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Litio jujeño para el mundo

Domingo, 13 de noviembre de 2016 01:30
<div>PRODUCCIÓN / PLANTA DE PROCESAMIENTO PARA LA FABRICACIÓN DEL LITIO.</div><div>
El proceso de fabricación de litio comienza en uno de los 17 pozos estratégicamente ubicados en el salar, que tienen una profundidad de hasta 200 metros. Bombas especiales extraen la salmuera, que luego es transportada a través de caños de 16 pulgadas (salmueroductos), cuya extensión más larga es de 16 kilómetros. Al cabo del recorrido, la salmuera es colocada en grandes piletones.
A partir de allí, durante alrededor de un año, el proceso va desde la extracción del mineral de la salmuera hasta que se convierte en producto terminado, bajo la forma sólida de sales. Entonces se apila en bolsas para ser despachado para la exportación, explica el superintendente de Producción de Sales de Jujuy, Carlos Zapata, quien hizo un alto en su trabajo para oficiar de guía en la planta.
La salmuera va pasando por 17 piletas, en la medida que aumenta la concentración de litio y el agua se va evaporando, a cielo abierto, bajo las condiciones medioambientales únicas que ofrece la puna jujeña -clima desértico de mucho sol y viento en el día, y poquísimas lluvias- que favorecen la evaporación del agua, y por lo tanto permiten extraer el mineral a costos competitivos.
La primera pileta adquiere un color verdoso oscuro, ya que se trata de agua bien salada, que además tiene magnesio, "un mineral que compite con el litio". Por eso debe ser apartado, explica Zapata.
Luego, la salmuera es transportada hacia una segunda pileta, la planta de cal, donde se le inyecta cal al agua para generar un proceso químico que permite quitarle el magnesio al agua. De esta forma, el agua ya sin magnesio deriva en un color turquesa caribeño y ya está lista para evaporarse e ir pasando a través de 15 piletas más, hasta dejar en la superficie sólo el concentrado de litio al cabo del año.
Una vez finalizado el proceso de producción en las piletas, el litio es procesado en planta y secado, hasta que se obtiene el carbonato de litio, que a los ojos comunes pasa por una simple sal.
Esa sal es colocada en grandes bolsones para ser enviadas al mundo.

Trabajadores de la puna jujeña
La planta cuenta con unos 200 trabajadores, en su mayoría oriundos de la Puna jujeña, y se completa con otras 100 personas entre contratistas y camioneros.
Sales de Jujuy tiene un convenio con la Universidad Nacional de Jujuy, de la que la doctora Flexer también es docente, para capacitar a los operarios en conocimientos de química, física y otras materias y especialidades relacionadas con la actividad. La capacitación puede durar hasta cinco años, según explicaron, lo que se convierte prácticamente en una carrera universitaria obligada para quienes trabajan allí.
Por último, José Luis Zacur, doctor en ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy, que tiene a su cargo el proyecto de investigación sobre litio en esa entidad académica, aclara que no es tan lineal que el litio sea el "combustible del futuro".
El litio "almacena energía ya generada, pero no es el combustible porque no genera la energía" en las tecnologías actuales -señala- donde es utilizado como insumo de batería.
El experto concedió que en los desarrollos de la tecnología de fusión nuclear se están haciendo avances para que el litio se convierta en un verdadero combustible. Dependerá del desarrollo de la ciencia el sitio donde se ubicará en el futuro el litio de la Puna argentina.
Empresarios expresaron la importancia que el país está cobrando para el futuro del mercado mundial de litio, en amplio crecimiento y relevante para el desarrollo de energías renovables, especialmente con respecto al almacenamiento de energía.

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El proceso de fabricación de litio comienza en uno de los 17 pozos estratégicamente ubicados en el salar, que tienen una profundidad de hasta 200 metros. Bombas especiales extraen la salmuera, que luego es transportada a través de caños de 16 pulgadas (salmueroductos), cuya extensión más larga es de 16 kilómetros. Al cabo del recorrido, la salmuera es colocada en grandes piletones.
A partir de allí, durante alrededor de un año, el proceso va desde la extracción del mineral de la salmuera hasta que se convierte en producto terminado, bajo la forma sólida de sales. Entonces se apila en bolsas para ser despachado para la exportación, explica el superintendente de Producción de Sales de Jujuy, Carlos Zapata, quien hizo un alto en su trabajo para oficiar de guía en la planta.
La salmuera va pasando por 17 piletas, en la medida que aumenta la concentración de litio y el agua se va evaporando, a cielo abierto, bajo las condiciones medioambientales únicas que ofrece la puna jujeña -clima desértico de mucho sol y viento en el día, y poquísimas lluvias- que favorecen la evaporación del agua, y por lo tanto permiten extraer el mineral a costos competitivos.
La primera pileta adquiere un color verdoso oscuro, ya que se trata de agua bien salada, que además tiene magnesio, "un mineral que compite con el litio". Por eso debe ser apartado, explica Zapata.
Luego, la salmuera es transportada hacia una segunda pileta, la planta de cal, donde se le inyecta cal al agua para generar un proceso químico que permite quitarle el magnesio al agua. De esta forma, el agua ya sin magnesio deriva en un color turquesa caribeño y ya está lista para evaporarse e ir pasando a través de 15 piletas más, hasta dejar en la superficie sólo el concentrado de litio al cabo del año.
Una vez finalizado el proceso de producción en las piletas, el litio es procesado en planta y secado, hasta que se obtiene el carbonato de litio, que a los ojos comunes pasa por una simple sal.
Esa sal es colocada en grandes bolsones para ser enviadas al mundo.

Trabajadores de la puna jujeña
La planta cuenta con unos 200 trabajadores, en su mayoría oriundos de la Puna jujeña, y se completa con otras 100 personas entre contratistas y camioneros.
Sales de Jujuy tiene un convenio con la Universidad Nacional de Jujuy, de la que la doctora Flexer también es docente, para capacitar a los operarios en conocimientos de química, física y otras materias y especialidades relacionadas con la actividad. La capacitación puede durar hasta cinco años, según explicaron, lo que se convierte prácticamente en una carrera universitaria obligada para quienes trabajan allí.
Por último, José Luis Zacur, doctor en ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy, que tiene a su cargo el proyecto de investigación sobre litio en esa entidad académica, aclara que no es tan lineal que el litio sea el "combustible del futuro".
El litio "almacena energía ya generada, pero no es el combustible porque no genera la energía" en las tecnologías actuales -señala- donde es utilizado como insumo de batería.
El experto concedió que en los desarrollos de la tecnología de fusión nuclear se están haciendo avances para que el litio se convierta en un verdadero combustible. Dependerá del desarrollo de la ciencia el sitio donde se ubicará en el futuro el litio de la Puna argentina.
Empresarios expresaron la importancia que el país está cobrando para el futuro del mercado mundial de litio, en amplio crecimiento y relevante para el desarrollo de energías renovables, especialmente con respecto al almacenamiento de energía.

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