¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

23°
26 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Habló el niño usado por Hitler para una propaganda nazi

Martes, 12 de mayo de 2015 00:00
Gerhard Bartels tenía la fisionomía perfecta del niño ario. Su tez blanca, ojos azules claros, y sus cachetes sonrojados representaban el ideal de hombre perfecto según Adolf Hitler, por lo que el dictador no dudó en usarlo para hacer propaganda nazi justo antes que empezara la Segunda Guerra Mundial.
En los años antes del conflicto bélico, el rostro de Bartels apareció en postales, libros y material de campaña que ensalzaba al régimen nazi. Cuando fue fotografiado con Hitler, Bartels tenía solo cuatro años. Ahora, ocho décadas después, y cuando se celebran 70 años del fin de la II Guerra Mundial, el hombre rompió el silencio y contó sobre cómo fue su encuentro con el "Führer".
Según rescata DailyMail, Bartels recordó que a sus cuatro años sus padres le ordenaron que buscara su mejor ropa porque "iba a conocer al Fuhrer". "No me permitían jugar ese día con los otros niños para que no ensuciara mis ropas. No me gustaba nada de aquello, porque yo solo quería salir a jugar", añadió.
Aquel pequeño niño fue elegido, porque su tío, Isidor Weiss, era amigo de Hitler. Su rostro se usó para una campaña nazi que buscaba la adopción de niños arios. Weiss entabló amistad con Hitler durante la Primera Guerra Mundial. Los padres de Bartels eran dueños del hotel Alpenhof, ubicado al lado del Hotel bávaro Weiss, del que Hitler era un visitante regular.
"Hitler era un gánster. Los nazis me usaron con fines de propaganda. Se me usó para mostrar el amor de Hitler por los niños. Pero todos los dictadores hicieron lo mismo, desde Mussolini a Stalin. Yo fui elegido porque obviamente encajaba con lo que Hitler pensaba que era un buen hijo ario", opinó.
Bartels señaló que cuando conoció a Hitler no cumplió con las instrucciones de saludar con las palabras habituales "Heil Mein Führer". "Incluso a una edad tan temprana, en el fondo yo sabía que me estaban manipulando", sostuvo.
"Yo estaba feliz de ser fotografiado porque pensé que iba a tener una gran rebanada de pastel de manzana", comentó el protagonista de la imagen tomada en 1936 por Heinrich Hoffmann, el fotógrafo personal de Hitler,
"Su fotógrafo se llevó todas las fotos y 80 años después sigo esperando ese trozo de tarta. Como muchas otras promesas de Hitler, lo que decía en el momento sonaba bien pero no era lo que él quería hacer", concluyó.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
Gerhard Bartels tenía la fisionomía perfecta del niño ario. Su tez blanca, ojos azules claros, y sus cachetes sonrojados representaban el ideal de hombre perfecto según Adolf Hitler, por lo que el dictador no dudó en usarlo para hacer propaganda nazi justo antes que empezara la Segunda Guerra Mundial.
En los años antes del conflicto bélico, el rostro de Bartels apareció en postales, libros y material de campaña que ensalzaba al régimen nazi. Cuando fue fotografiado con Hitler, Bartels tenía solo cuatro años. Ahora, ocho décadas después, y cuando se celebran 70 años del fin de la II Guerra Mundial, el hombre rompió el silencio y contó sobre cómo fue su encuentro con el "Führer".
Según rescata DailyMail, Bartels recordó que a sus cuatro años sus padres le ordenaron que buscara su mejor ropa porque "iba a conocer al Fuhrer". "No me permitían jugar ese día con los otros niños para que no ensuciara mis ropas. No me gustaba nada de aquello, porque yo solo quería salir a jugar", añadió.
Aquel pequeño niño fue elegido, porque su tío, Isidor Weiss, era amigo de Hitler. Su rostro se usó para una campaña nazi que buscaba la adopción de niños arios. Weiss entabló amistad con Hitler durante la Primera Guerra Mundial. Los padres de Bartels eran dueños del hotel Alpenhof, ubicado al lado del Hotel bávaro Weiss, del que Hitler era un visitante regular.
"Hitler era un gánster. Los nazis me usaron con fines de propaganda. Se me usó para mostrar el amor de Hitler por los niños. Pero todos los dictadores hicieron lo mismo, desde Mussolini a Stalin. Yo fui elegido porque obviamente encajaba con lo que Hitler pensaba que era un buen hijo ario", opinó.
Bartels señaló que cuando conoció a Hitler no cumplió con las instrucciones de saludar con las palabras habituales "Heil Mein Führer". "Incluso a una edad tan temprana, en el fondo yo sabía que me estaban manipulando", sostuvo.
"Yo estaba feliz de ser fotografiado porque pensé que iba a tener una gran rebanada de pastel de manzana", comentó el protagonista de la imagen tomada en 1936 por Heinrich Hoffmann, el fotógrafo personal de Hitler,
"Su fotógrafo se llevó todas las fotos y 80 años después sigo esperando ese trozo de tarta. Como muchas otras promesas de Hitler, lo que decía en el momento sonaba bien pero no era lo que él quería hacer", concluyó.