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Diferentes formas de recibir el año en Argentina

Viernes, 30 de diciembre de 2016 01:30
<div>BUENOS AIRES / CADA COMUNIDAD FESTEJA EL FIN DE AÑO SEGÚN SUS TRADICIONES NATALES (FOTO DE ARCHIVO).</div><div>
Como ocurre cada vez que reciben un nuevo año en Argentina, las familias de comunidades de otros países, etnias y religiones brindarán dos veces para coincidir con la cero hora de sus lugares de origen, despedirán "lo viejo" con quema de muñecos o armarán una mesa acorde al invierno de otras latitudes, entre otras formas de rescatar la identidad en una fecha tan especial.
La panorámica de fin de año en el país, diverso y plural, va de la cena familiar a la misa con regreso a casa para tomar el caldo del amanecer; y del baile en la calle a la obligación de irse a dormir como cualquier otro día de los menonitas, que celebraran Navidad pero se eximirán de despedir el 2016.
Los hogares de chinos y coreanos residentes en Argentina lo harán a lo occidental porque deberán esperar un mes más para dedicar el nuevo ciclo lunar a sus ancestros, como es su costumbre.
"A medianoche ''clavadito'' pondremos 12 uvas sobre nuestra mesa y al comerlas, de una a la vez, pediremos algo que soñamos cumplir porque para nosotros fin de año es la noche de los deseos", dijo Noelia Rojas Toranzo, una joven abogada de La Paz que vive en Buenos Aires.
El 31 de diciembre "después de la bulla de la medianoche, de las uvas y los deseos, esperaremos hasta las tres o cuatro de la madrugada para cenar nuestro ''fricasé'', una especie de estofado de carne de cerdo con ají, mote (choclo bien grande) y chuño (papas deshidratadas)", detalló Noelia.
"Nosotros brindamos dos veces: a medianoche (cero hora argentina) y dos horas más tarde -a las cero hora peruana- para coincidir con los nuestros", dijo Marisol Vázquez, una limeña que vive en la localidad bonaerense de Béccar, y que a la madrugada compartirá con su familia picarones (buñuelos) de batata y calabaza, el panetón (pan dulce) con una chocolatada.
Para Marisol, es probable que donde vive ella "puedan quemar el muñeco hecho con ropa usada" para despedir el año viejo que se va, una costumbre peruana, que se mantiene en las ciudades.
Para la comunidad china, "el calendario lunar fija el comienzo del año nuevo a fines de enero y culmina con el festival de las linternas, con las calles llenas de los tradicionales faroles rojos", lo que este año sucederá a partir del 28 de enero, aunque las familias que viven en el país celebrarán este 31 de diciembre "a lo occidental", especialmente los más jóvenes.
Como los chinos, la comunidad coreana en Buenos Aires hace del año nuevo un homenaje a sus ancestros, cuando sobre la mesa además de comidas colocarán los retratos de los ancianos.
"Los alemanes del Volga que residen en La Pampa ya tienen preparados sus embutidos y panes con frutos secos bien calóricos de un festejo que rememora las costumbres de ese país europeo", dijo Mauro Heit, que vive en Alpachiri, donde trabaja en una metalúrgica.
A diferencia de los alemanes que brindarán, bailarán y saldrán con sus autos en caravana por las calles del pueblo para recibir el nuevo año, a unos 30 kilómetros de allí los menonitas se irán a dormir como cualquier otro día "bien temprano para retornar a sus labores".
De origen holandés, la colonia menonita que hoy tiene 1.400 habitantes, "se ve en el mundo pero no se considera del mundo. Se sienten peregrinos en esta tierra y de cada una de las naciones donde les toca vivir", según señala Heit en la página web que construyó sobre esta comunidad, "que a fin de año celebra sólo la Navidad pero con visitas a familiares y lejos de los brindis".
Las familias que practican religiones como el Islam adaptan sus costumbres a las fiestas que se celebran en Argentina, aunque el año nuevo para ellos no sea celebrado en diciembre.
Desde el punto de vista religioso, para los musulmanes, el nuevo año que llegó en octubre es el 1438, que recuerda el momento en que el profeta Mahoma emigró de Meca a Medina.
Se celebra el primer día del mes de Muharram, nombre derivado del término "haram", que significa "prohibido", razón por la cual ese primer mes del año "está prohibido luchar", sostienen desde el Centro Islámico de Argentina.
