Una nueva oportunidad de venta tienen los artesanos jujeños y muchos están expectantes ante la flamante ubicación en avenida 19 de Abril. La Feria de Artesanías y Productos Regionales, en principio les resultó cómoda y con una buena afluencia de visitantes locales y turistas, no obstante aún esperan aumentar las ventas.
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Una nueva oportunidad de venta tienen los artesanos jujeños y muchos están expectantes ante la flamante ubicación en avenida 19 de Abril. La Feria de Artesanías y Productos Regionales, en principio les resultó cómoda y con una buena afluencia de visitantes locales y turistas, no obstante aún esperan aumentar las ventas.
La nueva ubicación trajo consigo también la disposición de carpas amplias que se conjugaron con la de plantas ornamentales que usualmente instala allí la asociación de productores. Son tres carpas ubicadas en la avenida 19 de Abril a la altura de calles Gorriti y Sarmiento donde se reunió a artesanos, productores y emprendedores que permanecerán hasta el 30 de este mes.
Los artesanos de los lugares más alejados llegaron para ocupar una vez más un stand en la feria por tratarse de una oportunidad para vender, que suelen ser pocas.
En este sentido, Damiana Quispe de Abra Pampa quien expone y comercializa en esta feria desde hace ocho años, mostró sus productos en lana de oveja y fibra de llama, algunos con innovadores diseños logrados con colores vivos, además de ornamentos tejidos en crochet. “Ha entrado muchas gente, las ventas están bien hasta el momento”, aseguró Quispe y detalló que es un emprendimiento familiar. Todo el año trabajan en grupo, adquieren la lana, hilan, clasifican y tejen, y suelen vender en Abra Pampa y aledaños.
En coincidencia con la tejedora, su par Marta Salva de la misma ciudad puneña llega a la feria desde hace cinco años. Opinó que “está lindo, más amplio, hasta el momento están comprando, preguntan precios, para que no vamos a molestar...estamos vendiendo, no en cantidad pero se vende”, aseguró. Recordó que se prepara con sus hijas, tejen en telar y a dos agujas, con lana que deben adquirir porque no tienen animales.
La mirada de otros artesanos
En uno de los stands de la Secretaría de Pueblos Indígenas se comercializan productos de varias comunidades de Quebrada, Puna y Valles, como Yavi, El Talar y Rinconada reunidos para facilitar las ventas. Hay tejidos en lana de oveja y fibra de llama, cerámica y regionales en madera, cuyos productores se turnan, según explicó Alejandra Casado, en cuanto a la atención.
“Con esta nueva reubicación igual la concurrencia de gente es masiva, es más cómodo también, las carpas son más amplias, a pesar de que hay más puestos que el año pasado se puede estar más cómodamente”, explicó el artesano de la madera, Fabio Santos, de esta capital quien puso a la venta ornamentos tallados a mano y mates, que también comercializa en el Paseo de Artesanos.
Los más vendidos eran los mates de 100 a 120 pesos, al igual que los portalápices a 90 pesos que llevan de recuerdo por los diseños de paisajes.
En tanto, Griselda Cruz quien comercializa ollas, bandejas, maceteros y vasijas de cerámica coincidió en la opinión. Explicó que su madre fabrica en esta ciudad donde reside desde hace años y a donde continuó la labor artesanal que aprendió en Santa Catalina de donde es originaria y donde aún tiene familia.
“La arcilla la traemos de Santa Catalina y la fabrican en el barrio El Chingo”, detalló en torno al largo proceso de elaboración que realizan, explicando que los precios fluctúan entre 200 pesos una olla para seis porciones, las más chicas a 70 pesos, bandejas que indicó son adecuadas para cocinar en horno, y otros.
A la variedad de productos artesanales más autóctonos se le suman cantidad de coloridos productos de emprendedores que con otras técnicas artesanales y materiales industriales generan una oferta diferente.
Es el caso de Fanny de Laurenci, tejedora salteña radicada en Jujuy quien presenta chales, chalecos y otros productos en lana industrial y tejidas en telar y en dedos, tras cinco años de participación en la Feria aseguró que está entrando bastante gente a ese espacio y que lo encuentra más amplio. "Está mejor organizado", agregó sobre el predio y recordó que son diseños propios y sus precios van de 700 pesos los chalecos a poncho ruana en 890 pesos.
"Me parece bárbaro, un paso bueno, la carpa nos protege y la gente está comprando sobre todo de San Salvador que pide por encargo, carteles para las casas con la calle. Los turistas llevan lo más chico por el tema del viaje y llamitas de sal", explicó Oliver Alancay, artesano de la piedra de Santuario de Tres Pozos, Departamento de Cochinoca, presentó productos ornamentales en piedra de laja y en sal, desde 50 pesos, mientras las más grandes costaban mucho más porque deben traer las piedras y modelarlas con amoladora, para luego tallar y les lleva tiempo.
La variedad de artesanías y la ubicación entremezclada favorece a la vista, que ahora es más fácil de apreciar debido al espacio. Y es que se encuentran muebles rústicos realizados en base a troncos, artesanías de joyería en alpaca, ornamentos y detalles empresariales; otros en filigrana con detallados aros, colgantes, broches y demás; accesorios en cuero en diversos estilos, que van desde llaveros hasta bolsos y carteras que varían en diseños y mezclas de texturas incluyendo tela de aguayo; e instrumentos musicales profesionales entre sikus y quenas.
Entre los menos tradicionales y ofertados por emprendedores se encontraban: lámparas, juguetes, ornamentos para niños realizados en tela como simpáticas muñecas, hadas y duendes; colgantes; accesorios para el cabello; tejidos a mano, telar o crochet de lana industrial. Otras presentaciones de productores fueron las de cerveza artesanal Purma; dulces La Casona, mermeladas, miel de caña, almíbares; alfajores, chocolates y vinos artesanales.
Además el municipio anunció que en ese marco habrá actividades culturales para toda la familia y los domingos para los niños, además de una casilla de información turística.