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Negaron ser responsables | Crimen de Jorge Zalazar, Jujuy, policías

Martes, 02 de junio de 2015 00:00
EL JUICIO DEMORÓ EL INICIO DEBIDO A QUE UNO DE LOS ACUSADOS LLEGÓ TARDE AL RECINTO.
A pesar de que los cuatro policías acusados declararon espontáneamente y deslindaron responsabilidades alrededor del crimen, de sus testimonios también surgió que el procedimiento que derivó en la muerte de Jorge Luis Zalazar, por lo menos, fue violento y deficiente.
La primera audiencia de este juicio oral y público comenzó pasadas las 10 de ayer, debido a que uno de los acusados, por razones desconocidas, llegó tarde al recinto y provocó el atraso del debate que se realizó en el octavo piso de Tribunales, ante el Tribunal Criminal I integrado por Mario González (presidente de trámite), Raúl Burgos y Jorge Álvarez Prado.
Por esta razón, luego de que el secretario de cámara Alejandro Gloss, leyera la requisitoria fiscal de los hechos, el juez González le preguntó a los acusados si querían agregar o brindar algún testimonio sobre los hechos y al unísono los cuatro policías respondieron afirmativamente.
En este sentido vale destacar que los agentes Franco Arnaldo Huanca, Héctor Samuel Mamaní, Néstor Orlando Méndez y el cabo Omar Alberto Subelza, son juzgados por los supuestos delitos de "homicidio calificado y lesiones leves calificadas".
"Le pegué..."
El primero en prestar su testimonio fue Huanca. "Eran como las dos o dos y cinco de ese día (24 de marzo del 2013) cuando salimos en un operativo con el personal de Protección Ciudadana, con rumbo al bajo Azopardo", relató el agente.
"Ibamos en el móvil, recorriendo la plaza de San Francisco de Alava, cuando en una esquina vimos a los dos hermanos (Jorge Luis y Daniel Jaime Javier Zalazar) que estaban tomando" por eso "bajamos, los aprehendimos, le realizamos un cacheo y en ese momento salió la madre que nos dijo que no los detuviéramos, que estaban tomando cerveza y que ella los iba a entrar a su casa".
Luego de esta secuencia, dijo, realizaron otro procedimiento en un sector próximo y tardaron entre 10 y 15 minutos cuando regresaron por la esquina de las calles Cerro Centinela y Pan de Azúcar.
Al llegar hasta ese lugar Huanca dijo escuchar a uno de sus camaradas que dijo "mirá, mirá, ahí están los vagos (por los hermanos Zalazar) en la esquina, vamos a levantarlos".
De ahí que ante la pregunta de uno de los patrocinante de la querella adhesiva, el letrado César Rivas, sobre quién había ordenado la detención de los Zalazar, el acusado dijo "siempre cuando hacemos operativos, cuando te tocan la ventana, tenés que bajar a detener" agregando que "el oficial es el que ordena a quien levantamos o no".
Por otro lado también recordó que al reducir a los Zalazar "vi un sujeto grandote que se me venía con la mano cerrada, me paré, me le acerqué y el sujeto se fue" justo en ese momento Huanca dijo "estaba de espaldas y sentí un golpe, un ruido raro, nunca lo había sentido, no sé si fue producto de una caída o de un golpe seco".
Todo indicaría que este "golpe", supuestamente escuchado por el agente Huanca, sería el que a la postre le produjo la explosión de su hígado, provocándole una hemorragia interna que derivó en su muerte.
Otro dato a tener en cuenta es la respuesta que dio Huanca ante la pregunta del fiscal Marcelo Cuellar, quien le preguntó al policía acusado si durante el procedimiento le había pegado a la víctima, por ello el encartado dijo "uno de ellos (por la víctima) pataleaba y por eso le pegué una cachetada para que se calmara".
También dijo que "cuando el de remera negra (por Jorge Luis Zalazar) se desmayó en medio de la requisa, el cabo Subelza dijo que se estaba haciendo el borracho y por eso le tiró un jarro de agua en la cara y en el pecho" algo que "me sorprendió que le tiraran agua, nunca ví ese procedimiento".
"Huanca le dio un golpe"
Por su parte el agente Mamaní, también acusado por el hecho, coincidió en tiempo y lugar de los hechos relatados anteriormente por el acusado Huanca, pero a su vez difirió al afirmar que "yo ví cuando Huanca le pegó un golpe de puño en la cabeza" de Jorge Luis Zalazar.
