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26 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Una poesía que corre libre por la melodía, acertando

Lunes, 11 de mayo de 2015 00:00

La primera impresión del show de Fito Páez en Jujuy fueron sus afiches en las calles. Más allá del estilo de sus anteojos, el título del último álbum y de la gira remite a la memoria de John Lennon, quien en 1968 graba con los Beatles un rock & roll con el título: Revolution. El homenaje se comprende más cuando Fito sale a escena vistiendo con campera y pantalones de cuero como el Lennon de la tapa del disco Rock & Roll (1975).

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La primera impresión del show de Fito Páez en Jujuy fueron sus afiches en las calles. Más allá del estilo de sus anteojos, el título del último álbum y de la gira remite a la memoria de John Lennon, quien en 1968 graba con los Beatles un rock & roll con el título: Revolution. El homenaje se comprende más cuando Fito sale a escena vistiendo con campera y pantalones de cuero como el Lennon de la tapa del disco Rock & Roll (1975).

Cada interpretación con su emoción particular y con el amor de volver a cantarlas en arreglos que nunca se anquilosan. Cada interpretación con su emoción particular y con el amor de volver a cantarlas en arreglos que nunca se anquilosan.

Esta quinta y anteúltima placa del ex beatle es un homenaje a viejas canciones del naciente género que en los años 60, cuando Fito vivía su infancia rosarina, cambiaban tantas cosas del mundo y de la música. La canción que abre este vigésimo segundo disco en estudio del artista argentino y su show, es un homenaje al creador de la Liverpool band.

En aquella de 1968, Lennon habla de militantes de izquierda que le piden una contribución para su causa: "dices que quieres una revolución, vaya, tu sabes. Todos queremos cambiar el mundo", dice para bajarle una serie de consejos en un tono muy parecido al que Fito usa en Rock & Roll Revolution, pero en este caso a una mujer.

Con esa furia rockera en la que, calzando la guitarra eléctrica, compara los ideales y la vida de esta dama, Fito Paez subió al escenario del complejo "José Hernández" para presentar la esencia de su propuesta: furia rockera que por momentos se cruza con fraseos de un piano romántico para que el público baile su poesía.

Este modo de encarar el rock señala al segundo homenajeado de la noche: Charly García, de quien dijo en el escenario jujeño que "si no fuera por él nada de esto hubiera sido", y a quien le dedica el disco. Y apadrinarse así con dos fundadores del género es algo de lo que sólo sale bien parado quien sabe hacer las cosas.

Y Fito Páez hace bien las cosas, en primer lugar, armando una banda de bajo, guitarra, batería y teclados que va por donde la dirige y clava sus sonidos con precisión y fuerza, siempre resaltando la entrega de la estrella de la noche, que en dos horas de espectáculo recrea canciones casi desde sus nacientes, poco después de dejar de ser el compositor de Baglieto, hasta las de Rock & Roll Revolution.

Desde aquellos niños que "vendieron rosas en La Paz", cuando sabía contar historias con casi todos los parámetros de un cuento, hasta las que les siguieron a lo largo de varias décadas retratando el amor y el desamor, la soledad y el encuentro con pinceladas ya sin más que de autorretrato, Paez le agrega la tercera pata a esa propuesta de furia y piano: una poesía que corre libre por la melodía, siempre acertando en el decir.

La noche del José Hernández tuvo así tres instancias: un Fito con la guitarra eléctrica que por momentos era un Fito ante el micrófono bailando desgarbado su peculiar coreografía sonriente, sus dos estampas más rockeras, y un Fito al piano, ya con saco colorido, donde remozó cantidad de sus canciones entre arpegios que lo colocan, a la vez, como un pianista inspirado y con recursos.

El catálogo de los temas interpretados, todos propios excepto Yendo de la Cama al Living, de Charly García, es acaso una tarea vana. Alcanza con decir que, a la vez que presentar su nueva placa, ya pasados los cincuenta años se dio y nos dio el lujo de cantar canciones que hablan de momentos personales y sentimientos colectivos.