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Inició el período de siembra en la Quebrada

Sabado, 13 de septiembre de 2014 00:00
UNO DE LOS PRODUCTORES REALIZA LABORES EN SUS CULTIVOS.
El verde que poco a poco avanza poblando el suelo de las localidades que componen la Quebrada de Humahuaca, es la evidencia de que los pequeños productores iniciaron recientemente la temporada de siembra de verduras y algunas frutas en la región. Aunque ésta actividad es preponderante en la zona, la mayoría de los trabajadores de la tierra se encuentran desalentados por la escasa ganancia al momento de comerciar, es por eso que algunos optaron por volcarse a nuevos emprendimientos como la floricultura.
El suelo empezó a preparase al iniciar el mes y aunque muchos se quejan por la poca rentabilidad de vivir de la agricultura en el norte -el alquiler de un tractor cuesta alrededor de $300 la hora y ellos venden su producción a la mitad del precio que en capital- a lo largo de la ruta 9 se pueden observar ya los primeros brotes de las hortalizas sembradas en la Quebrada. Con los surcos en los terrenos ya preparados, la mayoría de los trabajadores en estos momentos se encuentran trasplantando almácigos de lechuga, cebolla, perejil, tomate, papas, acelgas, zapallitos, habas y zanahorias. Junto a los primeros verdes que resaltan entre los marrones de la región, se encuentra también el rosado de la flor del durazno, aunque son pocos los productores que optan por vender frutas, debido a que dejan aun más pérdidas que las verduras por su maduración.
Los productores manifestaron que el mes de septiembre está destinado a preparar la tierra y sembrar diferentes verduras, excepto el ajo, la cebolla verde y la espinaca -que resisten bajas temperaturas- y ya se encuentran lista para la cosecha. "En septiembre para empezar se riega el terreno, empezamos con las rastreadas del tractor y para sembrar algunas verduras trabajamos con los almácigos, de donde sacamos los plantines que los trasplantamos con agua", explicó detalladamente Grover Villalobos que arrienda un extenso terrenos para cosechar verduras en Chucalezna.
Los productores explicaron que los almácigos provienen de las semillas compradas en Perico, Huacalera o Maimará en junio, a precios muy elevados. El mes de la primavera está destinado a la preparación de suelo y siembra y finalmente las primeras cosechas de obtendrán en octubre. En su mayoría los productores son adultos y jóvenes que alquilan los terrenos a los finqueros por un año, y si bien llegan compradores de diferentes puntos del país, indicaron que no hay base en el valor de las verduras sino que su negocio es toda una "lotería", por lo que muchas veces tienen importantes pérdidas. "El precio de nuestra producción depende de la demanda, por ejemplo al iniciarse la temporada podemos vender a un precio que deja ganancias, pero en diciembre podemos terminar vendiendo cajones de verduras a $5 o menos por no tirarlo a la basura", dijo Villalobos, detallando que el negocio pocas veces genera ganancias porque deben pagar el alquiler del terreno, tractores y la mano de obra.
A pocos kilómetros, en Uquía, el panorama es similar. Ablandando y regando la tierra, el productor Carlos Robles manifestó que el trabajo es muy duro y que al no poder vender de manera directa con el consumidor, el más beneficiado en la cadena de ventas es el comerciante intermediario que compra atados y cajones de verduras por monedas, vendiéndolas después a precios elevados en la ciudad. "Nosotros por no tirar las verduras, las vendemos por chauchas", dijo Robles, ejemplificando que el cajón de lechuga lo vendieron la temporada pasada a $15, el atado de zanahoria a $7 y el perejil y acelga a $4, porque no pagan más aunque la calidad de la cosecha es muy buena.
Según los trabajadores desde hace años las ganancias no mejoran pero es lo que saben hacer, siguen trabajando la tierra, aunque sólo les deje ganancias para comer. Esto explica que muchos ya no siembran frutas, porque el costo era menor que el de las verduras y si no las vendían mientras estaban maduras, directamente debían regalarlas. Carlos Robles explicó que quienes tienen transportes optaron por trasladarse a capital y a Perico para vender en las ferias y tener ganancias al hacer una venta directa con el consumidor, sin embargo no es algo que todos puedan hacer no sólo por el transporte sino también porque las tierras y cosechas se deben preservar diariamente, por lo que no se trata simplemente de salir a vender ya que un descuido del resto de la cosecha puede ser aun mas perjudicial.

