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El caso argentino "también pone el foco hoy en lo pedagógico y en la capacitación docente, para que cada vez más chicos accedan a los diferentes lenguajes de un mundo en permanente cambio", dijo por su parte Laura Penacca, coordinadora Nacional del Plan de Inclusión Digital Educativa, que trabaja asociado a Conectar Igualdad y Primaria Digital.
"Para nosotros no había en 2003 niños que eran 'nativos digitales', o sea los que nacieron con la computadora ya en sus casas, como pudieron tener otros países; para nosotros, hubo que achicar la brecha digital primero, para la inclusión de todos los chicos del secundario, los docentes de escuelas especiales, técnicas y de institutos de formación. Una política muy ambiciosa", afirmó Penacca.
"Nuestra primera preocupación: lograr una infraestructura escolar que contuviera la política inclusiva, que introdujo un servidor cargado de contenido, para conseguir ese binomio indisoluble: inclusión y calidad", precisó.
Para la coordinadora del programa, "montar semejante infraestructura, que alcanzó la entrega de 5.000.000 de netbooks, una para cada alumno secundario del país y una para cada docente", fue una etapa que dio paso a ese segundo desafío que es "la apuesta por la transformación de la enseñanza".
En sintonía con las otras especialistas extranjeras, Penacca insistió en que ahora el objetivo pasa por "intensificar los usos pedagógicos de las netbooks, profundizar los aprendizajes y la construcción del conocimiento".
"Estos aprendizajes están entramados en las disciplinas objeto de estudio en la secundaria. En este mundo no se puede pensar a un ciudadano que ingrese a los circuitos de los saberes y conocimientos sin tecnología", dijo la funcionaria.
Como sus colegas de Francia y Canadá, Penacca asoció "este acceso a la educación desde una perspectiva en clave de derechos, lo que la relaciona directamente con la formación ciudadana".