Agregando "no sé cuál fue el motivo de ese golpe, pero yo lo ví" y además indicó que en un momento dado del procedimiento "el de remera blanca (por el hermano de la víctima) estaba desvanecido" porque "Subelza (acusado) lo llevaba del cuello y lo arrastraba".
Recordó que en el destacamento de San Francisco de Alava "el oficial, de quien no recuerdo su nombre, le pegó varios golpes de puño en la cabeza al de remera blanca".
Ante la pregunta del letrado Delgado, uno de los patrocinantes de la querella, sobre por qué redujeron y aprendieron con tanta violencia a los hermanos Zalazar, el acusado dijo "lo que pasó es que está prohibido beber bebidas alcohólicas en la calle". Luego, ante la pregunta de uno de los defensores sobre el procedimiento, dijo "yo solo ví que en la caja de la camioneta, Huanca golpeó al hombre de remera negra".
"Subelza lo agarró..."
Ya en su testimonio el acusado Méndez, también coincidó en la hora y los lugares que realizaron el procedimiento que derivó en la muerte de Zalazar. Sobre cómo se realizó el procedimiento recordó que "el cabo Subelza se bajó de la camioneta, salió corriendo y fue directo a reducir al de remera negra".
Siguiendo con su relato indicó que "el cabo Subelza lo agarró del cuello al de remera negra y lo ramió para el medio de la calle".
También dijo que "al de remera negra (por la víctima) le hicieron golpear la cabeza en la baranda de la camioneta" y agregó que cuando estaban en el interior del destacamento policial, "el oficial inspector Tolaba le pegó una bofetada al de remera negra para que colaborara".
Por otro lado afirmó que "yo ví que Huanca le pegó dos veces al de remera negra, dentro de la caja de móvil policial". Luego contradijo a los otros acusados, porque según el agente "el de remera negra y el de remera blanca subieron solos a la camioneta, estaban borrachos".
"No ví ningún golpe"
En su relato el cabo Subelza, acusado también por el hecho, describió el mismo procedimiento que habían relatado sus compañeros y dijo que "los hermanos Zalazar solamente ingerían bebidas alcohólicas" y agregó que "el de remera negra no se podía parar solo, por eso lo ayudamos a entrar", en clara referencia a la víctima.
Ya sobre los motivos del procedimiento policial que derivó en la fatal muerte dijo "nadie ordenó nada, fue automático".

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A pesar de que los cuatro policías acusados declararon espontáneamente y deslindaron responsabilidades alrededor del crimen, de sus testimonios también surgió que el procedimiento que derivó en la muerte de Jorge Luis Zalazar, por lo menos, fue violento y deficiente.
La primera audiencia de este juicio oral y público comenzó pasadas las 10 de ayer, debido a que uno de los acusados, por razones desconocidas, llegó tarde al recinto y provocó el atraso del debate que se realizó en el octavo piso de Tribunales, ante el Tribunal Criminal I integrado por Mario González (presidente de trámite), Raúl Burgos y Jorge Álvarez Prado.
Por esta razón, luego de que el secretario de cámara Alejandro Gloss, leyera la requisitoria fiscal de los hechos, el juez González le preguntó a los acusados si querían agregar o brindar algún testimonio sobre los hechos y al unísono los cuatro policías respondieron afirmativamente.
En este sentido vale destacar que los agentes Franco Arnaldo Huanca, Héctor Samuel Mamaní, Néstor Orlando Méndez y el cabo Omar Alberto Subelza, son juzgados por los supuestos delitos de "homicidio calificado y lesiones leves calificadas".
"Le pegué..."
El primero en prestar su testimonio fue Huanca. "Eran como las dos o dos y cinco de ese día (24 de marzo del 2013) cuando salimos en un operativo con el personal de Protección Ciudadana, con rumbo al bajo Azopardo", relató el agente.
"Ibamos en el móvil, recorriendo la plaza de San Francisco de Alava, cuando en una esquina vimos a los dos hermanos (Jorge Luis y Daniel Jaime Javier Zalazar) que estaban tomando" por eso "bajamos, los aprehendimos, le realizamos un cacheo y en ese momento salió la madre que nos dijo que no los detuviéramos, que estaban tomando cerveza y que ella los iba a entrar a su casa".
Luego de esta secuencia, dijo, realizaron otro procedimiento en un sector próximo y tardaron entre 10 y 15 minutos cuando regresaron por la esquina de las calles Cerro Centinela y Pan de Azúcar.
