La primera peregrinación en honor a la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya tuvo lugar ayer en una atípica jornada gélida, en la que los peregrinos se desplazaron a través de las nuevas obras de la ruta Nº 1. Frente a una multitud de fieles, encabezó la misa principal el obispo de la Diócesis, Daniel Fernández, quien en su homilía destacó la importancia de ayudar al prójimo así como Dios y la Virgen se encuentran atentos a las necesidades de cada persona.
Fue la primera peregrinación del mes, y estuvo dedicada a las familias, parroquias de Capital y Palpalá y a la Pastoral de la Discapacidad bajo el lema "Pueblo fiel de Dios, renovemos el amor del Señor".
Desde tempranas horas los peregrinos transitaron el camino hacia el Santuario a través de las obras de duplicación de la ruta provincial 1, mientras que algunos también optaron por hacerlo recorriendo el empalme que une Río Blanco con la ruta 66. Muy pocos vendedores se instalaron en los caminos.
La mayoría de los peregrinos partieron temprano de la Catedral y por momentos se encontraron con una leve llovizna, por lo que muchos jóvenes voluntarios colaboraron con mate caliente y bollo para los caminantes. Fue cerca de las 8.30 que la multitud -encabezada por las bandas de sikuris- ingresó al "campito" de Río Blanco, y minutos antes de las 9, los fieles agitaron sus pañuelos y flores para recibir a la patrona de la provincia acompañada por la imagen de la Virgen de Guadalupe, y el obispo, sacerdotes y seminaristas que participaron de la celebración.
La misa principal se inició con el sonido del erke en manos de un pequeño, y en representación de las personas con discapacidad que se identificaron con globos y banderas naranjas. La primera lectura estuvo a cargo de una mujer no vidente que leyó a través del sistema braille. Asistió una intérprete de lengua de señas.
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La primera peregrinación en honor a la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya tuvo lugar ayer en una atípica jornada gélida, en la que los peregrinos se desplazaron a través de las nuevas obras de la ruta Nº 1. Frente a una multitud de fieles, encabezó la misa principal el obispo de la Diócesis, Daniel Fernández, quien en su homilía destacó la importancia de ayudar al prójimo así como Dios y la Virgen se encuentran atentos a las necesidades de cada persona.
Fue la primera peregrinación del mes, y estuvo dedicada a las familias, parroquias de Capital y Palpalá y a la Pastoral de la Discapacidad bajo el lema "Pueblo fiel de Dios, renovemos el amor del Señor".
Desde tempranas horas los peregrinos transitaron el camino hacia el Santuario a través de las obras de duplicación de la ruta provincial 1, mientras que algunos también optaron por hacerlo recorriendo el empalme que une Río Blanco con la ruta 66. Muy pocos vendedores se instalaron en los caminos.
La mayoría de los peregrinos partieron temprano de la Catedral y por momentos se encontraron con una leve llovizna, por lo que muchos jóvenes voluntarios colaboraron con mate caliente y bollo para los caminantes. Fue cerca de las 8.30 que la multitud -encabezada por las bandas de sikuris- ingresó al "campito" de Río Blanco, y minutos antes de las 9, los fieles agitaron sus pañuelos y flores para recibir a la patrona de la provincia acompañada por la imagen de la Virgen de Guadalupe, y el obispo, sacerdotes y seminaristas que participaron de la celebración.
La misa principal se inició con el sonido del erke en manos de un pequeño, y en representación de las personas con discapacidad que se identificaron con globos y banderas naranjas. La primera lectura estuvo a cargo de una mujer no vidente que leyó a través del sistema braille. Asistió una intérprete de lengua de señas.