Se trata de un carnicero llamado Enrique Alcaráz (26), quien comenzará a ser juzgado por el Tribunal Oral en lo Criminal 3 de Morón por el delito de "homicidio calificado por alevosía (dos hechos) y violencia de género, robo y sustracción de menores", el cual contempla la pena de reclusión perpetua.
El debate dará comienzo el lunes a las 9 en los tribunales de Morón, en la calle Brown y Colón, la fiscal del juicio será la misma que tuvo a su cargo la investigación del caso, María Cecilia Cortfield, y se prevé que declaren 240 testigos en cinco jornadas.
Según determinaron los investigadores, el hecho se produjo entre las 0.27 de esa madrugada, que fue la última comunicación de Sabrina desde su teléfono celular, y las 3.07, que se registró el llamado al 911 que alertó sobre el hallazgo de los cuerpos.
La principal hipótesis apunta a que en ese lapso, el asesino entró a la vivienda con llaves -el acusado sabía que Sabrina las guardaba en el buzón-, y primero fue hasta la habitación del fondo donde mató a la mujer de 9 puntazos con un cuchillo que se cree tomó de la cocina, donde luego dejó abiertas las llaves de gas de las hornallas.
Siempre según la acusación fiscal, el homicida se dirigió luego a la habitación donde dormían los hermanitos y asesinó a Ian de 19 puñaladas.
Tras cometer el segundo crimen, el asesino fue hasta el baño, se lavó y regresó al dormitorio de los niños donde armó un bolso con ropa de la niña y escapó con Mía en brazos.
Los investigadores estiman que la niña estuvo siempre dormida mientras asesinaban a su madre y a su hermanito.
Tras conocerse el doble crimen, la Policía bonaerense montó un amplio operativo de búsqueda para dar con el sospechoso y rescatar a la niña y el martes 17, es decir al día siguiente, lo detuvieron en Junín cuando pretendía huir con Mía hacia la provincia de Santiago del Estero.
Esa maniobra fue descubierta por un maletero de la terminal de micros local que reconoció a la niña por una fotografía suya publicada en un diario y alertó a esos policías.
De acuerdo a los investigadores, Alcaráz primero pasó el lunes al mediodía -cuando ya se había cometido el doble crimen- por la casa de su padre en Merlo, para pedirle dinero prestado, tras lo cual, ese mismo día a las 20.29 tomó un tren en la ciudad de Mercedes con destino a Junín.
Los voceros señalaron que Alcaráz tenía antecedentes penales desde que era menor de edad, registraba varias fugas de hogares, entre ellos, de la Fundación Felices Los Niños, su madre lo había denunciado por abuso de un hermanastro y es fanático del animé japonés.
Los pesquisas determinaron que Alcaraz había conocido a Sabrina en un ciber de El Palomar, donde ella trabajaba, y se hicieron amigos al punto que la joven a veces lo dejaba dormir en su casa y solía pedirle que se quedara al cuidado de sus hijos.
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Se trata de un carnicero llamado Enrique Alcaráz (26), quien comenzará a ser juzgado por el Tribunal Oral en lo Criminal 3 de Morón por el delito de "homicidio calificado por alevosía (dos hechos) y violencia de género, robo y sustracción de menores", el cual contempla la pena de reclusión perpetua.
El debate dará comienzo el lunes a las 9 en los tribunales de Morón, en la calle Brown y Colón, la fiscal del juicio será la misma que tuvo a su cargo la investigación del caso, María Cecilia Cortfield, y se prevé que declaren 240 testigos en cinco jornadas.
Según determinaron los investigadores, el hecho se produjo entre las 0.27 de esa madrugada, que fue la última comunicación de Sabrina desde su teléfono celular, y las 3.07, que se registró el llamado al 911 que alertó sobre el hallazgo de los cuerpos.
La principal hipótesis apunta a que en ese lapso, el asesino entró a la vivienda con llaves -el acusado sabía que Sabrina las guardaba en el buzón-, y primero fue hasta la habitación del fondo donde mató a la mujer de 9 puntazos con un cuchillo que se cree tomó de la cocina, donde luego dejó abiertas las llaves de gas de las hornallas.
Siempre según la acusación fiscal, el homicida se dirigió luego a la habitación donde dormían los hermanitos y asesinó a Ian de 19 puñaladas.
Tras cometer el segundo crimen, el asesino fue hasta el baño, se lavó y regresó al dormitorio de los niños donde armó un bolso con ropa de la niña y escapó con Mía en brazos.
Los investigadores estiman que la niña estuvo siempre dormida mientras asesinaban a su madre y a su hermanito.
Tras conocerse el doble crimen, la Policía bonaerense montó un amplio operativo de búsqueda para dar con el sospechoso y rescatar a la niña y el martes 17, es decir al día siguiente, lo detuvieron en Junín cuando pretendía huir con Mía hacia la provincia de Santiago del Estero.
Esa maniobra fue descubierta por un maletero de la terminal de micros local que reconoció a la niña por una fotografía suya publicada en un diario y alertó a esos policías.
De acuerdo a los investigadores, Alcaráz primero pasó el lunes al mediodía -cuando ya se había cometido el doble crimen- por la casa de su padre en Merlo, para pedirle dinero prestado, tras lo cual, ese mismo día a las 20.29 tomó un tren en la ciudad de Mercedes con destino a Junín.
Los voceros señalaron que Alcaráz tenía antecedentes penales desde que era menor de edad, registraba varias fugas de hogares, entre ellos, de la Fundación Felices Los Niños, su madre lo había denunciado por abuso de un hermanastro y es fanático del animé japonés.
Los pesquisas determinaron que Alcaraz había conocido a Sabrina en un ciber de El Palomar, donde ella trabajaba, y se hicieron amigos al punto que la joven a veces lo dejaba dormir en su casa y solía pedirle que se quedara al cuidado de sus hijos.