"Estamos verdaderamente postergados", fue la sentencia que utilizó el vecino Víctor Anze para describir la situación de su barrio, el San Jorge. Es que a lo largo de los últimos años ninguno de sus pedidos ante autoridades municipales y provinciales ha tenido respuesta favorable.
Ubicado a pocas cuadras de la desembocadura de calle Puesto del Marqués en el río Grande, en la zona del barrio San Pedrito, el asentamiento creado en 1977 ante la falta de respuesta a la problemática habitacional, al día de hoy no ha producido avances notorios en la calidad de vida de los vecinos. Siendo la apertura de las calles en el 2003, durante la Intendencia de Hugo Conde, el único beneficio.
Focos infecciosos, malezas, calles en pésimo estado, falta de alumbrado público, inseguridad y obras inconclusas, entre otros, son algunos de los problemas que presenta el asentamiento en el que viven más de un centenar de familias.
"Nuestro barrio está castigado", aseveró Anze, quién remarcó que desde hace más de quince años viene presentando pedidos ante las autoridades y aún no consiguió soluciones a los problemas del sector. De hecho, según explicó, "se estaba haciendo el cordón cuneta, pero apenas se terminó una manzana" y se abandonó la obra, remarcó.
El vecino apuntó que por las cercanías del barrio San Jorge al río Grande, conviven con todo tipo de alimañas, como víboras, roedores e insectos, entre otros. Al tiempo que confió a lo largo de los últimos años presentó un sinnúmero de notas pidiendo, tanto a la Provincia como a la Municipalidad, por el desmalezamiento y desinfección de distintos espacios, ya que se aprovechan los pastizales altos para arrojar basura, sin lograr su cometido.
A partir de esa situación, Anze sostuvo que continuará "insistiendo", ahora con "las nuevas autoridades provinciales. Espero que con este nuevo Gobierno verdaderamente se produzca el cambio, porque hasta ahora, seguimos como veníamos", sentenció el vecino.
La falta de alumbrado público combinado con los pastizales, sirven de "refugio" para maleantes y ladrones que utilizan habitualmente al barrio San Jorge como un lugar "de paso". Antes la situación era peor, según comentó el vecino, quien aseguró que se utilizaban los baldíos colindantes con el río Grande para esconder cosas robadas o para "entrenar" malhechores. Dicha situación cambió, ya que por la falta de respuesta de las autoridades, los propios vecinos enfrentan a los malvivientes.
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"Estamos verdaderamente postergados", fue la sentencia que utilizó el vecino Víctor Anze para describir la situación de su barrio, el San Jorge. Es que a lo largo de los últimos años ninguno de sus pedidos ante autoridades municipales y provinciales ha tenido respuesta favorable.
Ubicado a pocas cuadras de la desembocadura de calle Puesto del Marqués en el río Grande, en la zona del barrio San Pedrito, el asentamiento creado en 1977 ante la falta de respuesta a la problemática habitacional, al día de hoy no ha producido avances notorios en la calidad de vida de los vecinos. Siendo la apertura de las calles en el 2003, durante la Intendencia de Hugo Conde, el único beneficio.
Focos infecciosos, malezas, calles en pésimo estado, falta de alumbrado público, inseguridad y obras inconclusas, entre otros, son algunos de los problemas que presenta el asentamiento en el que viven más de un centenar de familias.
"Nuestro barrio está castigado", aseveró Anze, quién remarcó que desde hace más de quince años viene presentando pedidos ante las autoridades y aún no consiguió soluciones a los problemas del sector. De hecho, según explicó, "se estaba haciendo el cordón cuneta, pero apenas se terminó una manzana" y se abandonó la obra, remarcó.
El vecino apuntó que por las cercanías del barrio San Jorge al río Grande, conviven con todo tipo de alimañas, como víboras, roedores e insectos, entre otros. Al tiempo que confió a lo largo de los últimos años presentó un sinnúmero de notas pidiendo, tanto a la Provincia como a la Municipalidad, por el desmalezamiento y desinfección de distintos espacios, ya que se aprovechan los pastizales altos para arrojar basura, sin lograr su cometido.
A partir de esa situación, Anze sostuvo que continuará "insistiendo", ahora con "las nuevas autoridades provinciales. Espero que con este nuevo Gobierno verdaderamente se produzca el cambio, porque hasta ahora, seguimos como veníamos", sentenció el vecino.
La falta de alumbrado público combinado con los pastizales, sirven de "refugio" para maleantes y ladrones que utilizan habitualmente al barrio San Jorge como un lugar "de paso". Antes la situación era peor, según comentó el vecino, quien aseguró que se utilizaban los baldíos colindantes con el río Grande para esconder cosas robadas o para "entrenar" malhechores. Dicha situación cambió, ya que por la falta de respuesta de las autoridades, los propios vecinos enfrentan a los malvivientes.