En el marco del Encuentro Internacional de Escritores, organizado por Sade (Sociedad Argentina de Escritores) Jujuy, en la Ciudad Histórica de Humahuaca se realizaron dos homenajes muy importantes. El primero, al fallecido escritor Gaspar Medrano Rosso, a cargo de Oscar Berengan; y el segundo a la reconocida escritora Hairenik Eliazarian de Aramayo, a cargo de otro integrante de las letras jujeñas, Oscar López Zenarruza.
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En el marco del Encuentro Internacional de Escritores, organizado por Sade (Sociedad Argentina de Escritores) Jujuy, en la Ciudad Histórica de Humahuaca se realizaron dos homenajes muy importantes. El primero, al fallecido escritor Gaspar Medrano Rosso, a cargo de Oscar Berengan; y el segundo a la reconocida escritora Hairenik Eliazarian de Aramayo, a cargo de otro integrante de las letras jujeñas, Oscar López Zenarruza.
El poeta y escritor, Jorge Albarracín, leyó "Soliloquio Sentimental (a Humahuaca)", que reza: "Te abracé y deje que me abrazaras / romántica ciudad. /.../ Somos sólo una; / Tú, romántica ciudad, / Yo, peregrina del ensueño. / Tú, tiempo, raíces, trascendencia. / Yo, circunstancia, momento".
Después de la lectura del poema, Albarracín leyó el siguiente escrito preparado por la distinguida autora: "Siento enormemente no estar en Humahuaca en estos días en que a la poesía del ambiente y a las voces que la engrandecen, se sumarán personalidades y amigos que merecen mi respeto y afecto. Saludo a la asamblea de los escritores, los creativos de la música y el color y les deseo jornadas felices, placenteras desde todo punto de vista.
En cuanto a mí, hija adoptiva de la ciudad Histórica, repito lo que tanta veces dije: Todo lo que fui y lo que alcance en mi larga vida, se lo debo precisamente a ella; allí me eduqué, allí tuve contacto con la naturaleza mística y exultante a la vez; allí vi remover las entrañas de la tierra para despertar las tradiciones y la historia, y levantar el Monumento a los Héroes de la Independencia.
Allí se conmovió mi ser en sus fibras más íntimas, para escuchar la Verdad Divina y sumarme a los fieles de Cristo y a su Santa Madre María; allí crucé el puente de la infancia a la adolescencia y logré, con esfuerzo y buenos ejemplos, convertirme en Maestra Normal. Allí maduraron mis impulsos afectivos y fui novia, esposa y madre de mis hijos humahuaqueños...”, expresó en su carta la escritora. Albarracín le llevó luego a su domicilio la estatuilla.