Así lo resolvió de forma unánime el Tribunal en lo Criminal Nº 2 a cargo de los jueces Ernesto Kamada (presidente de trámite), Carolina Pérez Rojas e Isidoro Cruz, que luego de agotadas las recepciones testimoniales, escuchó los alegatos y emitió la parte dispositiva del fallo.
La figura de Medina que en las audiencias anteriores se había mostrado tranquila, altanera y hasta "sobradora", mientras se producían los alegatos había quedado literalmente oculta detrás de su defensor, tenía los ojos desorbitados y los hombros hundidos. Respiraba entrecortado y de alguna u otra manera quería contarle algo a su representante, pero sus ademanes eran en vano.
El fiscal de Cámara, Gustavo Almirón, pidió la pena de prisión perpetua para el imputado y en su alegato basó tres puntos fundamentales para adjudicarle la autoría del crimen a Medina: los estudios genéticos que hallaron partículas genomas compatibles con las de él en las uñas de Andrea Bellido, el informe forense que descartó el hecho como un suicidio y las declaraciones de dos jóvenes (Cáceres y López), que lo vieron discutir con Bellido en la puerta de su casa.
En tanto que la querella representada por Mariana Vargas adhirió al pedido del fiscal de Cámara y además dijo que el imputado "nunca estuvo compungido por la muerte de su novia" y "siempre trató de hacer parecer el hecho como un suicidio".
El abogado defensor Pablo Gustavo Aramayo pidió al Tribunal la absolución de Medina, y apuntó a las "irregularidades de las investigaciones primarias". Asimismo, cada vez que Aramayo terminaba una frase, su defendido enfocaba su mirada al Tribunal y asentía con la cabeza sus dichos.
Andrea Bellido era una joven que no podía poner fin a una tormentosa relación de tres años. Cada vez que intentaba terminar, "Moquillo" amenazaba con quitarse la vida. Allí intervenía la madre de Medina, quien la iba a buscar para llevarla a su casa y para que se "arreglen".
Bellido era una muchacha con pocos amigos, Medina se había encargado de cercarle cualquier relación social que pudiera tener. Pasaba sus días en su casa, cuidando a su hermanita de 7 años y viéndose con Medina. La joven llegó a sufrir quemaduras de cigarrillos, heridas en los brazos con un punzón, mordeduras y todo tipo de golpes tanto de puños como patadas delante de su hermanita, delante de los familiares de él, que "naturalizaron" estos actos, según los alegatos de Vargas.
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Así lo resolvió de forma unánime el Tribunal en lo Criminal Nº 2 a cargo de los jueces Ernesto Kamada (presidente de trámite), Carolina Pérez Rojas e Isidoro Cruz, que luego de agotadas las recepciones testimoniales, escuchó los alegatos y emitió la parte dispositiva del fallo.
La figura de Medina que en las audiencias anteriores se había mostrado tranquila, altanera y hasta "sobradora", mientras se producían los alegatos había quedado literalmente oculta detrás de su defensor, tenía los ojos desorbitados y los hombros hundidos. Respiraba entrecortado y de alguna u otra manera quería contarle algo a su representante, pero sus ademanes eran en vano.
El fiscal de Cámara, Gustavo Almirón, pidió la pena de prisión perpetua para el imputado y en su alegato basó tres puntos fundamentales para adjudicarle la autoría del crimen a Medina: los estudios genéticos que hallaron partículas genomas compatibles con las de él en las uñas de Andrea Bellido, el informe forense que descartó el hecho como un suicidio y las declaraciones de dos jóvenes (Cáceres y López), que lo vieron discutir con Bellido en la puerta de su casa.
En tanto que la querella representada por Mariana Vargas adhirió al pedido del fiscal de Cámara y además dijo que el imputado "nunca estuvo compungido por la muerte de su novia" y "siempre trató de hacer parecer el hecho como un suicidio".
El abogado defensor Pablo Gustavo Aramayo pidió al Tribunal la absolución de Medina, y apuntó a las "irregularidades de las investigaciones primarias". Asimismo, cada vez que Aramayo terminaba una frase, su defendido enfocaba su mirada al Tribunal y asentía con la cabeza sus dichos.
Andrea Bellido era una joven que no podía poner fin a una tormentosa relación de tres años. Cada vez que intentaba terminar, "Moquillo" amenazaba con quitarse la vida. Allí intervenía la madre de Medina, quien la iba a buscar para llevarla a su casa y para que se "arreglen".
Bellido era una muchacha con pocos amigos, Medina se había encargado de cercarle cualquier relación social que pudiera tener. Pasaba sus días en su casa, cuidando a su hermanita de 7 años y viéndose con Medina. La joven llegó a sufrir quemaduras de cigarrillos, heridas en los brazos con un punzón, mordeduras y todo tipo de golpes tanto de puños como patadas delante de su hermanita, delante de los familiares de él, que "naturalizaron" estos actos, según los alegatos de Vargas.