carreras. Había en sus inicios gente de Antropología, Comunicación Social, etc., de Jujuy y de Córdoba donde estudiaban amigos que colaboraban con el grupo. "Antes hacíamos cumpleaños de 15, bautismos, publicidad, lo que pintaba para vivir, y de alguna manera con los mismos equipos de la productora hacíamos estos registros audiovisuales de cuestiones sociales", cuenta.

Wayruro como colectivo de comunicación popular surgió entonces de esa necesidad de registrar eso que no salía demasiado en los medios masivos.

Por aquel entonces, las posibilidades de difusión eran muy diferentes, los VHS (videos) se mandaban a la universidad, a los sindicatos, espacios culturales, se veían en un televisor, y se abría el debate o espacio de reflexión. Era una difusión muy modesta. Hoy todo es más ágil con youtube, facebook, y otras posibilidades de la red.

" Nos movíamos por distintas provincias y lugares, generando reflexiones, y acompañábamos al Perro (Santillán) por distintos lugares del país. El video servía para reflexionar sobre la situación que se estaba viviendo en Jujuy", comenta Ariel.

De a poco comenzaron a recibir solicitudes de trabajos de otros espacios, de derechos humanos, de agrupaciones campesinas, indígenas, etc., para registrar algunas actividades. "Al principio nos movíamos básicamente así, mientras teníamos nuestros trabajo paralelo del cual vivíamos, y éste, el de Wayruro, era un espacio de militancia para registrar y contar lo que estaba sucediendo en las distintas áreas, sin fines de lucro, como lo es hasta ahora".

Modificando la mirada

"Después comenzamos a participar de otras temáticas, problemáticas, y cosas que nos parecían importantes, y empezamos a modificar nuestra mirada, a preguntarnos de qué manera podíamos ser útiles. Contábamos lo que le pasaba a otros", reflexiona Ariel.

Y llegó un momento en que pensaron que era mejor capacitar a los organismos para que ellos mismos cuenten sus historias, ara que tengan las herramientas técnicas y metodológicas para contar. Así nació el espacio de formación de Wayruro.

La idea es que el video es una herramienta que todos pueden aprender a usar. "Se aprende a hacer un video, de la misma forma que se aprende a hacer un guiso o una pared", dice Ariel, nosotros aprendimos laburando. No hay magia, sino ejercicio, esfuerzo y creatividad. Siempre proponemos reflexionar desde los propios lugares".

"Ahí empezamos a dar un paso más allá. Abríamos el juego para que otros puedan hacerlo, y no solo los que tenían la posibilidad de pagar un estudio en Buenos Aires", relata.