Las comparsas, pero también las calles, las esquinas y la plaza, marcaron el ritmo de un transitar buscando ese placer que da encontrarse y encontrar alguien nuevo, en la multitud ante el escenario, junto al parlante de la música, bajo la lluvia de las primeras espumas, mientras que frente al pesebre se adoraba y en el aire se confundían las melodías.
Así terminaba de caer el sol sobre el paisaje maimareño, en el momento en que la alegría y los excesos pujan por ver cuál de los dos es el protagonista en tanto que algunos, más escondidos en lejanas tradiciones, vierte la bebida sobre las piedras del mojón confiando que así aportará a un mejor 2017.
A la vez, el tránsito fue incesante durante el fin de semana hacia los distintos puntos de la Quebrada, pero sobre todo hacia Maimará, donde el primer día del año se convierte en una convocatoria anticipada de las celebraciones carnestolendas.
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Las comparsas, pero también las calles, las esquinas y la plaza, marcaron el ritmo de un transitar buscando ese placer que da encontrarse y encontrar alguien nuevo, en la multitud ante el escenario, junto al parlante de la música, bajo la lluvia de las primeras espumas, mientras que frente al pesebre se adoraba y en el aire se confundían las melodías.
Así terminaba de caer el sol sobre el paisaje maimareño, en el momento en que la alegría y los excesos pujan por ver cuál de los dos es el protagonista en tanto que algunos, más escondidos en lejanas tradiciones, vierte la bebida sobre las piedras del mojón confiando que así aportará a un mejor 2017.
A la vez, el tránsito fue incesante durante el fin de semana hacia los distintos puntos de la Quebrada, pero sobre todo hacia Maimará, donde el primer día del año se convierte en una convocatoria anticipada de las celebraciones carnestolendas.