Inevitablemente el ataque al boliche gay de Orlando -que causó la muerte de 50 personas- se metió de lleno en la carrera hacia la Casa Blanca.
Por un lado, Trump reaccionó a la matanza celebrando que ésta le diese la razón en su diatriba contra los musulmanes y pidió la renuncia del presidente Barack Obama y de Hillary Clinton a su candidatura, mientras que la demócrata canceló un acto político y recién ayer salió al cruce del magnate y de su encendida retórica.
En un comunicado del domingo, Clinton enfatizó que la masacre de Orlando es "la peor causada por disparos de una sola persona en la historia del país", y debe servir para recordar "una vez más que las armas de guerra no tienen lugar" en las calles ni en manos de cualquiera.
"Tenemos que sacar esas armas de guerra fuera de las calles. Tuvimos una prohibición sobre las armas de asalto y necesitamos restablecerla", insistió ayer Clinton sobre el debate que el domingo también puso de manifiesto Obama al vincular el tiroteo con su frustrado intento de regular la venta de armas en su país.
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Inevitablemente el ataque al boliche gay de Orlando -que causó la muerte de 50 personas- se metió de lleno en la carrera hacia la Casa Blanca.
Por un lado, Trump reaccionó a la matanza celebrando que ésta le diese la razón en su diatriba contra los musulmanes y pidió la renuncia del presidente Barack Obama y de Hillary Clinton a su candidatura, mientras que la demócrata canceló un acto político y recién ayer salió al cruce del magnate y de su encendida retórica.
En un comunicado del domingo, Clinton enfatizó que la masacre de Orlando es "la peor causada por disparos de una sola persona en la historia del país", y debe servir para recordar "una vez más que las armas de guerra no tienen lugar" en las calles ni en manos de cualquiera.
"Tenemos que sacar esas armas de guerra fuera de las calles. Tuvimos una prohibición sobre las armas de asalto y necesitamos restablecerla", insistió ayer Clinton sobre el debate que el domingo también puso de manifiesto Obama al vincular el tiroteo con su frustrado intento de regular la venta de armas en su país.