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Neuronutrición para cambiar hábitos alimentarios

Miércoles, 29 de junio de 2016 01:30
DIEGO SIVORI/ EL NUTRICIONISTA PRESENTA LA NEURONUTRICIÓN COMO UNA ALTERNATIVA PARA VOLVER A COMER DE FORMA MÁS SANA PRODUCTOS MENOS PROCESADOS. 
La creciente problemática de las enfermedades ligadas a la mala alimentación crece en nuestra sociedad sin frenos.
El sobrepeso, la hipertensión, la diabetes, entre otras patologías afectan en grandes porcentajes a la población. Ante ello, se hace necesario plantear un cambio de paradigma en la forma de alimentación y hábitos.
La vida moderna nos somete al sedentarismo y a una sobre estimulación que nos lleva a consumir más colorías de las que necesitamos. Y si ello se le suma la cultura de la comida rápida o alimentos cada vez mas procesados el panorama parece bastante oscuro.
En este marco, el reconocido nutricionista Diego Sivori plantea una nueva tendencia, la neuronutrición, como una alternativa para volver a comer de forma más sana, productos menos procesados que nos ayuden a mantener una vida más saludable.
Teniendo en cuenta la dificultad que implica bajar de peso o cambiar hábitos alimenticios, el profesional asegura que es necesario además de conocer la teoría nutricional tradicional, entender los procesos neurológicos que nos llevan a comer en exceso.
Sivori es egresado de la Universidad de Buenos Aires, licenciado en Nutrición, especialista en marketing de la salud, se dedica a estudiar los procesos cerebrales del ser humano y su conexión con las decisiones alimentarias cotidianas. Y propone utilizar las estrategias de marketing de la salud para la elaboración de mensajes saludables atractivos para combatir las enfermedades actuales como hipertensión, sobrepeso, obesidad, diabetes, entre otras. Actualmente es el responsable del segmento nutricional en el programa "Cocineros Argentinos" por la TV Pública, en el año 2010, incursionó en la televisión en "Cuestión de peso", programa transmitido por Canal13. Está a cargo del seminario de Desarrollo Creativo y Marketing Nutricional en la Carrera de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En su visita a nuestra provincia, en el marco de una charla, organizada por Fundación Ideas del Norte, Sivori indicó que su propuesta busca que la población se alimente mejor mediante el conocimiento de los procesos neurológicos que determinan el tipo de alimentación que tiene cada persona. "Hay que conocer lo que hace posible que avancemos hacia una alimentación saludable, inteligente y adecuada a los tiempos modernos", indicó.
Para desarrollar esta teoría explicó de forma muy clara y amena que la Neuronutrición es una disciplina que surge de la siguiente premisa: "No pueden combatirse los estímulos alimenticios con los que convivimos hoy día con herramientas nutricionales clásicas".
"La Neuronutrición que es la relación que hay entre el alimento y las decisiones que tomo con el alimento. El alimento es una consecuencia, hasta que llegamos al alimento tomamos un montón de decisiones. Hay una alimentación clásica que te dice hay que comer más de esto y moderar lo otro. Pero el cerebro no responde es este consejo. Nosotros comemos por razones mucho más profundas de las que creemos", indicó el nutricionista.
Ante esta situación, indicó que aún teniendo conocimiento sobre la necesidad de tener una buena alimentación y conocer los preceptos de un manual realizado por nutricionistas que indica que hay que consumir más verduras, frutas y granos integrales naturales, menos harinas y azúcar, lácteos medidamente, carnes de forma reducida y muy poco de grasas y azucares, siempre vamos en la dirección contraria.
"Comemos harinas en grandes cantidades, carnes en grandes cantidades, 60 kilos de carne por año por persona, grasas y azucares en grandes cantidad y casi nada de verduras y agregamos bebidas alcohólicas", acotó.
Ante esto, afirmó que la gente no cambia si solo hay riesgo de contraer una enfermedad cardiovascular, pero si cambia cuando algo le duele. "Solo cuando duele el cinturón porque no cierra, ahí recién cambiamos", añadió.
Círculo vicioso
El nutricionista consideró que es muy difícil salir de un círculo de malos hábitos que atentan contra nuestra salud. "Estamos en un laberinto obesogénico. La gente no entiende a la obesidad como una enfermedad y suele ser cruel con el que la padece, lo señala como flojo infundiendo en él la culpa. Todo esto contribuye a que la persona se vuelva vulnerable y recurra a soluciones mágicas como la dieta de la lechuga o de la luna. Y cuando se somete a ellas lógicamente baja de peso por una disminución abrupta de ingesta de calorías basada en su fuerza de voluntad. Pero, el cuerpo que es inteligente y con el afán de cuidarnos, baja su metabolismo, entonces cuando la voluntad se acaba y se vuelve al consumo habitual de alimentos, pero con un metabolismo bajo se produce el efecto rebote. Y cuando se vuelve a engordar, se vuelve a estar vulnerable y se hace un círculo difícil de salir", explicó.
