Aún cuando el escrutinio no había terminado en cada uno de los distritos, los principales medios del país informaban, al cierre de esta edición, que Clinton sumaba 109 puntos y Trump 150.
El ganador sería quien consiga el apoyo de al menos 270 de los 538 representantes que componen el colegio electoral, que en última instancia es el responsable de elegir al próximo presidente de Estados Unidos.
Según proyecciones con los escrutinios parciales, Clinton se impuso en los estados de Vermont, Illinois -su estado natal-, New Jersey, Massachusetts, Maryland, Rhode Island, Delaware, en el distrito de Columbia y Nueva York, todos territorios generalmente favorables a los demócratas.
Trump, por su parte, se quedó con Indiana, Kentucky, Virginia Occidental, Oklahoma, Tennessee, Mississippi, Carolina del Sur, Alabama, Kansas, Dakota del Norte y Dakota del Sur, todos estados tradicionalmente conservadores.
Algunos estados claves seguían siendo una incógnita, especialmente Florida, donde, como habían pronosticado la mayoría de los sondeos, el resultado era muy cerrado como para proyectar a un ganador.
Por primera vez en la historia, el voto latino, que rompe récords cada cuatro años debido al crecimiento de la población jugaba un papel decisivo en el futuro político de los Estados Unidos.
A las 8 de la mañana, hora de Nueva York, Hillary Clinton acudió a votar en compañía de su esposo, el expresidente Bill Clinton. Una vez emitido su voto afirmó frente a los periodistas la importancia del momento y dijo confiar en su victoria en las urnas.
Tres horas después y en medio de un importante operativo de seguridad, que mantuvo a una distancia prudencial a sus detractores que lo abuchearon al ingresar y al retirarse del centro de votación, Donald Trump llegó a la Escuela Pública 59.
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Aún cuando el escrutinio no había terminado en cada uno de los distritos, los principales medios del país informaban, al cierre de esta edición, que Clinton sumaba 109 puntos y Trump 150.
El ganador sería quien consiga el apoyo de al menos 270 de los 538 representantes que componen el colegio electoral, que en última instancia es el responsable de elegir al próximo presidente de Estados Unidos.
Según proyecciones con los escrutinios parciales, Clinton se impuso en los estados de Vermont, Illinois -su estado natal-, New Jersey, Massachusetts, Maryland, Rhode Island, Delaware, en el distrito de Columbia y Nueva York, todos territorios generalmente favorables a los demócratas.
Trump, por su parte, se quedó con Indiana, Kentucky, Virginia Occidental, Oklahoma, Tennessee, Mississippi, Carolina del Sur, Alabama, Kansas, Dakota del Norte y Dakota del Sur, todos estados tradicionalmente conservadores.
Algunos estados claves seguían siendo una incógnita, especialmente Florida, donde, como habían pronosticado la mayoría de los sondeos, el resultado era muy cerrado como para proyectar a un ganador.
Por primera vez en la historia, el voto latino, que rompe récords cada cuatro años debido al crecimiento de la población jugaba un papel decisivo en el futuro político de los Estados Unidos.
A las 8 de la mañana, hora de Nueva York, Hillary Clinton acudió a votar en compañía de su esposo, el expresidente Bill Clinton. Una vez emitido su voto afirmó frente a los periodistas la importancia del momento y dijo confiar en su victoria en las urnas.
Tres horas después y en medio de un importante operativo de seguridad, que mantuvo a una distancia prudencial a sus detractores que lo abuchearon al ingresar y al retirarse del centro de votación, Donald Trump llegó a la Escuela Pública 59.