Ropa, libros, trabajos escolares, estudios médicos y envoltorios de regalos resisten en los hogares, olvidados y sin uso, tal como lo aceptó un 74% de personas que se reconocieron como
acumuladores de objetos que no utilizan.
La cifra surgió de una
encuesta realizada a 1.193 personas en distintas ciudades del país, pero identifica a casi toda la población, porque quien no tenga cosas en desuso en casa... que tire la primera piedra.
El estudio realizado por la consultora TrialPanel también aportó que el 90% de los entrevistados hacen limpieza de elementos no utilizados, por lo menos, una vez al año.
Los números del relevamiento contaron que el 81% de las personas piensa que volverán a utilizar alguna de las cosas que acaparan y por eso no las descartan, y otras lo hacen porque piensan arreglarlas o les recuerdan a algún ser querido.
Para la psicóloga Leticia Cohen, muchas veces "es como si los objetos fueran una continuación del cuerpo, se produce un apego y por eso es difícil desprenderse. Algo que gusta mucho y da placer se desea conservar. El tema es que cuanto más se guarda, queda menos espacio para cosas nuevas y más energía se necesita para conservar lo que se tiene".
Ropa, libros, trabajos escolares, estudios médicos y envoltorios de regalos resisten en los hogares, olvidados y sin uso, tal como lo aceptó un 74% de personas que se reconocieron como
acumuladores de objetos que no utilizan.
La cifra surgió de una
encuesta realizada a 1.193 personas en distintas ciudades del país, pero identifica a casi toda la población, porque quien no tenga cosas en desuso en casa... que tire la primera piedra.
El estudio realizado por la consultora TrialPanel también aportó que el 90% de los entrevistados hacen limpieza de elementos no utilizados, por lo menos, una vez al año.
Los números del relevamiento contaron que el 81% de las personas piensa que volverán a utilizar alguna de las cosas que acaparan y por eso no las descartan, y otras lo hacen porque piensan arreglarlas o les recuerdan a algún ser querido.
Para la psicóloga Leticia Cohen, muchas veces "es como si los objetos fueran una continuación del cuerpo, se produce un apego y por eso es difícil desprenderse. Algo que gusta mucho y da placer se desea conservar. El tema es que cuanto más se guarda, queda menos espacio para cosas nuevas y más energía se necesita para conservar lo que se tiene".