18°
29 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

El recuerdo de Domingo Zerpa y Dora Blanca Tregini

Jueves, 28 de mayo de 2015 00:00
<p>JUNTOS/ VIVIERON, CREARON Y SE RESPETARON</p>

Desde la Comisión de Recuerdo Permanente al Gran Poeta de Jujuy "Domingo Zerpa", aseguran que "la mejor forma de pronunciar aquel lejano 20 de mayo de 1999, donde el poeta se despedía para siempre de nosotros, es con la poesía", por eso los escritores que la integran rememoraron esa fecha.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Desde la Comisión de Recuerdo Permanente al Gran Poeta de Jujuy "Domingo Zerpa", aseguran que "la mejor forma de pronunciar aquel lejano 20 de mayo de 1999, donde el poeta se despedía para siempre de nosotros, es con la poesía", por eso los escritores que la integran rememoraron esa fecha.

"El día anterior su amada esposa cumplía años y quedaba unida para siempre la alegría y la tristeza, en un solo verso, en una sola dimensión de la palabra; en una sola pena y en un solo canto", expresa el poeta Jorge Albarracín.

Cada año se recuerdan el cumpleaños de Dora, también escritora; y el aniversario de la muerte de Domingo, que este año fue el número 16.

El 20 de mayo de 1999 fallecía Domingo Zerpa. Un día antes, su amor, Dora Blanca Tregini había celebrado su cumpleaños.

El 20 de mayo de 1999 fallecía Domingo Zerpa. Un día antes, su amor, Dora Blanca Tregini había celebrado su cumpleaños.

Por este instante tan emotivo la poesía "Dora Blanca", -explica Albarracín- dedicada por el poeta a su amada, le permite a Domingo Zerpa expresar un sentimiento poético muy profundo, para el amor de toda su vida, quien le ayudó a soñar despierto y en cinco tramos, donde siempre menciona su nombre, logró una elevación, buscando pronunciar la pureza de ese amor, tan ideal, tan cristalino y con él, vuela, vaga y dice: "como un niño con su flauta, / como un tierno pastorcillo con su "quena" o con su "caja", / como un ciego con su arpa, / como un fraile en un convento musitando una plegaria, / por los parques solitarios, / seguí yo como los grillos, / con tu nombre entre mis labios, ¡Dora Blanca! ¡Dora Blanca!".

Y después del amor y en forma muy premonitoria, dejó una huella para un futuro lejano, que llegaría: "¿Qué es lo que puede haber entre nosotros / que no lo sepa el pájaro y el árbol? ¿Sabrá que Dios es bueno y que en tus ojos / puso una luz para alumbrar mi ocaso?"