Limpiar de a poco
Recorriendo las calles aún inundadas de barro y agua, los vecinos limpian entre todos los integrantes de las familias para sacar el barro de adentro y en el mejor de los casos, solo el alud que quedó en el patio.
Cerca de la ruta 9, al frente de una conocida gomería, la situación no es aún del todo fácil para algunos vecinos, es que el alud todavía llega a un metro del nivel del suelo, pero a pesar de ello van caminando hasta sus casas e ingresando con mucho cuidado sacan algunos electrodomésticos para tratar de recuperar algo.
Horas de esfuerzo
En horas de esfuerzo lograron sacar una heladera, cama, colchón, secarropas, ropero, entre otras pertenencias, con la impotencia por dentro porque el esfuerzo de muchos años de trabajo ahora se ve todo cubierto de barro. Sin duda estas jornadas de gran esfuerzo y trabajo continuarán por muchos días, pero con valentía y espíritu de fortaleza los volcanenses se levantan de a poco, así como lo hicieron sus padres y abuelos en otras lamentables inundaciones que sufrieron y que ojalá no vuelvan a suceder buscando la manera o alguna solución para que Volcán pueda ser un lugar seguro desde ahora para el presente y las futuras generaciones.
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Limpiar de a poco
Recorriendo las calles aún inundadas de barro y agua, los vecinos limpian entre todos los integrantes de las familias para sacar el barro de adentro y en el mejor de los casos, solo el alud que quedó en el patio.
Cerca de la ruta 9, al frente de una conocida gomería, la situación no es aún del todo fácil para algunos vecinos, es que el alud todavía llega a un metro del nivel del suelo, pero a pesar de ello van caminando hasta sus casas e ingresando con mucho cuidado sacan algunos electrodomésticos para tratar de recuperar algo.
Horas de esfuerzo
En horas de esfuerzo lograron sacar una heladera, cama, colchón, secarropas, ropero, entre otras pertenencias, con la impotencia por dentro porque el esfuerzo de muchos años de trabajo ahora se ve todo cubierto de barro. Sin duda estas jornadas de gran esfuerzo y trabajo continuarán por muchos días, pero con valentía y espíritu de fortaleza los volcanenses se levantan de a poco, así como lo hicieron sus padres y abuelos en otras lamentables inundaciones que sufrieron y que ojalá no vuelvan a suceder buscando la manera o alguna solución para que Volcán pueda ser un lugar seguro desde ahora para el presente y las futuras generaciones.