Pocas veces una sola canción resume de forma tan precisa el espíritu de todo un álbum. Eso es exactamente lo que ocurre con "La llamada".
No es solo el sencillo que le da título, sino también la perfecta comunión de un disco, una canción y una nueva etapa en la que Serrano mira más al sur que nunca antes en su carrera.
"La llamada" hace referencia a las tradicionales llamadas del carnaval uruguayo, convocadas a golpe de tambor, pero también a un llamamiento: basta de lamentos, es hora de levantar la mirada, grita el cantautor, que cita a sus seguidores para celebrar que estamos vivos y rebeldes. Lo hace a través del batá y del bongó, del pandeiro y del güiro, de los tambores y de los bombos, y por supuesto de la guitarra y de su serena voz de siempre.
En "La llamada", su noveno álbum de estudio, Ismael Serrano inicia la búsqueda de un son que renueva el alma y las conciencias, pero sin abandonar el vuelo poético que siempre presidió su música. Producido por él mismo y por Jacob Sureda, el álbum consta de 13 canciones en las que la lucha adquiere carácter de celebración, el desamor se cura al ritmo del candombe y la épica del desahuciado se retrata a golpe de bombo y esperanza. El disco rebosa también de bachatas traídas al mediterráneo, samba y casi reggaetón.
Pocas veces una sola canción resume de forma tan precisa el espíritu de todo un álbum. Eso es exactamente lo que ocurre con "La llamada".
No es solo el sencillo que le da título, sino también la perfecta comunión de un disco, una canción y una nueva etapa en la que Serrano mira más al sur que nunca antes en su carrera.
"La llamada" hace referencia a las tradicionales llamadas del carnaval uruguayo, convocadas a golpe de tambor, pero también a un llamamiento: basta de lamentos, es hora de levantar la mirada, grita el cantautor, que cita a sus seguidores para celebrar que estamos vivos y rebeldes. Lo hace a través del batá y del bongó, del pandeiro y del güiro, de los tambores y de los bombos, y por supuesto de la guitarra y de su serena voz de siempre.
En "La llamada", su noveno álbum de estudio, Ismael Serrano inicia la búsqueda de un son que renueva el alma y las conciencias, pero sin abandonar el vuelo poético que siempre presidió su música. Producido por él mismo y por Jacob Sureda, el álbum consta de 13 canciones en las que la lucha adquiere carácter de celebración, el desamor se cura al ritmo del candombe y la épica del desahuciado se retrata a golpe de bombo y esperanza. El disco rebosa también de bachatas traídas al mediterráneo, samba y casi reggaetón.