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Llegó al país la turista internada en Jamaica

Miércoles, 06 de mayo de 2015 00:00
GUILLERMO BAQUÉ / EL ESPOSO DE LA MUJER HABLÓ AYER CON LOS MEDIOS. 
La turista argentina, de 49 años, que sufrió una descompensación durante un crucero, y permaneció hospitalizada en terapia intensiva con coma inducido durante 15 días en Jamaica, arribó ayer al país y quedó internada en el Sanatorio Finochietto en "estado crítico", por una infección que afecta a varios órganos.
"El diagnóstico es crítico. Está grave, atravesando una sepsis", indicó uno de los profesionales que la asiste, al dar a conocer el parte médico de la paciente. Según precisó, "el pulmón está seriamente afectado, con una profunda inflamación que hace que se acumule líquido y que la oxigenación de la sangre no sea la óptima".
La paciente presenta un "síndrome de distrés respiratorio" como consecuencia de una "sepsis", según el parte médico. La mujer arribó en la madrugada de ayer al Aeroparque Jorge Newbery a bordo de un avión sanitario dispuesto por su seguro del viajero.
"Se resolvió gracias a la presión de los medios. Por eso Assist Card decide hacerse cargo del vuelo y nosotros de la internación en Jamaica, porque estaba previsto que esté internada no menos de 15 días", aseguró Guillermo Baqué, marido de Ana María Arroyos, la turista argentina del inconveniente a bordo del crucero, en diálogo con un medio radial.
A poco antes de abordar el vuelo que los trajo de vuelta a Buenos Aires junto a una de las hijas de ambos, Baqué explicó: "Intentaron despertarla durante dos días pero estaba muy dolorida, por lo que volvieron a dormirla". Explicó que en Ocho Ríos, donde fue bajada Ana María, "no hay nada", ante lo cual el cónsul Juan Núñez decidió trasladarla a la localidad de Saint Andrew, porque "de quedarse allá se moría". "Cuando la traen del hospital, la situación de Ana era desesperante, estaba al punto de la muerte", declaró.
El hombre explico que allí no había "terapia intensiva y tampoco hay equipos de respiración artificial, por eso tuvieron que usar uno manual, hasta que pudieron traer uno de Kingston al hospital de la universidad cinco días después".
El 12 de abril, cuando disfrutaba de unas vacaciones a bordo de un crucero de Norwegian Cruise en compañía de una de sus hijas, Ana María Arroyos sintió fuertes dolores de abdomen y el médico de a bordo le diagnosticó una gastroenteritis aguda, medicándola para ello. Dada la persistencia de los dolores y la ineficacia del tratamiento, el capitán del crucero decidió que Ana María y su hija descendieran del barco para recibir una mayor atención médica en tierra, a pesar de que el lugar donde las dejaba no contaba con un centro asistencial acorde con sus necesidades.
Ante los reclamos de la joven, la única respuesta de las autoridades del barco fue hacerla descender esposada, según denunció.

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La turista argentina, de 49 años, que sufrió una descompensación durante un crucero, y permaneció hospitalizada en terapia intensiva con coma inducido durante 15 días en Jamaica, arribó ayer al país y quedó internada en el Sanatorio Finochietto en "estado crítico", por una infección que afecta a varios órganos.
"El diagnóstico es crítico. Está grave, atravesando una sepsis", indicó uno de los profesionales que la asiste, al dar a conocer el parte médico de la paciente. Según precisó, "el pulmón está seriamente afectado, con una profunda inflamación que hace que se acumule líquido y que la oxigenación de la sangre no sea la óptima".
La paciente presenta un "síndrome de distrés respiratorio" como consecuencia de una "sepsis", según el parte médico. La mujer arribó en la madrugada de ayer al Aeroparque Jorge Newbery a bordo de un avión sanitario dispuesto por su seguro del viajero.
"Se resolvió gracias a la presión de los medios. Por eso Assist Card decide hacerse cargo del vuelo y nosotros de la internación en Jamaica, porque estaba previsto que esté internada no menos de 15 días", aseguró Guillermo Baqué, marido de Ana María Arroyos, la turista argentina del inconveniente a bordo del crucero, en diálogo con un medio radial.
A poco antes de abordar el vuelo que los trajo de vuelta a Buenos Aires junto a una de las hijas de ambos, Baqué explicó: "Intentaron despertarla durante dos días pero estaba muy dolorida, por lo que volvieron a dormirla". Explicó que en Ocho Ríos, donde fue bajada Ana María, "no hay nada", ante lo cual el cónsul Juan Núñez decidió trasladarla a la localidad de Saint Andrew, porque "de quedarse allá se moría". "Cuando la traen del hospital, la situación de Ana era desesperante, estaba al punto de la muerte", declaró.
El hombre explico que allí no había "terapia intensiva y tampoco hay equipos de respiración artificial, por eso tuvieron que usar uno manual, hasta que pudieron traer uno de Kingston al hospital de la universidad cinco días después".
El 12 de abril, cuando disfrutaba de unas vacaciones a bordo de un crucero de Norwegian Cruise en compañía de una de sus hijas, Ana María Arroyos sintió fuertes dolores de abdomen y el médico de a bordo le diagnosticó una gastroenteritis aguda, medicándola para ello. Dada la persistencia de los dolores y la ineficacia del tratamiento, el capitán del crucero decidió que Ana María y su hija descendieran del barco para recibir una mayor atención médica en tierra, a pesar de que el lugar donde las dejaba no contaba con un centro asistencial acorde con sus necesidades.
Ante los reclamos de la joven, la única respuesta de las autoridades del barco fue hacerla descender esposada, según denunció.