Mientras cientos de personas volvieron ayer a inundar diferentes plazas y algunas de las zonas atacadas en la capital francesa el viernes pasado para recordar a las víctimas, la agencia que gestiona a todos los hospitales de París informó que ayer otros tres heridos fallecieron y elevaron el número de muertos de 129 a 132.
Todavía quedan más de cerca de 100 internados, al menos 44 en estado crítico, informó un diario local.
Pese a las pesadas secuelas humanas que dejaron los atentados, la jornada de ayer estuvo concentrada en el avance ininterrumpido de la investigación policial y judicial.
El diputado y alcalde de Chartres, Jean-Pierre Gorges, informó que uno de los tres atacantes que lideró la masacre y la toma de rehenes en el teatro de Bataclan durante un concierto de rock era Ismael Omar Mostefai, un joven parisino de 29 años con antecedentes criminales menores entre 2004 y 2010.
Al inmolarse, un pedazo del dedo de Mostefai se desprendió del resto del cuerpo y los investigadores franceses lograron comparar la huella dactilar con sus registros.
Según fuentes judiciales citadas por medios locales, la Fiscalía interrogó ayer a siete personas del entorno de Mostefai, entre ellas a su padre y a uno de sus hermanos.
La otra gran pista de la investigación que se conoció es la de los hermanos Abdeslam.
Primero los diarios Le Monde y Libération identificaron a Ibrahim Abdeslam, un joven de 33 años, como el atacante suicida que se inmoló frente al bar Comptoir Voltaire.
Más tarde, la Policía francesa emitió una orden de detención pública para su hermano, Salah Abdeslam, un joven de 26 oriundo de Bruselas, Bélgica, y poco después, el propio Gobierno belga se sumó emitiendo una orden de captura internacional contra el mismo sospechoso.
Según la Policía francesa, el joven es considerado "peligroso" y es buscado por estar "directamente vinculado" con los atentados de París del viernes pasado.
Varios medios franceses coincidieron en que Ibrahim había alquilado el auto que la policía parisina encontró ayer en Montreuil, en los suburbios del este de París, con fusiles Kalashnikov, el mismo tipo que los atacantes utilizaron el viernes pasado para matar a más de un centenar de personas. En cambio, su hermano Salah habría alquilado el otro auto que habrían utilizado los atacantes que fue hallado con fusiles dentro cerca del teatro Bataclan, uno de los epicentros de la ola de ataques.
Los vehículos tenían patentes de Bélgica y fueron alquilados a principio de la semana en Bruselas, según informó ayer la Fiscalía federal belga.
La misma oficina también aseguró que dos de los siete atacantes que aterrorizaron París eran ciudadanos franceses que vivían en Bruselas y en Molenbeek-Saint Jean.
El tercer hermano, cuyo nombre no fue difundido aún, fue detenido por la Policía belga.
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Mientras cientos de personas volvieron ayer a inundar diferentes plazas y algunas de las zonas atacadas en la capital francesa el viernes pasado para recordar a las víctimas, la agencia que gestiona a todos los hospitales de París informó que ayer otros tres heridos fallecieron y elevaron el número de muertos de 129 a 132.
Todavía quedan más de cerca de 100 internados, al menos 44 en estado crítico, informó un diario local.
Pese a las pesadas secuelas humanas que dejaron los atentados, la jornada de ayer estuvo concentrada en el avance ininterrumpido de la investigación policial y judicial.
El diputado y alcalde de Chartres, Jean-Pierre Gorges, informó que uno de los tres atacantes que lideró la masacre y la toma de rehenes en el teatro de Bataclan durante un concierto de rock era Ismael Omar Mostefai, un joven parisino de 29 años con antecedentes criminales menores entre 2004 y 2010.
Al inmolarse, un pedazo del dedo de Mostefai se desprendió del resto del cuerpo y los investigadores franceses lograron comparar la huella dactilar con sus registros.
Según fuentes judiciales citadas por medios locales, la Fiscalía interrogó ayer a siete personas del entorno de Mostefai, entre ellas a su padre y a uno de sus hermanos.
La otra gran pista de la investigación que se conoció es la de los hermanos Abdeslam.
Primero los diarios Le Monde y Libération identificaron a Ibrahim Abdeslam, un joven de 33 años, como el atacante suicida que se inmoló frente al bar Comptoir Voltaire.
Más tarde, la Policía francesa emitió una orden de detención pública para su hermano, Salah Abdeslam, un joven de 26 oriundo de Bruselas, Bélgica, y poco después, el propio Gobierno belga se sumó emitiendo una orden de captura internacional contra el mismo sospechoso.
Según la Policía francesa, el joven es considerado "peligroso" y es buscado por estar "directamente vinculado" con los atentados de París del viernes pasado.
Varios medios franceses coincidieron en que Ibrahim había alquilado el auto que la policía parisina encontró ayer en Montreuil, en los suburbios del este de París, con fusiles Kalashnikov, el mismo tipo que los atacantes utilizaron el viernes pasado para matar a más de un centenar de personas. En cambio, su hermano Salah habría alquilado el otro auto que habrían utilizado los atacantes que fue hallado con fusiles dentro cerca del teatro Bataclan, uno de los epicentros de la ola de ataques.
Los vehículos tenían patentes de Bélgica y fueron alquilados a principio de la semana en Bruselas, según informó ayer la Fiscalía federal belga.
La misma oficina también aseguró que dos de los siete atacantes que aterrorizaron París eran ciudadanos franceses que vivían en Bruselas y en Molenbeek-Saint Jean.
El tercer hermano, cuyo nombre no fue difundido aún, fue detenido por la Policía belga.