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"Si tienen la opción, los chicos eligen comer saludable"

Miércoles, 20 de enero de 2016 01:30

Este proyecto, "En la escuela comemos saludablemente", es una de los pioneros en capital y se suma a la propuesta de la Municipalidad en busca de fortalecer una alimentación variada y saludable en los chicos de San Salvador de Jujuy.

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Este proyecto, "En la escuela comemos saludablemente", es una de los pioneros en capital y se suma a la propuesta de la Municipalidad en busca de fortalecer una alimentación variada y saludable en los chicos de San Salvador de Jujuy.

¿Cómo nace la iniciativa de llevar adelante un kiosco saludable?

El kiosco de alimentos saludables tiene por finalidad facilitar a los estudiantes el acceso a productos nutritivamente balanceados, sustituyendo paulatinamente golosinas y productos similares por frutas estacionales y frutos secos; jugos naturales y yogures bebibles por bebidas colas, por ejemplo.

En líneas generales es ofrecer a la comunidad educativa en general que incorporen en su dieta más proteínas (lácteos y derivados), fibras (cereales, frutas, etc.) e hidratos de carbono (azúcares y harinas) de manera equilibrada y atractiva.

En muchos casos se decía que los chicosno querían comer frutas o cereales, entre otras alternativas que ofrecemos en el kiosco; mi experiencia en esto demostró que hay que brindarles opciones para que ellos puedan elegir.

Hoy no solo son los chicos de jardín o primaria, sino también los del secundario adoptaron una nueva alternativa a la hora de comer en la escuela; y esto también se refleja en los padres que han visto con muy buenos ojos este emprendimiento.

¿Qué es comer bien o comer saludablemente?

Implica la recuperación, incorporación y consolidación de hábitos de alimentación saludables en la población escolar de la institución. Personalmente busco abarcar una oferta de alimentos que resulten aptos para niños con diabetes; celíacos; con sobrepeso; mal nutridos e incluso bajos de peso, según las características de cada caso.

El proyecto fue orientado en trabajar con los alumnos sobre la importancia de una buena alimentación; estar sanos significa también la posibilidad de prevenir algunas enfermedades; permitiéndonos también, y lo digo como mamá de dos pequeños, poder indagar en los hábitos alimenticios de los chicos, corregirlos y/o mejorarlos para desarrollar una concientización proactiva sobre su propia alimentación.

¿Cómo repercute esto en la salud de los estudiantes?

Las actividades desarrolladas en el ámbito escolar requieren de nuestros niños y adolescentes, en pleno crecimiento, de abundante energía tanto física como intelectual. Estas –para reponerse- deben ser acordes a las necesidades nutricionales en relación al desgaste producido.

Actualmente las opciones que existen en este sentido apuntan en un alto porcentaje al consumo de hidratos de carbono (papas fritas, chips, golosinas-caramelos, chicles, bebidas gaseosas), en contraposición con otros alimentos que, por su escasa o nula presencia en los las escuelas o colegios de capital, son ignorados por los niños y niñas.

La modificación de los modos en que los chicos eligen recuperar energías depende de varios factores, entre los que se incluyen la cultura alimentaria de cada familia, como así también de cuestiones sanitarias determinadas.

Lo que la institución puede aportar en consonancia con la buena nutrición resulta fundamental a la hora de promover en sus alumnos aquello que los beneficie respecto de su alimentación y, por ende, de su salud.

¿Desde la casa también se puede colaborar en este proceso?

Sí, y es muy importante que eso suceda. La posibilidad de disfrutar de productos naturales ricos en proteínas, fibras e hidratos de carbono como así también de bebidas saludables dependerá de un accionar progresivo, abordado desde diferentes ámbitos.

Allí entraran en acción el hogar, el aula y las actividades recreativas, entre tantas otras. El trabajo mancomunado entre todos los actores de la comunidad puede revertir de manera paulatina la manera en que los chicos eligen recuperar fuerzas para la jornada escolar.

¿Qué encuentran los chicos en un kiosco saludable?

Se busca incorporar en su alimentación frutas de estación, frutas secas y cereales. Así también fortalecer el consumo de lácteos o diversas infusiones calientes como el té, por ejemplo.

Podemos agregar una variedad de sándwich, aguas saborizadas y jugos naturales. Lo primordial es jugar con los colores – que significan proteínas y vitaminas - y aprovechar los productos de estación, para que todo lo que se ofrezca sea sano, fresco y natural.

¿Cómo tomaron los estudiantes esta iniciativa?

Excelente, y no solo ellos; los docentes y la comunidad educativa encontró una nueva forma de desayunar o merendar. Hoy ver a los chicos y maestras comiendo una gelatina, una fruta o tomando un jugo natural es algo muy común en la escuela donde venimos trabajando.

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