¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
26 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Una historia que de absurda, no sirve ni para una película

Sabado, 31 de diciembre de 2016 01:30
SECUENCIAS/ DE UNA HISTORIA QUE SE LLEVA EL ORO A LA DESFACHATEZ. 
Ni al guionista cinematográfico más escandaloso se le hubiera ocurrido escribir la historia que copó los medios, las mesas de conversación y la preocupación de los argentinos, el 14 de junio. Un llamado al 911 advertía que un hombre bajaba de un auto bolsones que tiraba por arriba del portón de un monasterio, en horas de la madrugada.
No se le hubiera ocurrido porque resulta irrisoria, porque aún buscando lo increíble para captar al espectador, esto resultaría absurdo, sin sentido, no potable para la pantalla. Sí, el caso José López nos dejaba atónitos a todos.
Cada uno de los elementos de esta historia resultan aberrantes. El señor, ex Secretario de Obras Públicas tenía esa noche 160 bultos de dinero con 8.982.047 dólares. Guardar y esconder tanta cantidad de plata "en casa es realmente una locura literalmente. Los billetes estaban húmedos y algo deteriorados. También se le decomisaron 153.610 euros, 49.800 pesos, 425 yuanes, 2 riyales de Qatar, seis relojes de lujo, una carabina Sig Saguer y teléfonos.
López estaba en un Meriva, arrojando las bolsas negras al Monasterio Nuestra Señora de Fátima en General Rodríguez, Buenos Aires. Adentro sólo tres monjas, María y Marcela (de clausura) y la madre superiora, hermana Alba, de 94 años. Una de ellas le abría la puerta y le recibía los bolsones. ­­­Sí!!!, eso pasó el 14 de junio en nuestro país. El hecho sin dudas se lleva el oro a la desfachatez, la ocurrencia y la alevosía. Pero no conforme con este primer lugar, el cuento intentó continuar con fundamentaciones más kiirisorias aún.
La corrupción de la Argentina es realmente un bicho enorme que la habita hartamente, y aunque ataca y ataca, el milagro sigue ocurriendo y aun no terminó con nuestro país. Se puede todavía pensar en una recuperación, aunque parezca lejana.
Lo increíble es también que nada se haya determinado todavía en esta causa, y que ese dinero todavía no haya tenido un destino.
Los tiempos administrativos y judiciales deben cambiar. Se nos pasa la historia y perdemos generaciones.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
Ni al guionista cinematográfico más escandaloso se le hubiera ocurrido escribir la historia que copó los medios, las mesas de conversación y la preocupación de los argentinos, el 14 de junio. Un llamado al 911 advertía que un hombre bajaba de un auto bolsones que tiraba por arriba del portón de un monasterio, en horas de la madrugada.
No se le hubiera ocurrido porque resulta irrisoria, porque aún buscando lo increíble para captar al espectador, esto resultaría absurdo, sin sentido, no potable para la pantalla. Sí, el caso José López nos dejaba atónitos a todos.
Cada uno de los elementos de esta historia resultan aberrantes. El señor, ex Secretario de Obras Públicas tenía esa noche 160 bultos de dinero con 8.982.047 dólares. Guardar y esconder tanta cantidad de plata "en casa es realmente una locura literalmente. Los billetes estaban húmedos y algo deteriorados. También se le decomisaron 153.610 euros, 49.800 pesos, 425 yuanes, 2 riyales de Qatar, seis relojes de lujo, una carabina Sig Saguer y teléfonos.
López estaba en un Meriva, arrojando las bolsas negras al Monasterio Nuestra Señora de Fátima en General Rodríguez, Buenos Aires. Adentro sólo tres monjas, María y Marcela (de clausura) y la madre superiora, hermana Alba, de 94 años. Una de ellas le abría la puerta y le recibía los bolsones. ­­­Sí!!!, eso pasó el 14 de junio en nuestro país. El hecho sin dudas se lleva el oro a la desfachatez, la ocurrencia y la alevosía. Pero no conforme con este primer lugar, el cuento intentó continuar con fundamentaciones más kiirisorias aún.
La corrupción de la Argentina es realmente un bicho enorme que la habita hartamente, y aunque ataca y ataca, el milagro sigue ocurriendo y aun no terminó con nuestro país. Se puede todavía pensar en una recuperación, aunque parezca lejana.
Lo increíble es también que nada se haya determinado todavía en esta causa, y que ese dinero todavía no haya tenido un destino.
Los tiempos administrativos y judiciales deben cambiar. Se nos pasa la historia y perdemos generaciones.

Temas de la nota