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Condenaron a la pena máxima a un femicida de 40 años

Sabado, 02 de enero de 2016 01:30
<p><b>VÍCTIMA</b> / ROSANA CRISTALDO DANDO SU TESTIMONIO EN UN PROGRAMA DEL CANAL TN.</p>

Un tribunal de San Isidro condenó a reclusión perpetua a un femicida que cuando quiso asesinar a su pareja, le dejó clavado un cuchillo en la nuca creyéndola muerta, hirió de 32 puñaladas a su cuñada y mató de 22 a su hijastra de 7 años para no dejar testigos, en un hecho ocurrido en 2014 en el partido bonaerense de Tigre.

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Un tribunal de San Isidro condenó a reclusión perpetua a un femicida que cuando quiso asesinar a su pareja, le dejó clavado un cuchillo en la nuca creyéndola muerta, hirió de 32 puñaladas a su cuñada y mató de 22 a su hijastra de 7 años para no dejar testigos, en un hecho ocurrido en 2014 en el partido bonaerense de Tigre.

El fallo pertenece al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de San Isidro y recayó sobre Alberto Martín Jerez (40), un vendedor ambulante que ahora pasó a ser uno de los pocos presos del país en tener la pena máxima contemplada en el artículo 52 del Código Penal.

Jerez huyó, regresó cuando estaba la Policía pero volvió a escapar cuando se enteró que las dos mujeres habían sobrevivido.

La reclusión perpetua más la accesoria por tiempo indeterminado es una pena considerada inconstitucional por algunos tribunales y es la que, por ejemplo, tiene hace ya casi 44 años preso a Carlos Robledo Puch (63), alias "El Ángel Negro", el asesino serial más importante de la historia criminal argentina, condenado por 11 homicidios cometidos entre 1971 y 1972.

Sin embargo, los jueces del TOC 5 de San Isidro, Ariel Introzzi Truglia, Marcela López Ramos y Agustín Pablo Gossn, consideraron en el fallo -al que tuvo acceso Télam-, que están facultados a aplicar esta condena por la "inusitada gravedad" de la conducta de Jerez e hicieron lugar a lo solicitado por el fiscal de Tigre que instruyó la causa y llevó adelante la acusación en el juicio, Marcelo Fuenzalida.

Jerez quedó condenado como autor de una tentativa de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haber mediado violencia de género en el caso de su pareja, Rosana Cristaldo (30); tentativa de homicidio calificado críminis causa en el caso de su cuñada, Sandra Cristaldo (20) -quien es cadete de la Policía bonaerense-, y homicidio doblemente calificado críminis causa y por haber sido cometido con alevosía en el caso de la nena, Milagros De Matos (7). En el juicio, además quedó probado que a lo largo de 2014 hubo tres ataques en los que Rosana fue asaltada y hasta baleada en sus domicilios por un mismo sicario que ahora se cree siempre fue enviado por Jerez para asustarla.

El hecho ocurrió a las 6 del 4 de septiembre de 2014 en una vivienda de Pringles 430 del barrio Los Troncos de Tigre, en el norte del conurbano bonaerense, donde pese a que Cristaldo ya había dado por terminada la relación, Jerez aún convivía con ella, con las dos hijas de la mujer y con la hermana.

Un hombre -el mismo que cometió los otros ataques-, entró a la casa alquilada por Cristaldo, efectuó tres disparos contra una pared y huyó, tras lo cual el propio Jerez, luego de mantener una discusión con su ex, comenzó a atacarla a puñaladas.

Según lo reconstruido por el fiscal Fuenzalida y acreditado en el juicio, Jerez salió de la casa, pero al advertir que Cristaldo estaba aún con vida, reingresó rompiendo una ventana y volvió a atacarla con otro cuchillo que le dejó clavado en la nuca creyendo que estaba muerta.

Este segundo ataque hizo despertar a la hermana de la víctima, Sandra, quien se levantó con la beba de su hermana en brazos y también fue atacada por Jerez de 32 puñaladas.

La joven se hizo "la muerta" y fue testigo de cómo Jerez atacó también a cuchilladas a su otra sobrina, Milagros, de 7 años.