Luego de varias audiencias las estrategias penales de la defensa técnica, como así también de la fiscalía de cámara y la querella adhesiva, quedaron "claras" en torno al juicio que se le sigue a cuatro efectivos policiales, acusados de asesinar a golpes a Jorge Luis Zalazar en medio de un extraño operativo policial.
Los agentes Franco Huanca, Héctor Mamaní, Néstor Méndez y el cabo Omar Subelza, son juzgados por el Tribunal Criminal 1 por los supuestos delitos de "homicidio calificado y lesiones leves calificadas".
De ahí que para la defensa de los acusados, los uniformados no tuvieron ninguna intención de asesinar a golpes a Zalazar y de alguna manera intentaron probar por intermedio de informes médicos y testimonios que la víctima estaba "enferma" al momento del hecho.
La defensa técnica hizo especial hincapié en los informes médicos de todos los galenos que actuaron alrededor del hecho, a quienes le preguntaron y repreguntaron si Zalazar padecía alguna enfermedad, como así también si su peso era el "normal" para un hombre de su edad, entre otros cuestionamientos relacionados a su salud física.
Además los letrados también cuestionaron a varios testigos, en su mayoría policías y personal del Same, sobre lo que expresaba la madre de Zalazar, al momento de su detención y luego en las afueras del Destacamento Policial. Ya que varios testigos dijeron escuchar a la madre de Jorge Luis gritar que no le pegaran a su hijo porque estaba enfermo.
Justamente estas expresiones son las que los defensores de los policías intentan ubicar en el centro del debate para, de alguna manera, probar que Zalazar estaba enfermo.
Los defensores especularían con la inocencia de sus defendidos alrededor de una historia clínica previa a la muerte de Zalazar, de la cual surgiría que él padecía una patología que le habría contribuido en su muerte.
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Los agentes Franco Huanca, Héctor Mamaní, Néstor Méndez y el cabo Omar Subelza, son juzgados por el Tribunal Criminal 1 por los supuestos delitos de "homicidio calificado y lesiones leves calificadas".
De ahí que para la defensa de los acusados, los uniformados no tuvieron ninguna intención de asesinar a golpes a Zalazar y de alguna manera intentaron probar por intermedio de informes médicos y testimonios que la víctima estaba "enferma" al momento del hecho.
La defensa técnica hizo especial hincapié en los informes médicos de todos los galenos que actuaron alrededor del hecho, a quienes le preguntaron y repreguntaron si Zalazar padecía alguna enfermedad, como así también si su peso era el "normal" para un hombre de su edad, entre otros cuestionamientos relacionados a su salud física.
Además los letrados también cuestionaron a varios testigos, en su mayoría policías y personal del Same, sobre lo que expresaba la madre de Zalazar, al momento de su detención y luego en las afueras del Destacamento Policial. Ya que varios testigos dijeron escuchar a la madre de Jorge Luis gritar que no le pegaran a su hijo porque estaba enfermo.
Justamente estas expresiones son las que los defensores de los policías intentan ubicar en el centro del debate para, de alguna manera, probar que Zalazar estaba enfermo.
Los defensores especularían con la inocencia de sus defendidos alrededor de una historia clínica previa a la muerte de Zalazar, de la cual surgiría que él padecía una patología que le habría contribuido en su muerte.