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El verde que poco a poco avanza poblando el suelo de las localidades que componen la Quebrada de Humahuaca, es la evidencia de que los pequeños productores iniciaron recientemente la temporada de siembra de verduras y algunas frutas en la región. Aunque ésta actividad es preponderante en la zona, la mayoría de los trabajadores de la tierra se encuentran desalentados por la escasa ganancia al momento de comerciar, es por eso que algunos optaron por volcarse a nuevos emprendimientos como la floricultura.
El suelo empezó a preparase al iniciar el mes y aunque muchos se quejan por la poca rentabilidad de vivir de la agricultura en el norte -el alquiler de un tractor cuesta alrededor de $300 la hora y ellos venden su producción a la mitad del precio que en capital- a lo largo de la ruta 9 se pueden observar ya los primeros brotes de las hortalizas sembradas en la Quebrada. Con los surcos en los terrenos ya preparados, la mayoría de los trabajadores en estos momentos se encuentran trasplantando almácigos de lechuga, cebolla, perejil, tomate, papas, acelgas, zapallitos, habas y zanahorias. Junto a los primeros verdes que resaltan entre los marrones de la región, se encuentra también el rosado de la flor del durazno, aunque son pocos los productores que optan por vender frutas, debido a que dejan aun más pérdidas que las verduras por su maduración.
Los productores manifestaron que el mes de septiembre está destinado a preparar la tierra y sembrar diferentes verduras, excepto el ajo, la cebolla verde y la espinaca -que resisten bajas temperaturas- y ya se encuentran lista para la cosecha. "En septiembre para empezar se riega el terreno, empezamos con las rastreadas del tractor y para sembrar algunas verduras trabajamos con los almácigos, de donde sacamos los plantines que los trasplantamos con agua", explicó detalladamente Grover Villalobos que arrienda un extenso terrenos para cosechar verduras en Chucalezna.
Los productores explicaron que los almácigos provienen de las semillas compradas en Perico, Huacalera o Maimará en junio, a precios muy elevados. El mes de la primavera está destinado a la preparación de suelo y siembra y finalmente las primeras cosechas de obtendrán en octubre. En su mayoría los productores son adultos y jóvenes que alquilan los terrenos a los finqueros por un año, y si bien llegan compradores de diferentes puntos del país, indicaron que no hay base en el valor de las verduras sino que su negocio es toda una "lotería", por lo que muchas veces tienen importantes pérdidas. "El precio de nuestra producción depende de la demanda, por ejemplo al iniciarse la temporada podemos vender a un precio que deja ganancias, pero en diciembre podemos terminar vendiendo cajones de verduras a $5 o menos por no tirarlo a la basura", dijo Villalobos, detallando que el negocio pocas veces genera ganancias porque deben pagar el alquiler del terreno, tractores y la mano de obra.
A pocos kilómetros, en Uquía, el panorama es similar. Ablandando y regando la tierra, el productor Carlos Robles manifestó que el trabajo es muy duro y que al no poder vender de manera directa con el consumidor, el más beneficiado en la cadena de ventas es el comerciante intermediario que compra atados y cajones de verduras por monedas, vendiéndolas después a precios elevados en la ciudad. "Nosotros por no tirar las verduras, las vendemos por chauchas", dijo Robles, ejemplificando que el cajón de lechuga lo vendieron la temporada pasada a $15, el atado de zanahoria a $7 y el perejil y acelga a $4, porque no pagan más aunque la calidad de la cosecha es muy buena.
Según los trabajadores desde hace años las ganancias no mejoran pero es lo que saben hacer, siguen trabajando la tierra, aunque sólo les deje ganancias para comer. Esto explica que muchos ya no siembran frutas, porque el costo era menor que el de las verduras y si no las vendían mientras estaban maduras, directamente debían regalarlas. Carlos Robles explicó que quienes tienen transportes optaron por trasladarse a capital y a Perico para vender en las ferias y tener ganancias al hacer una venta directa con el consumidor, sin embargo no es algo que todos puedan hacer no sólo por el transporte sino también porque las tierras y cosechas se deben preservar diariamente, por lo que no se trata simplemente de salir a vender ya que un descuido del resto de la cosecha puede ser aun mas perjudicial.