Un vecino del edificio de Ravignani 2360, de
Palermo, reveló en el juicio oral que se le sigue a Jorge Mangeri por el crimen de
Ángeles Rawson, que entre los propietarios se rumoreaba que el portero había intentado seducir a mujeres que trabajaban en el edificio.
Se trata de Osvaldo Carlos Sidoni (47), quien hace 20 años vive en el departamento de la planta baja, es abogado y además integra el Consejo de Administración del edificio.
El hombre, que era vecino del departamento en el que vivía Angeles, declaró como testigo en el juicio que tiene a su cargo el Tribunal Oral en lo Criminal 9 porteño, y dijo que entre los vecinos habían comentarios sobre "intentos de seducción, levante y conquista" del imputado hacia personas que trabajaban en el edificio.
A preguntas del abogado querellante Pablo Lanusse, Sidoni dijo que "no hubo quejas formales pero sí informales" sobre comentarios que Mangeri le hacia a las mujeres.
Uno de los dichos apuntaba a que Mangeri había acosado a una empleada doméstica que trabajaba en el edificio, pero que en esa oportunidad no se adoptó ninguna sanción contra el portero porque dentro del Consejo de Administración quedaron en esperar a ver si esa conducta se repetía.
El abogado recordó que "hubo otros hechos anteriores" e hizo mención a un episodio en el que la víctima fue "una empleada de una inmobiliaria", quien dijo que en una oportunidad Mangeri le ofreció "cien pesitos" para ir al sótano.
Además, el testigo relató a los jueces que recibió cuatro llamadas de Diana Saettone, la esposa de Mangeri y de un amigo de éste entre el viernes 14 y el sábado 15 de junio de 2013. En el primero de ellos, el viernes a la tarde, Saettone le dijo que estaba preocupada porque el portero no aparecía y lo habían citado a declarar, a lo cual Sidoni le aconsejó que realizara una denuncia por averiguación de paradero.
En la segunda, un amigo de Mangeri llamado Jorge le dijo que el encargado ya había aparecido y que estaba yendo a declarar a la fiscalía.
El tercer llamado, según éste relato, se produjo el sábado posterior al asesinato, cuando Mangeri ya estaba detenido, en el cual Saettone le preguntó si conocía un abogado penalista.
Un vecino del edificio de Ravignani 2360, de
Palermo, reveló en el juicio oral que se le sigue a Jorge Mangeri por el crimen de
Ángeles Rawson, que entre los propietarios se rumoreaba que el portero había intentado seducir a mujeres que trabajaban en el edificio.
Se trata de Osvaldo Carlos Sidoni (47), quien hace 20 años vive en el departamento de la planta baja, es abogado y además integra el Consejo de Administración del edificio.
El hombre, que era vecino del departamento en el que vivía Angeles, declaró como testigo en el juicio que tiene a su cargo el Tribunal Oral en lo Criminal 9 porteño, y dijo que entre los vecinos habían comentarios sobre "intentos de seducción, levante y conquista" del imputado hacia personas que trabajaban en el edificio.
A preguntas del abogado querellante Pablo Lanusse, Sidoni dijo que "no hubo quejas formales pero sí informales" sobre comentarios que Mangeri le hacia a las mujeres.
Uno de los dichos apuntaba a que Mangeri había acosado a una empleada doméstica que trabajaba en el edificio, pero que en esa oportunidad no se adoptó ninguna sanción contra el portero porque dentro del Consejo de Administración quedaron en esperar a ver si esa conducta se repetía.
El abogado recordó que "hubo otros hechos anteriores" e hizo mención a un episodio en el que la víctima fue "una empleada de una inmobiliaria", quien dijo que en una oportunidad Mangeri le ofreció "cien pesitos" para ir al sótano.
Además, el testigo relató a los jueces que recibió cuatro llamadas de Diana Saettone, la esposa de Mangeri y de un amigo de éste entre el viernes 14 y el sábado 15 de junio de 2013. En el primero de ellos, el viernes a la tarde, Saettone le dijo que estaba preocupada porque el portero no aparecía y lo habían citado a declarar, a lo cual Sidoni le aconsejó que realizara una denuncia por averiguación de paradero.
En la segunda, un amigo de Mangeri llamado Jorge le dijo que el encargado ya había aparecido y que estaba yendo a declarar a la fiscalía.
El tercer llamado, según éste relato, se produjo el sábado posterior al asesinato, cuando Mangeri ya estaba detenido, en el cual Saettone le preguntó si conocía un abogado penalista.