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Abnegada labor docente en el interior

Pertenecen a los centros educativos de terminalidad primaria. Su misión a veces no es valorada en la comunidad educativa.

Miércoles, 15 de noviembre de 2017 00:00

Maestros de los centros educativos de terminalidad primaria de la Quebrada mantuvieron una reunión institucional recientemente en la Escuela de Artes de esta ciudad.

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Maestros de los centros educativos de terminalidad primaria de la Quebrada mantuvieron una reunión institucional recientemente en la Escuela de Artes de esta ciudad.

En la Quebrada hay dieciséis Centros Educativos de Terminalidad Primaria (Cetp) que brindan servicios educativos dirigidos a jóvenes y adultos desde los 14 años de edad, tanto en ámbitos rurales como urbanos y generalmente funcionan en lugares como los CIC, los centros vecinales o salones parroquiales.

Estos maestros tienen la tarea de hacer que aquellas personas que no terminaron sus estudios primarios puedan ser incluidas en el sistema educativo. En esta ocasión, tuvimos la posibilidad de dialogar con ellos y conocer algunas de sus experiencias y dificultades.

Según relataron, en marzo, los docentes a partir de datos brindados por agentes sanitarios, las parroquias, la catequesis o los municipios detectan a las familias en las que hay algún integrante que no pudo concluir el nivel primario y hacen un recorrido puerta a puerta para ofrecerles esta posibilidad. Una vez que tienen la matrícula, los maestros hacen un diagnóstico para evaluar en qué nivel se encuentran los alumnos.

Néstor Condori, responsable de Región II de los Centros Educativos de Terminalidad Primaria, indicó que los docentes "buscan que su trabajo tenga un impacto educativo pero también social" y explicó que a diferencia de los niños del nivel primario, los alumnos que asisten a los Cetp son personas adultas que buscan superarse y que por sus edades ellos "aprenden desde la experiencia" lo que hace que los docentes trabajen con "cuestiones significativas para ellos".

Vilma Gutiérrez es docente en el Cetp que funciona en el barrio 23 de Agosto de esta ciudad. Sostuvo que como docentes "necesitamos mucho tiempo y paciencia porque además el Cetp funciona como un lugar de contención en el que los alumnos cuentan sus problemas cotidianos" y agregó "aprendo mucho de mis alumnos porque algunos son mayores que yo y tienen esa sabiduría de la vida".

Matilde Sajama contó su experiencia en Colonia San José y Yacoraite. "Tengo alumnos desde los 31 hasta los 77 años y eso hace que cada alumno tenga intereses diferentes y su particularidad, lo cual es un desafío". La docente dijo que para enseñar este año trabajó con proyectos de acción en los que tomó una problemática de la comunidad en la que trabaja y aplicó lo didáctico y lo pedagógico. "Es un trabajo a pulmón, de mucho compromiso y dedicación2, señaló.

Dificultades

La tarea de estos docentes es muy compleja y a veces no es visibilizada y valorada por la misma comunidad educativa u otras instituciones. Los docentes de este tipo de centros educativos deben adaptarse a la infraestructura que se le proporciona desde la comunidad y por lo tanto a veces no cuentan con cuestiones básicas como sanitarios o agua potable, un pizarrón o tizas que los mismos docentes deben comprar.

Pero la mayor dificultad que señalaron es que los docentes de los Cetp cobran como un docente de jornada simple, con la diferencia de que a ellos no se les reconoce la zona lo que dificulta que muchos quieran ir a enseñar a las zonas rurales donde deben pagarse un alquiler, la comida, quedando así lugares alejados en los que personas que no terminaron la escolaridad primaria sigan sin poder acceder a esta posibilidad que ofrece el Estado.

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