Recientemente como un resabio del último Encuentro Internacional de Narración Oral que se realizó en nuestra provincia, de la mano de Erwin Sebastián Ruiz y su grupo La Mirada, se presentó en el Centro Cultural Coquena, Jorge Riquelme.
El había llegado de Chile para participar del encuentro en Jujuy y estaba recorriendo distintas ciudades argentinas. Esa noche, en penumbras hizo su espectáculo titulado "Hasta que la muerte nos separe", que reúne narraciones de amor y de muerte, con ironía, con reflexiones, con humor, y algo de ternura. Una buena selección de textos, hicieron volar a los presentes por distintos lugares, tiempos, y edades.
Con gran calidad describió cada detalle y con gran expresividad los hizo sentir. Tuvo tiempo para invitar a un amigo jujeño a contar algunas historias también.
Prestar oídos a un artista de la narración es realmente una vivencia de recuerdos de infancia, de ingreso en un estado de imaginación, y de adultez increíble. Es una costumbre que volvió y sirve no sólo para fomentar los momentos recreativos sino también para sumar adeptos a la lectura.
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Recientemente como un resabio del último Encuentro Internacional de Narración Oral que se realizó en nuestra provincia, de la mano de Erwin Sebastián Ruiz y su grupo La Mirada, se presentó en el Centro Cultural Coquena, Jorge Riquelme.
El había llegado de Chile para participar del encuentro en Jujuy y estaba recorriendo distintas ciudades argentinas. Esa noche, en penumbras hizo su espectáculo titulado "Hasta que la muerte nos separe", que reúne narraciones de amor y de muerte, con ironía, con reflexiones, con humor, y algo de ternura. Una buena selección de textos, hicieron volar a los presentes por distintos lugares, tiempos, y edades.
Con gran calidad describió cada detalle y con gran expresividad los hizo sentir. Tuvo tiempo para invitar a un amigo jujeño a contar algunas historias también.
Prestar oídos a un artista de la narración es realmente una vivencia de recuerdos de infancia, de ingreso en un estado de imaginación, y de adultez increíble. Es una costumbre que volvió y sirve no sólo para fomentar los momentos recreativos sino también para sumar adeptos a la lectura.