El balance del
terremoto del martes pasado en
Nepal, cuyo epicentro se situó a 76 kilómetros al este de
Katmandú, es ya de 96 muertos y 2500 heridos, según informó ayer el portavoz del Ministerio del Interior, Laxmi Prasad Dhakal.
La mayoría de las víctimas eran originarias de Dolakha y de la provincia vecina de Sindhupalchowk. El sismo también mató a 17 personas en la India y una en el Tíbet.
Las autoridades nepalíes tuvieron que instalarse en refugios improvisados en la capital para coordinar la ayuda masiva destinada a las zonas más remotas, después de que los edificios oficiales quedaran muy afectados por el último sismo.
El terremoto de magnitud 7,3 del martes provocó corrimientos de tierra y el derrumbe de edificios debilitados por el enorme sismo del pasado 25 de abril, en el que murieron 8.000 personas y 500.000 viviendas quedaron destrozadas.
El Gobierno, que reconoció verse superado por la magnitud del desastre, intenta acelerar la llegada de la ayuda a las remotas zonas montañosas del este de Nepal, el área más dañada por el terremoto.
Los daños sufridos por el complejo gubernamental de Singha Durbar, en Katmandú, dificultan aún más la tarea de las autoridades.
El portavoz del primer ministro, Uttar Kumar Khatri, indicó que su propio equipo está trabajando en una tienda de campaña.
"Nuestras operaciones se centran en la gestión de la catástrofe", dijo y agregó: "Intentamos encontrar un sitio para todos en edificios seguros". En Katmandú, donde murieron 11 personas el martes, muchos supervivientes, preocupados por el estado de sus casas, volvieron a dormir en carpas a la intemperie.
Por otra parte, las autoridades retomaron ayer una operación de rescate para encontrar un helicóptero militar estadounidense, que desapareció el martes con ocho personas a bordo. Por tercer día consecutivo, varios helicópteros norteamericanos y nepalíes, y cientos de hombres rastrean la zona del distrito de Dolakha, donde desapareció el aparato.
El balance del
terremoto del martes pasado en
Nepal, cuyo epicentro se situó a 76 kilómetros al este de
Katmandú, es ya de 96 muertos y 2500 heridos, según informó ayer el portavoz del Ministerio del Interior, Laxmi Prasad Dhakal.
La mayoría de las víctimas eran originarias de Dolakha y de la provincia vecina de Sindhupalchowk. El sismo también mató a 17 personas en la India y una en el Tíbet.
Las autoridades nepalíes tuvieron que instalarse en refugios improvisados en la capital para coordinar la ayuda masiva destinada a las zonas más remotas, después de que los edificios oficiales quedaran muy afectados por el último sismo.
El terremoto de magnitud 7,3 del martes provocó corrimientos de tierra y el derrumbe de edificios debilitados por el enorme sismo del pasado 25 de abril, en el que murieron 8.000 personas y 500.000 viviendas quedaron destrozadas.
El Gobierno, que reconoció verse superado por la magnitud del desastre, intenta acelerar la llegada de la ayuda a las remotas zonas montañosas del este de Nepal, el área más dañada por el terremoto.
Los daños sufridos por el complejo gubernamental de Singha Durbar, en Katmandú, dificultan aún más la tarea de las autoridades.
El portavoz del primer ministro, Uttar Kumar Khatri, indicó que su propio equipo está trabajando en una tienda de campaña.
"Nuestras operaciones se centran en la gestión de la catástrofe", dijo y agregó: "Intentamos encontrar un sitio para todos en edificios seguros". En Katmandú, donde murieron 11 personas el martes, muchos supervivientes, preocupados por el estado de sus casas, volvieron a dormir en carpas a la intemperie.
Por otra parte, las autoridades retomaron ayer una operación de rescate para encontrar un helicóptero militar estadounidense, que desapareció el martes con ocho personas a bordo. Por tercer día consecutivo, varios helicópteros norteamericanos y nepalíes, y cientos de hombres rastrean la zona del distrito de Dolakha, donde desapareció el aparato.