En esta situación la vergenza suele ser un obstáculo para salir de ese círculo vicioso, al respecto Sivori afirmó que "no hay que tener vergenza cuando se tiene obesidad. Esa vergüenza hace que mucha gente no se anime a cambiar nunca más.
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La creciente problemática de las enfermedades ligadas a la mala alimentación crece en nuestra sociedad sin frenos.
El sobrepeso, la hipertensión, la diabetes, entre otras patologías afectan en grandes porcentajes a la población. Ante ello, se hace necesario plantear un cambio de paradigma en la forma de alimentación y hábitos.
La vida moderna nos somete al sedentarismo y a una sobre estimulación que nos lleva a consumir más colorías de las que necesitamos. Y si ello se le suma la cultura de la comida rápida o alimentos cada vez mas procesados el panorama parece bastante oscuro.
En este marco, el reconocido nutricionista Diego Sivori plantea una nueva tendencia, la neuronutrición, como una alternativa para volver a comer de forma más sana, productos menos procesados que nos ayuden a mantener una vida más saludable.
Teniendo en cuenta la dificultad que implica bajar de peso o cambiar hábitos alimenticios, el profesional asegura que es necesario además de conocer la teoría nutricional tradicional, entender los procesos neurológicos que nos llevan a comer en exceso.
Sivori es egresado de la Universidad de Buenos Aires, licenciado en Nutrición, especialista en marketing de la salud, se dedica a estudiar los procesos cerebrales del ser humano y su conexión con las decisiones alimentarias cotidianas. Y propone utilizar las estrategias de marketing de la salud para la elaboración de mensajes saludables atractivos para combatir las enfermedades actuales como hipertensión, sobrepeso, obesidad, diabetes, entre otras. Actualmente es el responsable del segmento nutricional en el programa "Cocineros Argentinos" por la TV Pública, en el año 2010, incursionó en la televisión en "Cuestión de peso", programa transmitido por Canal13. Está a cargo del seminario de Desarrollo Creativo y Marketing Nutricional en la Carrera de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En su visita a nuestra provincia, en el marco de una charla, organizada por Fundación Ideas del Norte, Sivori indicó que su propuesta busca que la población se alimente mejor mediante el conocimiento de los procesos neurológicos que determinan el tipo de alimentación que tiene cada persona. "Hay que conocer lo que hace posible que avancemos hacia una alimentación saludable, inteligente y adecuada a los tiempos modernos", indicó.
Para desarrollar esta teoría explicó de forma muy clara y amena que la Neuronutrición es una disciplina que surge de la siguiente premisa: "No pueden combatirse los estímulos alimenticios con los que convivimos hoy día con herramientas nutricionales clásicas".
"La Neuronutrición que es la relación que hay entre el alimento y las decisiones que tomo con el alimento. El alimento es una consecuencia, hasta que llegamos al alimento tomamos un montón de decisiones. Hay una alimentación clásica que te dice hay que comer más de esto y moderar lo otro. Pero el cerebro no responde es este consejo. Nosotros comemos por razones mucho más profundas de las que creemos", indicó el nutricionista.
Ante esta situación, indicó que aún teniendo conocimiento sobre la necesidad de tener una buena alimentación y conocer los preceptos de un manual realizado por nutricionistas que indica que hay que consumir más verduras, frutas y granos integrales naturales, menos harinas y azúcar, lácteos medidamente, carnes de forma reducida y muy poco de grasas y azucares, siempre vamos en la dirección contraria.
"Comemos harinas en grandes cantidades, carnes en grandes cantidades, 60 kilos de carne por año por persona, grasas y azucares en grandes cantidad y casi nada de verduras y agregamos bebidas alcohólicas", acotó.
Ante esto, afirmó que la gente no cambia si solo hay riesgo de contraer una enfermedad cardiovascular, pero si cambia cuando algo le duele. "Solo cuando duele el cinturón porque no cierra, ahí recién cambiamos", añadió.
Círculo vicioso
El nutricionista consideró que es muy difícil salir de un círculo de malos hábitos que atentan contra nuestra salud. "Estamos en un laberinto obesogénico. La gente no entiende a la obesidad como una enfermedad y suele ser cruel con el que la padece, lo señala como flojo infundiendo en él la culpa. Todo esto contribuye a que la persona se vuelva vulnerable y recurra a soluciones mágicas como la dieta de la lechuga o de la luna. Y cuando se somete a ellas lógicamente baja de peso por una disminución abrupta de ingesta de calorías basada en su fuerza de voluntad. Pero, el cuerpo que es inteligente y con el afán de cuidarnos, baja su metabolismo, entonces cuando la voluntad se acaba y se vuelve al consumo habitual de alimentos, pero con un metabolismo bajo se produce el efecto rebote. Y cuando se vuelve a engordar, se vuelve a estar vulnerable y se hace un círculo difícil de salir", explicó.
En esta situación la vergenza suele ser un obstáculo para salir de ese círculo vicioso, al respecto Sivori afirmó que "no hay que tener vergenza cuando se tiene obesidad. Esa vergüenza hace que mucha gente no se anime a cambiar nunca más.
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