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Liberaron a una mujer y su hijo acusados de un crimen

Martes, 21 de abril de 2015 00:00
Una mujer y uno de sus tres hijos fueron liberados por la Suprema Corte de Justicia de San Luis tras haber permanecido cuatro años presos acusados de haber cometido el crimen de un hombre de su pueblo, que apareció decapitado y mutilado en 2002, informaron hoy fuentes judiciales.
Se trata de Susana Elena Ramos (54) y Javier Sierra (34), quienes en un juicio oral fueron condenados a prisión perpetua por el homicidio del changarín Mario Morales (42), alias "Cusa", mientras que José Sierra (59), esposo y padre de los acusados, respectivamente, había sido absuelto.
"Nos liberaron el jueves gracias a Dios. Siempre confiamos que esto iba a pasar porque nosotros no cometimos ningún crimen", dijo a Télam la mujer.
La Suprema Corte de San Luis ordenó la libertad para Ramos y su hijo por el "beneficio de la duda", pues durante el debate oral llevado a cabo en diciembre de 2012 el fallo del tribunal fue dividido.
Según las fuentes, Ramos y Javier estuvieron detenidos desde noviembre de 2010, aunque la mujer luego fue beneficiada con prisión domiciliaria ya que sus otros dos hijos son discapacitados.
Habría un "móvil sexual" debido a una presunta relación entre Morales y Sierra hijo, que su madre desaprobaba. Habría un "móvil sexual" debido a una presunta relación entre Morales y Sierra hijo, que su madre desaprobaba.
El crimen de "Cusa" se descubrió el 28 de julio de 2002 en Santa Rosa de Conlara, a pocos kilómetros de la villa turística de Merlo, cuando dos hombres hallaron su cadáver con la cabeza y el pene cortados en un campo lindero al de la familia Sierra, que tenía un corralón en el que la víctima había trabajado.
Según la autopsia, el cuerpo llevaba allí unas 72 horas y tenía una altísima graduación alcohólica.
La víctima bailaba por las noches en "Monas", una whiskería del pueblo a la que concurrían funcionarios y policías, y era famoso por el tamaño de su pene, señalaron las fuentes.
"Nosotros creemos que, por accidente, un policía le disparó y lo mató de un tiro en la garganta. Cuando el lugar ya había cerrado, la Policía Científica lo allanó y en una pileta que está detrás del local se encontró sangre de Morales", sostuvo el abogado Hugo Scarso, defensor de los ahora liberados.
Para el letrado, "el dueño de un supermercado que ya no vive en el pueblo y ahora tiene un hotel en Merlo es el autor del crimen y sus empleados fueron partícipes secundarios o encubridores, junto con el comisario Palma", a cargo en ese entonces de la seccional del pueblo.
Es más, el defensor cree que en la carnicería que había en ese comercio se pudieron haber cortado la cabeza, luego encontrada en un campo vecino, y el pene de la víctima, que nunca se halló.
Pero durante el juicio no se permitió introducir esta hipótesis -según Scarso- y los camaristas Sandra Piguillem y Juan Manuel Saá Zarandón consideraron que la esposa de Sierra y su hijo fueron quienes mataron a Morales.
Tal como lo había planteado el fiscal Mario Zudaire, dieron por probado que había un conflicto entre los Sierra y Morales que databa de 1997, cuando el changarín trabajaba en el corralón de la familia y supuestamente Javier le arrojó aceite.

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Una mujer y uno de sus tres hijos fueron liberados por la Suprema Corte de Justicia de San Luis tras haber permanecido cuatro años presos acusados de haber cometido el crimen de un hombre de su pueblo, que apareció decapitado y mutilado en 2002, informaron hoy fuentes judiciales.
Se trata de Susana Elena Ramos (54) y Javier Sierra (34), quienes en un juicio oral fueron condenados a prisión perpetua por el homicidio del changarín Mario Morales (42), alias "Cusa", mientras que José Sierra (59), esposo y padre de los acusados, respectivamente, había sido absuelto.
"Nos liberaron el jueves gracias a Dios. Siempre confiamos que esto iba a pasar porque nosotros no cometimos ningún crimen", dijo a Télam la mujer.
La Suprema Corte de San Luis ordenó la libertad para Ramos y su hijo por el "beneficio de la duda", pues durante el debate oral llevado a cabo en diciembre de 2012 el fallo del tribunal fue dividido.
Según las fuentes, Ramos y Javier estuvieron detenidos desde noviembre de 2010, aunque la mujer luego fue beneficiada con prisión domiciliaria ya que sus otros dos hijos son discapacitados.
Habría un "móvil sexual" debido a una presunta relación entre Morales y Sierra hijo, que su madre desaprobaba. Habría un "móvil sexual" debido a una presunta relación entre Morales y Sierra hijo, que su madre desaprobaba.
El crimen de "Cusa" se descubrió el 28 de julio de 2002 en Santa Rosa de Conlara, a pocos kilómetros de la villa turística de Merlo, cuando dos hombres hallaron su cadáver con la cabeza y el pene cortados en un campo lindero al de la familia Sierra, que tenía un corralón en el que la víctima había trabajado.
Según la autopsia, el cuerpo llevaba allí unas 72 horas y tenía una altísima graduación alcohólica.
La víctima bailaba por las noches en "Monas", una whiskería del pueblo a la que concurrían funcionarios y policías, y era famoso por el tamaño de su pene, señalaron las fuentes.
"Nosotros creemos que, por accidente, un policía le disparó y lo mató de un tiro en la garganta. Cuando el lugar ya había cerrado, la Policía Científica lo allanó y en una pileta que está detrás del local se encontró sangre de Morales", sostuvo el abogado Hugo Scarso, defensor de los ahora liberados.
Para el letrado, "el dueño de un supermercado que ya no vive en el pueblo y ahora tiene un hotel en Merlo es el autor del crimen y sus empleados fueron partícipes secundarios o encubridores, junto con el comisario Palma", a cargo en ese entonces de la seccional del pueblo.
Es más, el defensor cree que en la carnicería que había en ese comercio se pudieron haber cortado la cabeza, luego encontrada en un campo vecino, y el pene de la víctima, que nunca se halló.
Pero durante el juicio no se permitió introducir esta hipótesis -según Scarso- y los camaristas Sandra Piguillem y Juan Manuel Saá Zarandón consideraron que la esposa de Sierra y su hijo fueron quienes mataron a Morales.
Tal como lo había planteado el fiscal Mario Zudaire, dieron por probado que había un conflicto entre los Sierra y Morales que databa de 1997, cuando el changarín trabajaba en el corralón de la familia y supuestamente Javier le arrojó aceite.