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Tilcara con su Madrecita

Jueves, 02 de abril de 2015 00:00
<p>DESCENSO/ LA VIRGEN DE COPACABANA DEL ABRA DE PUNTA CORRAL HONRADA POR LOS TILCAREÑOS.</p>

En una pintura rupestre de Cueva del Indio se ven hileras zigzagueantes de triangulitos, cada fila de un color distinto. Es idéntica a la imagen que se ve al pie de las Siete Vueltas cuando las bandas de sikuris bajan por el lado sur del Huasamayo: gorras y camperas con colores que identifican a cada formación.

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En una pintura rupestre de Cueva del Indio se ven hileras zigzagueantes de triangulitos, cada fila de un color distinto. Es idéntica a la imagen que se ve al pie de las Siete Vueltas cuando las bandas de sikuris bajan por el lado sur del Huasamayo: gorras y camperas con colores que identifican a cada formación.

El resto es el batir lento de la percusión y los temas que elige cada banda para adaptarla a su ejecución con cañas. Dicen los que saben que se las puede diferenciar de sólo escucharlas, pero en conjunto es una monotonía letánica muy cercana al son marcial. Cuando uno se aleja, lo que se va oyendo es esa suma que ya no sabe a sikuriada sino, más bien, a cierto murmullo de sinfonía mística.

En 1973 fue entronizada la imagen de la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral, pero la procesión nace mucho antes. Desde los años treinta nacen las bandas más antiguas de Tilcara, como Los Veteranos que este año cumplen 85 acompañando a la imagen mariana. Quince bandas humahuaqueñas la acompañaron este año, más de 80 en total.

Entre ellas las que iniciaron este andar de sikuriar por los cerros desde el Abra a Tilcara, las generaciones de niños que nacieron escuchando el soplar de las cañas y lo repiten como algo natural, Rodrigo Tolaba que aprendió a sikuriar sin los brazos que le robó un accidente y lo sigue haciendo con una voluntad de fierro, miles de melodías sumadas y el redoble que empieza a colarse por las calles del pueblo.

Pasadas las 19, la Virgencita llegó al altar de campaña alzado para la misa en La Usina. Allí se acercaba el obispo Pedro Olmedo, miles de fieles saludando con pañuelos, tomando fotografías, emocionados mientras se preparaba la voz de Tomás Lipán para homenajearla, se ajustaban los fuegos de artificio ya en la iglesia y se vivía el reencuentro de Tilcara con su Madrecita.

De entre las bandas, conversamos con Susana Duto porque sus sikuris llaman la atención a simple vista. Alguien diría con cariño que es la banda de los blanconcitos, y ella nos cuenta, ejerciendo su tonada cordobesa, que “venimos de Villa María. La mayoría son alumnos de la Universidad Nacional con orientación en Composición en Música Popular y desde el 2007, cuando conocimos esta experiencia, nos constituimos como banda de sikuris”.

Hace cuatro años seguidos que suben al Abra de Punta Corral y esta vez son 18 los que lo hicieron. En sus subidas al cerro grabaron sikuriadas que estudiaron y ensayaron para armar su repertorio.