Al llegar hasta ese lugar Huanca dijo escuchar a uno de sus camaradas que dijo "mirá, mirá, ahí están los vagos (por los hermanos Zalazar) en la esquina, vamos a levantarlos".
De ahí que ante la pregunta de uno de los patrocinante de la querella adhesiva, el letrado César Rivas, sobre quién había ordenado la detención de los Zalazar, el acusado dijo "siempre cuando hacemos operativos, cuando te tocan la ventana, tenés que bajar a detener" agregando que "el oficial es el que ordena a quien levantamos o no".
Por otro lado también recordó que al reducir a los Zalazar "vi un sujeto grandote que se me venía con la mano cerrada, me paré, me le acerqué y el sujeto se fue" justo en ese momento Huanca dijo "estaba de espaldas y sentí un golpe, un ruido raro, nunca lo había sentido, no sé si fue producto de una caída o de un golpe seco".
Todo indicaría que este "golpe", supuestamente escuchado por el agente Huanca, sería el que a la postre le produjo la explosión de su hígado, provocándole una hemorragia interna que derivó en su muerte.
Otro dato a tener en cuenta es la respuesta que dio Huanca ante la pregunta del fiscal Marcelo Cuellar, quien le preguntó al policía acusado si durante el procedimiento le había pegado a la víctima, por ello el encartado dijo "uno de ellos (por la víctima) pataleaba y por eso le pegué una cachetada para que se calmara".
También dijo que "cuando el de remera negra (por Jorge Luis Zalazar) se desmayó en medio de la requisa, el cabo Subelza dijo que se estaba haciendo el borracho y por eso le tiró un jarro de agua en la cara y en el pecho" algo que "me sorprendió que le tiraran agua, nunca ví ese procedimiento".
"Huanca le dio un golpe"
Por su parte el agente Mamaní, también acusado por el hecho, coincidió en tiempo y lugar de los hechos relatados anteriormente por el acusado Huanca, pero a su vez difirió al afirmar que "yo ví cuando Huanca le pegó un golpe de puño en la cabeza" de Jorge Luis Zalazar.
Agregando "no sé cuál fue el motivo de ese golpe, pero yo lo ví" y además indicó que en un momento dado del procedimiento "el de remera blanca (por el hermano de la víctima) estaba desvanecido" porque "Subelza (acusado) lo llevaba del cuello y lo arrastraba".
Recordó que en el destacamento de San Francisco de Alava "el oficial, de quien no recuerdo su nombre, le pegó varios golpes de puño en la cabeza al de remera blanca".
Ante la pregunta del letrado Delgado, uno de los patrocinantes de la querella, sobre por qué redujeron y aprendieron con tanta violencia a los hermanos Zalazar, el acusado dijo "lo que pasó es que está prohibido beber bebidas alcohólicas en la calle". Luego, ante la pregunta de uno de los defensores sobre el procedimiento, dijo "yo solo ví que en la caja de la camioneta, Huanca golpeó al hombre de remera negra".
"Subelza lo agarró..."
Ya en su testimonio el acusado Méndez, también coincidó en la hora y los lugares que realizaron el procedimiento que derivó en la muerte de Zalazar. Sobre cómo se realizó el procedimiento recordó que "el cabo Subelza se bajó de la camioneta, salió corriendo y fue directo a reducir al de remera negra".
Siguiendo con su relato indicó que "el cabo Subelza lo agarró del cuello al de remera negra y lo ramió para el medio de la calle".
También dijo que "al de remera negra (por la víctima) le hicieron golpear la cabeza en la baranda de la camioneta" y agregó que cuando estaban en el interior del destacamento policial, "el oficial inspector Tolaba le pegó una bofetada al de remera negra para que colaborara".
Por otro lado afirmó que "yo ví que Huanca le pegó dos veces al de remera negra, dentro de la caja de móvil policial". Luego contradijo a los otros acusados, porque según el agente "el de remera negra y el de remera blanca subieron solos a la camioneta, estaban borrachos".
"No ví ningún golpe"
En su relato el cabo Subelza, acusado también por el hecho, describió el mismo procedimiento que habían relatado sus compañeros y dijo que "los hermanos Zalazar solamente ingerían bebidas alcohólicas" y agregó que "el de remera negra no se podía parar solo, por eso lo ayudamos a entrar", en clara referencia a la víctima.
Ya sobre los motivos del procedimiento policial que derivó en la fatal muerte dijo "nadie ordenó nada, fue automático".