En tanto, Rosh Hashaná es el año nuevo judío que se celebra entre septiembre y octubre, momento en que "dios creó el mundo", fecha desde la que se cuentan los años y que se conoce como "fiesta de las trompetas".
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Como ocurre cada vez que reciben un nuevo año en Argentina, las familias de comunidades de otros países, etnias y religiones brindarán dos veces para coincidir con la cero hora de sus lugares de origen, despedirán "lo viejo" con quema de muñecos o armarán una mesa acorde al invierno de otras latitudes, entre otras formas de rescatar la identidad en una fecha tan especial.
La panorámica de fin de año en el país, diverso y plural, va de la cena familiar a la misa con regreso a casa para tomar el caldo del amanecer; y del baile en la calle a la obligación de irse a dormir como cualquier otro día de los menonitas, que celebraran Navidad pero se eximirán de despedir el 2016.
Los hogares de chinos y coreanos residentes en Argentina lo harán a lo occidental porque deberán esperar un mes más para dedicar el nuevo ciclo lunar a sus ancestros, como es su costumbre.
"A medianoche ''clavadito'' pondremos 12 uvas sobre nuestra mesa y al comerlas, de una a la vez, pediremos algo que soñamos cumplir porque para nosotros fin de año es la noche de los deseos", dijo Noelia Rojas Toranzo, una joven abogada de La Paz que vive en Buenos Aires.
El 31 de diciembre "después de la bulla de la medianoche, de las uvas y los deseos, esperaremos hasta las tres o cuatro de la madrugada para cenar nuestro ''fricasé'', una especie de estofado de carne de cerdo con ají, mote (choclo bien grande) y chuño (papas deshidratadas)", detalló Noelia.
"Nosotros brindamos dos veces: a medianoche (cero hora argentina) y dos horas más tarde -a las cero hora peruana- para coincidir con los nuestros", dijo Marisol Vázquez, una limeña que vive en la localidad bonaerense de Béccar, y que a la madrugada compartirá con su familia picarones (buñuelos) de batata y calabaza, el panetón (pan dulce) con una chocolatada.
Para Marisol, es probable que donde vive ella "puedan quemar el muñeco hecho con ropa usada" para despedir el año viejo que se va, una costumbre peruana, que se mantiene en las ciudades.
Para la comunidad china, "el calendario lunar fija el comienzo del año nuevo a fines de enero y culmina con el festival de las linternas, con las calles llenas de los tradicionales faroles rojos", lo que este año sucederá a partir del 28 de enero, aunque las familias que viven en el país celebrarán este 31 de diciembre "a lo occidental", especialmente los más jóvenes.
Como los chinos, la comunidad coreana en Buenos Aires hace del año nuevo un homenaje a sus ancestros, cuando sobre la mesa además de comidas colocarán los retratos de los ancianos.
"Los alemanes del Volga que residen en La Pampa ya tienen preparados sus embutidos y panes con frutos secos bien calóricos de un festejo que rememora las costumbres de ese país europeo", dijo Mauro Heit, que vive en Alpachiri, donde trabaja en una metalúrgica.
A diferencia de los alemanes que brindarán, bailarán y saldrán con sus autos en caravana por las calles del pueblo para recibir el nuevo año, a unos 30 kilómetros de allí los menonitas se irán a dormir como cualquier otro día "bien temprano para retornar a sus labores".
De origen holandés, la colonia menonita que hoy tiene 1.400 habitantes, "se ve en el mundo pero no se considera del mundo. Se sienten peregrinos en esta tierra y de cada una de las naciones donde les toca vivir", según señala Heit en la página web que construyó sobre esta comunidad, "que a fin de año celebra sólo la Navidad pero con visitas a familiares y lejos de los brindis".
Las familias que practican religiones como el Islam adaptan sus costumbres a las fiestas que se celebran en Argentina, aunque el año nuevo para ellos no sea celebrado en diciembre.
Desde el punto de vista religioso, para los musulmanes, el nuevo año que llegó en octubre es el 1438, que recuerda el momento en que el profeta Mahoma emigró de Meca a Medina.
Se celebra el primer día del mes de Muharram, nombre derivado del término "haram", que significa "prohibido", razón por la cual ese primer mes del año "está prohibido luchar", sostienen desde el Centro Islámico de Argentina.
En tanto, Rosh Hashaná es el año nuevo judío que se celebra entre septiembre y octubre, momento en que "dios creó el mundo", fecha desde la que se cuentan los años y que se conoce como "fiesta de las trompetas".