Su turbina se alimenta de baterías de iones de hierro-litio y propulsa el submarino a una velocidad de hasta seis nudos (11 kilómetros por hora). El manejo del vehículo se realiza mediante un joystick y la experiencia no es muy diferente de la de un videojuego. En caso de emergencia o si no se ha emergido cuando queda poco aire o baterías, el submarino regresa por sí solo a la superficie.
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Su turbina se alimenta de baterías de iones de hierro-litio y propulsa el submarino a una velocidad de hasta seis nudos (11 kilómetros por hora). El manejo del vehículo se realiza mediante un joystick y la experiencia no es muy diferente de la de un videojuego. En caso de emergencia o si no se ha emergido cuando queda poco aire o baterías, el submarino regresa por sí solo a la superficie.
El estilizado casco del Superfalcon Mark II está construido en acero y aluminio. Fuera del agua, el sumergible pesa 1.800 kilos y mide 5,2 metros de largo, 2,7 de ancho y 1,6 de alto. La mala noticia es que cuesta una millonada: concretamente 1,7 millones de dólares. Tanto este capricho como otros que la compañía tiene en catálogo están a la venta en su página web.Fuente: Gizmodo