A Emanuel Ibáñez lo encontré con impecable uniforme y chaleco luminoso en el antiguo edificio del Cabildo donde funcionaba hasta no hace mucho, el Departamento de Bomberos de la Policía de la Provincia.
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A Emanuel Ibáñez lo encontré con impecable uniforme y chaleco luminoso en el antiguo edificio del Cabildo donde funcionaba hasta no hace mucho, el Departamento de Bomberos de la Policía de la Provincia.
Lo busqué porque de niños de todos los tiempos, quieren ser policía, médico, o bombero, entonces quise saber la historia de uno de los cientos de hombres y mujeres que logran llegar a esta profesión.
Bien, este joven de 23 años contó con amabilidad que en realidad llegó allí porque él siempre quiso pertenecer a alguna fuerza de seguridad; del Ejército, Gendarmería o alguna de ellas, pero rindió en la Armada y le fue mal; entonces probó con Gendarmería, pero le descubrieron que tenía su columna desviada, no pudo, por lo cual le quedaba probar con la Policía de la provincia y fue así que con 26 años, hace tres que reviste ese uniforme.
Su primer objetivo, dijo, fue el de Protección Ciudadana.
Cuenta que al decidir entrar a la Policía, tenía el deseo de lograr llegar a ese Departamento porque vio que desde allí podía ayudar a la gente de grave riesgo y creyó que no se le iba a dar, pero desde hace tres meses lo trasladaron y presta servicios en la Dirección, mientras hace su capacitación y espera su primer curso en septiembre para poder pasar a formar parte de uno de los tres cuarteles que hay en la ciudad, recordando que uno se ubica en barrio Gorriti, la Central y el tercero de Rescate y Salvamento en Alto Comedero.
Desde ese sueño de pertenecer a alguna fuerza, dice que dentro de todo está cumpliendo en la Dirección Provincial de Bomberos, de poder ayudar a la sociedad en momentos críticos.
Y es así, ya que es común, que cuando a los niños se les pregunta qué quieren ser cuando crezcan, respondan bombero.