El director del Consejo Elaborador de Normas de Economía (Ceneco) y vicedecano de la facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unju, Benito Carlos Aramayo, explicó que la inflación continúa impactando en la sociedad por la falta de control a los formadores de precios y en términos monetarios, por el negocio de la venta “dólar futuro” que generó una importante pérdida para el Estado.
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El director del Consejo Elaborador de Normas de Economía (Ceneco) y vicedecano de la facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unju, Benito Carlos Aramayo, explicó que la inflación continúa impactando en la sociedad por la falta de control a los formadores de precios y en términos monetarios, por el negocio de la venta “dólar futuro” que generó una importante pérdida para el Estado.
Consultado por las causas de la continuidad de la inflación en nuestra provincia y en el país, Aramayo indicó que en primer lugar, el proceso económico persiste porque no se toman las medidas necesarias en relación a quienes son los formadores de precios. “Para darle un ejemplo, en el rubro de alimentos y artículos de higiene del hogar, 28 empresas forman los precios del 85% de los artículos que se encuentran en la góndola de los supermercados o almacenes de barrio”, dijo el economista.
El vicedecano de Humanidades además indicó que estos monopolios comerciales obtienen ganancias muy por arriba de los ingresos que -en promedio- logran algunas de estas empresas en otros países donde operan.
Aramayo agregó al mismo tiempo, que el déficit fiscal sigue siendo muy elevado y continúa la emisión de billetes para cubrirlo.
Otro componente que hace a la inflación es la carga de renta agraria que perciben los dueños de la tierra, sobre todo latifundistas, y cuyo costo se incorpora al precio de los productos que componen la canasta básica de alimentos, dijo el especialista.
En cuanto al tema monetario, Aramayo consideró que, por el negocio de la venta de dólar futuro, el Estado tendrá una pérdida. Según el juez Bonadio la cifra ronda los 100 mil millones de pesos, “que en un momento donde no hay superávit fiscal se tendrá que emitir papel moneda para pagarla”, explicó el vicedecano.
Si se habla del costo de producción de algunos bienes que tiene componentes importados, influye también la devaluación de la moneda en relación al dólar.
De cara a los aumentos en las tarifas de los servicios público, el economista opinó que ahora la inflación se retroalimenta con estos incrementos en la energía, en el agua, gas y transporte.
La región donde el impacto en el costo de vida se sentirá más es la metropolitana de la ciudad de Buenos Aires y su conurbano, dijo Aramayo, y explicó que en estos sitios las tarifas de los servicios públicos meses anteriores eran muy bajas si se las compara con la que ya veníamos pagando por ejemplo, en nuestra provincia. “Aquí se viene ajustando el precio de la luz, el agua y el transporte desde hace varios años y no hay razones para acompañar el alza de tarifas que se hará en la región señalada”, explicó.
Según el titular del Ceneco, lo más preocupante es que ante la continuidad de la inflación y el aumento del costo de vida por los “tarifazos”, la mayoría de los sectores populares no están defendidos por el Estado.
“Predominan los intereses de la década del menemismo. Con el kirchnerismo vino la política de subsidiar a estas empresas en lugar de recuperar lo privatizado para el dominio público y al final es el pueblo el que paga las consecuencias. La manera como los trabajadores tratan de evitar que los ajustes recaigan sobre sus espaldas es con la lucha por paritarias justas que recompongan la capacidad adquisitiva del salario”, enfatizó el economista.