Una vez más el accionar arbitrario e incomprensible de personas que tenían a su cargo la entrega de donaciones, lesionó gravemente la libertad de prensa, impidiendo que nuestro diario pueda dar a conocer a la comunidad sobre los beneficios que fueron enviados por el Gobierno de la Nación para la gente carenciada de San Pedro de Jujuy.
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Una vez más el accionar arbitrario e incomprensible de personas que tenían a su cargo la entrega de donaciones, lesionó gravemente la libertad de prensa, impidiendo que nuestro diario pueda dar a conocer a la comunidad sobre los beneficios que fueron enviados por el Gobierno de la Nación para la gente carenciada de San Pedro de Jujuy.
Ayer en horas de la mañana, a pedido de algunas familias, la periodista Nora del Rosario Ruiz, corresponsal de El Tribuno de Jujuy en San Pedro, llegó hasta el club Tiro y Gimnasia, donde, según la gente, estaban ingresando camiones cargados con donaciones, que supuestamente, debían recibir las familias que sufrieron los embates de la inundación.
Fue en ese momento cuando molestos por la presencia de nuestra corresponsal, los responsables, enviaron a un grupo de personas a amedrentar y a amenazar a la periodista para que se retirara del lugar.
Una mujer contestó que no había ningún acto de entrega, y "por orden de la licenciada, no se permitía ingresar a ningún periódico.
Lejos de provocar algún tipo de reacción, la periodista se alejó y fue cuando las familias que estaban en proximidades de la feria de la ropa usada, volvieron a reiterarle que debía darse a conocer públicamente la llegada de los donativos.
Ante la requisitoria, Nora Ruiz, desde una distancia considerable subió arriba del vehículo en el que se desplazaba y realizó la cobertura con la correspondiente toma fotográfica y videos.
Allí pudo constatar que efectivamente se trataba de camiones con acoplados cargados con colchones, camas, muebles, cocinas, entre otros.
También pudo divisarse que algunos de estos elementos estaban siendo cargados en camionetas que habían ingresado por una puerta lateral.
Al detectar la presencia de la periodista, la responsable envió a un grupo de hombres y mujeres, algunas con niños, para exigirle que se retirara del lugar y que dejara de sacar fotos, porque de lo contrario se suspendía la entrega.
Nora Ruiz se dirigió a la UR 2, donde radicó la correspondiente denuncia. Pese a pedir ayuda, la Policía nunca se acercó.
Entre los improperios que vociferaban, gritaban que "a nadie le tenía que interesar lo que pasaba con las cosas que llegaron".
Familias residentes en las inmediaciones y señoras que llegaron desde otro asentamiento, expresaron su indignación por el ataque perpetrado a la periodista.
Por qué a puertas cerradas
"Aquí no sólo se ataca a la prensa, se está jugando con la necesidad de la gente. Si el Gobierno de la Nación envía ayuda, se tiene que entregar a los que más necesitan; no entendemos por qué se tiene que hacer a puertas cerradas, qué es lo que tienen que esconder", dijo la gente molesta por lo que estaba ocurriendo.
Ayer, funcionarios locales, no dieron a conocer por ningún medio de comunicación, de dónde provenían los camiones, qué cantidad de donativos llegó y a quienes iba a ser entregada.
Esto arroja un manto de dudas, porque bien sabido es que en otros municipios, se realizan las entregas públicamente.